10 de enero de 2013

53. Here comes the calm.



London; Verano, Agosto 1967.

Habían pasado cuatro días, desde el fallecimiento de Brian Epstein, los demás habían regresado un día más tarde y ahora tocaban aclarar muchas cosas al respecto.

Me encontraba junto a ellos en una sala grande de los EMI Studios, los chicos tenían que hacer una declaración sobre el futuro, y si seguirían con la gestión de NEMS, la compañía de Brian Epstein. Por lo que nos habían avisado a todos los que trabajábamos para ellos.

John: Continuaremos siendo gestionados por ella. – Explicó – Pero no voy a dejar que Clive, el hermano de Brian sea nuestro manager.

Paul: Nadie hemos dicho eso John. – Explicó – Nadie va poder remplazar a Brian.

George: Entonces hasta nuevo aviso seremos gestionados por NEMS. – Asintió.

John: Las cosas continuaran como antes. – Se puso en pie – Todos seguiréis trabajando como hasta ahora, con vuestro salario y horario. ¿Alguna cuestión?

Negué con la cabeza al igual que hicieron los ingenieros y demás, Heidi estaba en silencio escuchando y atenta de todo lo que decían.

Heidi: Si me permitís  decirlo, ahora mismo lo que deberíais hacer sería un comunicado de lo que ocurrirá con el futuro del grupo. – Les explicó – Todos los medios están atentos a vuestros movimientos esperando una respuesta.

George: Tiene razón. – Asintió – Así por un tiempo nos dejarían tranquilos.

John: Entonces convoca una rueda de prensa Heidi. – Explicó - ¿Alguna pregunta más? ¿Ya está todo aclarado?

Los demás presentes asentimos y esta reunión finalizó, saliendo de la sala de los estudios.

Ringo: ¿Cuánto tiempo creéis que esto podrá mantenerse en pie? – Preguntó saliendo de la sala.

Paul: Todo el que se pueda Ringo. – Explicó – Propongo que vengáis mañana a mi casa, tomamos té y charlamos del futuro.

John: Me parece buena idea Paul. – Asintió – Por cierto Charlie, ¿Te importa que me pase esta tarde por casa? Me gustaría ver a John.

Tu: Claro. – Asentí – Ven a verle cuando quieras John.

John asintió poniendo una sonrisa de agradecimiento, para después bajar las escaleras charlando con Heidi sobre el comunicado que deberían dar.

George: ¿No vas a ir a hacerle una visita a Merce? – Le preguntó a propósito a Ringo – Creo que dentro de una semana regresará a Nueva York.

Ringo: No tengo porque hacerle ninguna visita George. – Murmuró con enfado – Deja de pincharme, siempre con lo mismo.

Paul: Es alguno natural de la personalidad de George. – Exclamó.

George: ¿Hablamos de lo que es natural de tu personalidad? – Preguntó arqueando las cejas.

Paul se encogió y se puso a mi lado, mientras me entretenía con aquella conversación.

Paul: Si quieres también puedes venir mañana. – Sonrió – Siempre estás invitada.

Tu: Gracias Paul. – Sonreí – Pero mañana creo que pasaré el día con mi John, hace tiempo que no paso un tranquilo día con él. Debido a estos acontecimientos.

Paul: ¿John? - Señaló disimuladamente a John que estaba enfrente nuestro.

Negué con la cabeza con una tímida sonrisa, no me refería a ese John, sino a mi hijo.

Paul: ¡Ah! Por supuesto. – Aceptó – Pues entonces, si quieres puedes hacernos una visita, por la mañana estaré en casa con Martha.

Tu: No sé - Me encogí de hombros - Puede que quizá nos pasemos – Asentí sonriente.

Paul: Estaría encantado.. – Metió las manos dentro de sus bolsillos – Allí estaremos esperando por si os decidís a venir.

Tu: Muy bien Paul. – Reí.

Heidi: ¡Charlotte! – Exclamó desde el hall - ¿Nos vamos?

Asentí observando a Heidi, y me despedí de los chicos con la mano, mientras bajaba las escaleras.

John: Esta tarde nos vemos Charlie. – Besó mi frente – Adiós Heidi.

Salí junto con ella de los estudios, al estar acabando el mes de Agosto, ya se notaba poco a poco como el otoño no tardaría a llegar a las calles de Londres.

Heidi: Que semana tan agotadora hemos vivido. – Susurró – No sé como irán las cosas a partir de ahora.

Tu: Ellos son listos. – Asentí – Creo que sabrán como sobrellevar todo esto, aunque el gran apoyo de Brian ha desaparecido de la noche a la mañana.

Cruzamos el paso de cebra y caminamos dirección Este, Heidi iba de camino a encontrarse con Mick en los estudios de The Rolling, en cambio yo me dirigía dirección a casa.

Heidi: Nos vemos en los estudios Charlotte. – Nos dimos un pequeño abrazo.

Tu: Adiós Heidi. – Sonreí.

Caminé una manzana más y entré a mi casa, donde se encontraba la Sra. Smith cuidando al pequeño John.

Tu: Buenos días. – Exclamé entrando por la puerta, y John tardó segundos en venir a saludarme – Hola cielo. ¿Cómo has pasado el día?

Sra. Smith: ¡Oh! Que pronto ha regresado Charlotte. – Sonrió – Ha estado jugando y pintando unos dibujos preciosos, por cierto ha recibido diversas cartas. Las tiene encima de la mesa.

Asentí y con John en brazos cogí las cartas, al parecer una de ellas era de mi madre, desde Liverpool.

Tu: ¡Vaya! – Me asombré - ¿Una carta de Brian Jones?

Dejé a John sentado en la alfombra donde se encontraban todos sus juguetes, mientras la Sra. Smith acababa de preparar esa deliciosa comida, y abrí la carta recibida por Jones.

Estimada señorita Sutcliffe:

Le escribo para comunicarle mi apoyo por el lamentable incidente ocurrido con el señor Epstein, conocía que usted le tenía un gran aprecio y lamento lo sucedido.
Por otra parte me encantaría volverla a ver, aunque supongo que no es un buen momento estos días, agradecería que aceptara venir a degustar una apacible cena junto a mí.

Espero su respuesta.
Con aprecio, Brian Jones.

Caminé lentamente por el salón simulando las palabras escritas de Brian, y dejé la carta encima de la mesa para leer la que había recibido de mi madre.

Querida Charlotte:

Recibí la anterior carta explicando la experiencia que ibais a vivir y el viaje a Bangor, lamentablemente no llego a comprender todas aquellas palabras, sobre la ¿Meditación transcendental? Aunque espero que hayas disfrutado de la experiencia, tristemente me lamento del fallecimiento por Brian Epstein, supongo que estaréis pasando unos duros momentos por Londres, os envío todo mi apoyo y aprecio desde Liverpool.

Espero que mi nieto Stuart se encuentre bien y que poco a poco vaya creciendo sano y fuerte, estaría encantada de recibir una visita vuestra, incluyendo a John, que supongo que estará encantado de tener un hijo suyo. Aunque nunca me haces caso, sigo esperando que aquella bonita relación que ambos compartíais tenga soluciones y que las cosas vuelvan a ir como antes. Sé que estás cansada de que te repita todas estas cosas, pero es mi gran opinión.

Esperaré una visita pronto.
Con todo mi cariño. Mamá.

Me acerqué al sofá y me senté mirando como jugaba mi hijo.

Tu: La abuela está deseando que la visitemos. – Dije sonriente.

J. Stuart: ¿Abuela? – Dijo dejándome totalmente sorprendida.

Tu: ¿Cómo has dicho? – Pregunté cogiéndole en brazos.

J. Stuart: Abuela. – Repitió.

Comencé a reír y la señora Smith no tardó en acercarse a nosotros para contemplar como acababa de decir una nueva palabra.

Era habitual que dijese Mamá y Papá, debido a tanta repetición que le hacíamos, y poco a poco nuevas palabras salían de su pequeña boquita.

La comida se pasó rápido, y al decirle a John, que vendría esta tarde papá, el pequeño estaba deseando que sonara el timbre para verle entrar.

Tu: Mira, ya está aquí papá. – Dije abriendo la puerta.

En un minuto apareció John por la puerta sonriente, esperando coger a su hijo entre los brazos.

John: Ven aquí John. – Sonrió cogiendo a su hijo en brazos – Hola Charlie.

Tras besar mi mejilla cerré la puerta de casa, y John pasó con su hijo al salón.

J. Stuart: Papá. – Dijo sonriente.

John: Si, papá ha venido a verte. – Le explicó – Buenas tardes Sra. Smith.

Sra. Smith: Hola querido. – Saludó.

John: ¿Estabas jugando? – Le preguntó.

El pequeño asintió y se quiso bajar a continuar jugando a la alfombra, solamente si su padre le contemplaba mientras lo hacía.

Tu: ¿Te apetece tomar un té o algo? – Le pregunté.

John: Si. – Asintió – Lo que sea.

Traje unas pastas y té, pero cuando salí vi como John miraba disimuladamente unas cartas encima de la mesa, en especial la de Brian Jones.

John: Que sorpresa. – Susurró.

Tu: ¿Qué ocurre? – Pregunté tomando asiento.

John: Que poco a tardado Brian Jones en escribirte pidiéndote una cita. – Dijo dándole cruzando sus manos en sus rodillas. – Me parecía extraño que no hiciese, simplemente hay que recordar la cara que baboso que tuvo el otro día en la fiesta en los estudios.

Tu: John… - Murmuré – Tienes una mala impresión. A parte ese correo es privado.

John: ¿Mala impresión? – Repitió – Por poco acaba con la cabeza dentro de tú escote. De no ser porque llegué se introduce en él.

Tu: No exageres John. – Me quejé.

John: Aunque ya da igual. – Se encogió de hombros – Eres libre de hacer lo que te plazca con tu vida.

Hubo un pequeño silencio, donde nuestras miradas se centraron en nuestro hijo, que seguía jugando en la alfombra.

Tu: Simplemente me tiene aprecio John. – Murmuré.

John: No seas inocente. – Negó con la cabeza – Ese no quiere tu aprecio, ese busca otra cosa Charlie, y ya te digo yo que no es aprecio.

Arqueé las cejas y sorbí del té que tenía en mi taza.

John: Lo único que quiero es que no te haga daño. – Murmuró – Y debido a su fama de mujeriego, no creo que busque nada más.

Tu: ¿Ahora ningún hombre busca nada más en mí? – Pregunté ofendida - ¿Solo lo buscabas tú?

John: No, Charlotte. – Negó – No digo que ningún hombre no busque nada más en ti. Digo que él no busca nada más en ti. – Hubo silencio – Seguro que hay hombres que buscan algo más en ti.

Tu: Me siento un poco incómoda tratando de estos tema contigo John. – Me sinceré – Así que por favor deja este tema.

John: Esta bien. – Alzó los brazos – Como quieras, yo te doy mi opinión. Somos amigos podemos hablar de lo que quieras. ¿De que quieres hablar?

Me encogí de hombros y pensé dentro de mi mente.

Tu: Mañana saldré con John a pasear. Le encanta pasear por Regent’s Park. – Le expliqué – Y tal vez nos pasemos por la mañana por casa de Paul.

John: Muy bien. – Respondió secamente. – Parece que tienes una muy buena amistad con él. Me pregunto si alguna vez tuvisteis algo más.

Tu: ¿Cómo? – Dije anonadada - ¿Yo? ¿Con Paul? Claro que no John. ¿A que viene esa pregunta? A parte si hubiésemos tenido algo más serías el primero en saberlo, debido a que sois grandes amigos.

John: No sé. – Se encogió de hombros – Mera curiosidad, debido a vuestra buena relación, hay muchas personas que se preguntan lo mismo.

Tu: ¿Muchas personas? – Pregunté – Creo que si hubiese habido alguna vez algo entre Paul y yo, todo el mundo lo conocería y se hubiesen dado cuenta.

John: Tal vez. – Asintió – O tal vez no.

Otro pequeño silencio se formó en la habitación, hasta que el pequeño John se levantó e hizo que su padre se sentara a su lado a jugar con él.

John: ¿Este coche para mi? – Preguntó - ¡Tú te has cogido el más veloz! Eso no vale…

Tu: ¡Oh! John. – Me quejé riéndome – Es un bebé, deja que elija el coche que quiera.

John: Vale, ese para ti. – Le dio el coche rojo - ¡Saliste antes de la línea de meta! 

Los dos comenzaron a jugar con los coches, y aunque John e quejase todo el tiempo porque el pequeño hacía trampa disfrutamos de aquella tarde casera los tres juntos.

REPUESTAS:

Mer Starkey: Tienes razón lo es, pero tenía que pasar por este momento para continuar la historia de ellos.Me alegro que te gustase y que te diese la sensación de realidad, es lo que estoy intentando crear, porque por lo que se puede ver no he variado casi ningún dato oficial de sus vidas. La historia con Ringo poco a poco ira variando más adelante, por ahora cada uno va por su lado olvidando todo lo que ha pasado anteriormente. Un besazo Merce y muchisimas gracias por leer y comentar. 

Gaby Lennon: Si, en la historia también ocurrió este hecho. Estoy contenta de que te haya gustado el capítulo, ¡claro que tengo! Mira es: @BigSubmarine encantada te lo he pasado. Te seguiré de vuelta encantada. Muchos besitos Gaby y gracias por seguir la historia.

Beatriz: Es bastante triste este capítulo, pero debía de escribirlo Beatriz. Ya veremos lo que hace Paul, porque por ahora no ha aprovechado mucho, y creo que no estará muy dispuesto por el momento. Mi twitter es @BigSubmarine, pero creo que ambas ya nos seguimos hahahaha. Muchas gracias yo estoy encantada de que te guste, a mi me pasa igual al escribirlo me paro a pensar como ellos lo pasarían en aquel momento de sus vida. Besazos Beatriz y muchas gracias por haber leído y comentado.

3 de enero de 2013

52. Terrible News.


REMINDER: El regreso de Merce había sido finalmente conocido por todos los integrantes del grupo y demás personas cercanas. Un gran interés por la reacción de Ringo Starr teníamos todos, pero fue bastante decepcionante al no darle importancia a su antigua gran 'amiga'. Por otra parte John, antiguo novio de Charlotte y padre del hijo que tienen en común, descubrió el interés que uno de sus mejores amigos, Paul, tuvo y tiene en su antigua novia. Ahora el grupo junto a conocidos se dirigirán  hacía una nueva experiencia.

Bangor; Verano, Agosto 1967.

Habíamos asistido a aquella conferencia dada por el Maharishi Mahesh Yogi, en el Hilton, en Londres. Fue una extraña experiencia, donde aquel hombre explicaba bellas cosas sobre su cultura, finalizada nos acercamos todos a hablar con él y nos propuso ir a Gales, donde continuaba dirigiendo una conferencia de diez días, sobre el movimiento de Regeneración Espiritual.

Por lo que aceptamos y continuamos nuestro viaje a Bangor, durante el fin de semana. Mick junto a Heidi aceptaron venir con nosotros y tras coger el tren y lamentablemente dejando por primera vez solo a mi hijo durante dos noches con la señora Smith, marchamos hacía Bangor.

La primera noche dormimos en estancias con literas dentro de la universidad de Bangor, cosa que a la que no estaban acostumbrados los chicos, a la mañana siguiente asistimos a la conferencia dada por Yogi, donde asistieron nada menos que unas 300 personas.

Era todo un mundo completamente diferente al que habíamos vivido, te encontrabas en un santuario lleno de flores, que se ofrecían como ofrenda y observabas todo lo que hacía Maharishi.

Estábamos viviendo en una nube, donde no notabas el tiempo pasar, hasta que el Domingo, después de comer, me encontraba en mi habitación que compartía con Merce, Paul y George. El teléfono público comenzó a sonar y sin prisa lo descolgué.

Tu: ¿Dígame? – Pregunté interesada.
-  ¿Charlotte? – Preguntó la voz – Soy Peter Brown, necesito hablar urgentemente con Paul.
Tu: Eh... claro Peter.

Asentí extrañada, al ver como el asistente de Brian Epstein llamaba, y a parte tenía aquella voz entrecortada. Miré a Paul y le pasé el teléfono, el cuál me miró extrañado.

Tu: Es Peter. – Le expliqué – Quiere que te pongas urgentemente.

Paul: Dime Pete. – Dijo mordiéndose las uñas.

Nuestras tres miradas se dirigieron hacía Paul, el cuál de repente abrió los ojos de par en par y centró su vista en George, que se acercó con preocupación y cogió el brazo de Paul que en esos instantes comenzaba a temblar.

Paul: Avisad... a los demás. – Balbuceó nervioso y continuó hablando por teléfono.

Con preocupación me dirigí a la habitación que compartían John, Ringo, Heidi y Mick. Llamé a la puerta y tras ser abierta por John le expliqué lo que estaba pasando.

John: ¿Peter Brown? – Preguntó - ¿Y que ha ocurrido?

Tu: No lo sabemos, es Paul quién está hablando con él. – Le expliqué.

John abrió de repente la puerta y al parecer Paul ya había colgado el teléfono y se encontraba hablando con George, ambos sentados en una cama.

John: ¿Qué es lo que ha ocurrido? – Preguntó nada más entrar.

Paul hizo un gesto para que cerrásemos la puerta detrás de nosotros, y tras hacerlo se levantó y se acercó a John.

Paul: Peter, me acaba de decir que… - Murmuró lentamente – Que han encontrado a Brian…

Ringo: ¿Qué han encontrado a Brian que? – Preguntó nervioso.

George: Que lo han encontrado muerto. – Murmuró.

Un asombro y más tarde un silencio se apoderó de la habitación, los ojos completamente abiertos de John, las manos en el rostro de Ringo, los suspiros de Paul y los brazos cruzados de George, mostraban símbolos de tristeza e incomprensión.

John: No puede ser. – Murmuró - ¿Qué significa eso? ¿Cómo que lo han encontrado?

Paul: No lo sé John, no lo sé. – Negó medio gritando - ¡No se que hacer!

George: Pues regresar a Londres es lo que tendremos que hacer. – Propuso.

Tras aquella noticia había entrado en un estado de Shock instantáneo, donde un alboroto prominente desde fuera me sacó de él. Asomé mi cabeza por la ventana y pude comprobar a un grupo de periodistas y fotógrafos agolpándose en la entrada.

En cuanto los vi, supe a lo que venían, me acerqué a Ringo que era el que estaba a mi lado, y el que sabía que tenía el carácter más calmado.

Tu: Hay un gran número de periodistas y fotógrafos esperando cientos de respuestas por vuestra parte. – Le susurré.

Ringo: Si ya teníamos suficiente con esto… - Murmuró.

John: ¿Qué ocurre ahora? – Preguntó con frustración.

Ringo: Al parecer tenemos unos periodistas esperando con decenas de preguntas. – Miró por la ventana.

Tu: No se van a marchar sin tener un comunicado vuestro. – Les expliqué.

John: Yo lo haré. – Afirmó – Yo seré quien baje y les daré ese comunicado que quieren.

Hubo un silencio, que volvió a ser roto por John.

John: Alguien tiene que marchar hacía Londres. – Explicó – Y se tiene que ocupar de todo lo que está sucediendo allí.

Otro momento de silencio, donde todos se comenzaron a mirar entre ellos, para saber quien regresaría cuanto antes a Londres.

John: Paul deberías ir tú. – Explicó – Coge el primer tren que vaya a Londres, regresa y observa todo lo que ha ocurrido. Por cierto, márchate con Charlotte.

Tu: ¿Conmigo? – Pregunté.

John: Si. – Asintió – John estará deseando que regresemos, nosotros cogeremos el próximo tren cuanto antes.

Mientras John bajaba junto a los demás para enfrentarse a la prensa, Heidi y Merce me ayudaban con el equipaje.

Merce: Aún no me lo puedo llegar a creer. – Murmuró recogiendo la ropa.

Heidi: No lo comprendo. – Murmuró – Ha tenido que ser un accidente.

Tu: Eso no lo dudamos. – Susurré.

Cerré la maleta y salí al pasillo donde se encontraba Paul con su equipaje y junto a Mick, que le apretó amigablemente el hombro.

Mick: Todo se solucionará. – Dijo estrechándole la mano.

Paul: Ahora mismo no veo la solución. – Murmuró dedicándole un gesto amable.

Me despedí de mis queridas amigas y del joven Mick, y junto a Paul salimos por una puerta trasera donde se encontraba un coche que nos llevaría a la estación.

Fue un corto trayecto, pero silencioso. Seguí a Paul entre aquellas personas, donde la mayoría no se percataban de quien era, pero siempre llevábamos dos policías junto a nosotros, hasta que subimos al tren.

Paul: No me esperaba que me dijese aquello Peter. – Murmuró dándole una calada al cigarrillo – Cualquier cosa menos eso.

Asentí sin saber que responder a lo que acababa de decir, y repetí su gesto de mirar por la ventana.

Paul: No quiero pensar lo que debe estar ocurriendo allí en Londres. – Murmuró – Ni lo que ocurrirá, tampoco.

El silencio fue nuestro aliado en el camino.

Paul: ¡Por dios! – Exclamó – Charlotte dime algo.

Tu: El caso es que no se que decirte James. – Le expliqué – No sé, ni que decir antes, ahora ni lo que diré. Brian era como un padre para mi, siempre atento a lo que hacía y fue la persona que me sacó de Liverpool y me dio un trabajo y una vida. – Me sinceré – Y ahora no está.

Las lágrimas se comenzaron a acumular en mis ojos, y eso hizo que cambiase de sitio Paul, y se sentase a mi lado.

Paul: Lo sé. – Besó mi mejilla e hizo que apoyase mi cabeza en su hombro – Él no era nuestro mánager, era mucho más que eso, era nuestro amigo, era otro de nosotros.

Cerré los ojos, y casi sin darme cuenta me quedé dormida apoyada en el hombro de Paul.
Al notar unos suaves roces por mi mejilla, fui abriendo lentamente los ojos y me topé con aquellos ojos color hazel, que me dedicaban una dulce sonrisa.

Paul: Acabamos de llegar. – Susurró – Debemos bajar del tren si no queremos que nos lleve de vuelta a Gales.

Tu: Lo siento. – Me disculpé – Me he dormido.

Paul: No te disculpes. – Sonrió tristemente – No me ha molestado, al menos se te veía tranquila y calmada.

Le devolví una triste sonrisa, y tras recoger Paul ambas maletas bajamos del tren, donde como en la anterior estación había un coche esperándonos, preparado para llevarnos.

- ¿Dónde les gustaría que les dejaran? – Preguntó amablemente.

Tu: Marylebone St. – Le dije.

Paul: Cuando deje a la señorita, lléveme a mí, a Cavendish Avenue. – Le dió la dirección de la nueva casa que se compró hace un año – En St. John’s Wood.

- De acuerdo. – Asintió.

Tal y como le había dicho en menos de diez minutos me encontraba enfrente de mi puerta de casa.

Paul: Ya estas en casa. – Asintió – Yo iré, dejaré el equipaje y hablaré con Peter.

Tu: De acuerdo Paul. – Asentí – Avísame en cuanto sepas algo nuevo.

Paul: Descuida. – Asintió – Te llamaré en cuanto sepa cualquier cosa.

Me despedí de él con un cálido abrazo, y un beso en la mejilla, pero antes de que pudiese cerrar la puerta del coche.

Paul: Por cierto. – Recordó – Dale un beso a John de mi parte, y dile que estoy deseando verle. Que en cuanto pueda me pasaré y le levaré un regalo que tengo para él.

Tu: Tranquilo. – Sonreí – Se lo diré. Adiós y gracias Paul.

Paul: Buenas noches Charlotte, descansa.

El coche arrancó y junto con mi maleta abrí la puerta de casa. Me acordé de lo tarde que era y evité hacer mucho ruido por si John estaba durmiendo y la señora Smith también. Pero una pequeña lucecita alumbraba en el salón.

Sr. Smith: ¿Charlotte? – Preguntó - ¡Oh! Querida, que alegría de verte. Supongo que habrás regresado antes por la terrible noticia. Están todos los medios de comunicación conmovidos con ella.

Tu: Eso parece señora Smith. – Asentí lamentada y me caí en el sillón.

Sr. Smith: Que terribles noticias. – Murmuró – Acosté a John hace unas horas. ¿Necesita alguna cosa? ¿Preparo té o algo?

Tu: No te preocupes. – Negué con la cabeza – Si lo deseas puedes ir a dormir, yo iré a ver a John y también me acostaré.

Sr. Smith: Si necesita alguna cosa querida, ya sabe donde estoy. – Sonrió.

Tu: Muchas gracias. – Le devolví la sonrisa y me encaminé hacía la habitación de mi hijo.

Abrí lentamente la puerta y vi como estaba recostado en aquella cuna de madera blanca que fui a elegir con John. Una manta de color azul tapaba su cuerpo y en aquellos momentos una imagen de John durmiendo en la cama junto a mi vino a mi mente.
Creo que aquella fue de las noches más duras para mi, y en la cuál no dormí, aquellos acontecimientos y sentimientos que tenía que guardar para siempre, hacía John regresaron para no dejarme dormir.

RESPUESTAS.

Mer Starkey: A mi también em hacen sacar una sonrisa los tweets que me envias y si ya se ha acabado este año y por cierto FELIZ 2013. Pues la reacción de Ringo fue extraña, pero es una duda que aún no se ha conocido y veremos si se descubrirá más adelante. Un besito enorme.

Gaby Lennon: Ya veremos si Paul aprovechará para decirle algo a Charlotte o no será así. No sé si llegarán a estar en algún momento John y Charlotte juntos, pero nunca se sabe lo que puede ocurrir, tal vez el amor vuelva a resurgir o no. Espero que estés pasando unas felices Navidades y Feliz año nuevo. Un beso.

Beatriz: Muchas gracias a ti Beatriz por leerla, no importa que no hayas podido comentar antes yo me alegro que la leáis. La verdad es que las cosas se me ocurren por si solas, pensar en ellos y como me gustaría que fuese la historia y me vienen de repente, un Feliz año nuevo y un besito muy grande.