26 de febrero de 2012

10. Photographs.

Londres; Primavera 1963

Me encontraba en los estudios, los chicos habían finalizado las canciones que se introdujeron en el LP de Please Please me, lo sacaron el mes pasado, en Marzo y fue un éxito asombroso. Había alcanzado en número uno de las listas británicas y este mes  tenían pensado sacar el nuevo sencillo From Me to You. El mes pasado hicieron una pequeña gira en la cuál les acompañe y para Mayo a Junio tenían otra pequeña gira pensada por Reino Unido.

Brian: ¡Chicos! – Dijo al vernos – Si que habéis tardado.

George: Cuando veníamos hacía aquí nos encontramos con un par de grupos de fans – Le informó – Y nos hemos retrasado.

John: Tú ya tenías el retraso Harrison – Le dijo cogiendo la guitarra.

Brian: John, compórtate – Le riñó.

George: ¡Eso John compórtate! – Repitió – Y ponte las gafas que no sabes ni por donde vas.

John le sacó la lengua y le hizo un gesto grosero con el dedo, a lo que George negó con la cabeza.

Ringo: ¿Cuál vamos a ensayar hoy? – Preguntó sentado en la batería.

Paul: Empezaremos con Love me do – Dijo mirando su bajo.

John: ¡Hey! – Se quejó mirando mal a Paul – Empezaremos con Twist and Shout.

Paul asintió y empezaron a tocar la canción, mientras tanto yo me dediqué a hacer parte de mi trabajo. Cogí la cámara de fotografiar y comencé a hacerles fotografías tocando, la verdad es que en cada una de esas fotos se notaba como disfrutaban tocando en grupo y lo bien que se lo pasaban. Aunque a veces era un poco complicado sacar una fotografía buena, debido a que algún miembro del grupo siempre hace el tonto.


Tu: John deja de poner caras – Dije intentando sacar una buena foto – Va Johnny.

En este poco tiempo que había estado con ellos, me había sido demasiado fácil entablar una buena relación con cada miembro del grupo. Se comportaban tal y como eran, no cambiaban su actitud por su fama que iban cogiendo, si no al contrario les gustaban a la gente a parte de por la música, por la forma de ser tan simple que tenían.

Tu: Perfecto chicos. – Dije al haber acabado de fotografiarlos – Luego las revelaremos y se verán. Aunque las tuyas John, no te prometo nada….

John: ¡Hey! – Se quejó – John Lennon sale hermoso, como es él en cualquier foto.

Ringo: ¿Hermoso? – Dijo riéndose.

John se giró y le miró seriamente, y el pobre Richard cesó la risa.

John: Con un trombón como el tuyo no sé de que te ríes – Le dijo serio.

Brian: ¡Winston! – Le chilló.

John: Sabes que no me gusta que me llamen así –Dijo con tono de enfado.

Brian: Ni a mi tampoco me gusta que te metas con Ringo – Le explicó.

John: Comenzó él – Informó.

La puerta del estudio se abrió y dejó paso a George Martin, para percatarse de cómo iban los chicos.

Martin: ¿Cómo van? – Preguntó chocando las manos.

George: Yendo. – Soltó serio.

Martin: Muy bien – Dijo sonriendo – Si necesitan algo ya saben donde me encuentro.

Y dicho esto salió del estudio para visitar a los demás. Me encontraba cambiando el carrete de la cámara en el estudio cuando sentí como tenía a alguien detrás de mi.

Tu: ¡Hey James! – Dije girándome y topándome con él - ¿No seguís ensayando?

Paul: Por supuesto – Dijo sonriendo – Pero hemos decidido hacer un pequeño descanso, y he decidido venir a conversar con una preciosa señorita que se encuentra cambiando un carrete de cámara.

Me reí al escuchar esas dulces palabras sacadas de los labios de Paul, y continué cambiando el carrete.

George: ¡Paul deja de perder el tiempo! – Chilló desde su silla – No le interesas.

Paul se giró y le hizo un gesto para que guardase silencio, mientras en mi interior me estaba empezando a reír.

Paul: Bueno y ¿Cuándo vas a revelar las fotografías? – Me preguntó cortés.

Tu: Me imagino que ahora cuando salga – Le informé.

Paul: ¡Ah! Claro, que estúpido – Dijo riéndose – Y, bueno…

Pero antes de que el joven McCartney finalizara su frase, Lennon con sus gafas de pasta negras apareció por detrás de Paul.

John: ¡Hey! – Dijo mientras se comía una manzana - ¿Vas a ir a revelar luego las fotografías?

Paul: Si, John – Dijo con desesperación – Cuando acabemos el ensayo.

John: ¡Ah, bien! – Dijo dándole un bocado – Te acompaño ¿Vale? Así veo mis hermosas fotografías.

Tu: Por mi estupendo Johnny. – Dije sonriendo.

Paul miraba a John con enfado pero a la vez con indignación, sin saber que decir. Y continué sin prestar mucha atención a las conversaciones que tenían.

John se marchó con los demás y fue seguido lentamente por Paul, que cogió su bajo y le dio alguna que otras punzadas creando una dulce melodía.

El ensayo no duró mucho más de lo que estaba previsto, pero entre alguna discusión que otra se pudo alargar unos cuantos minutos de más.

Brian: ¿Ahora irás a revelar las fotografías? – Me preguntó bajando por las escaleras.

Tu: Si – Le respondí.

Brian: Perfecto. – Dijo sonriendo – Mañana estarán listas ¿No?

Tu: Por supuesto – Le dije – Mañana las tendrá aquí como siempre.

Brian: Me parece estupendo Charlotte. – Dijo asintiendo – Entonces mañana a las doce te espero para recoger las fotografías y así ya las tenemos listas.

Ringo: ¡Hey John! – Le gritó al ver que no se esperaba - ¿Dónde vas?

John: Voy a acompañar a Charlie a revelar las fotografías – Le respondió.

George: ¿No vienes a comer? – Preguntó.

John: ¡Ay! No lo sé – Dijo molesto bajando los escalones.

Acababa de entrar por la puerta Susan acompañada de otra chica que no reconocí.

Susan: ¡Charlie! – Dijo acercándose a mi – Cuanto tiempo. Al parecer no coincidimos tanto como desearía.

Tu: Hola Susan – Dijo saludándola – Pienso lo mismo. Creí que nos veríamos más.

Susan: ¿Cómo te va todo? – Preguntó sonriendo - ¿Todo bien?

Tu: Muy bien – Respondí – Estoy muy a gusto y adoro lo que hago. ¿Y a vosotros? ¿Cómo esta Nathan?

Susan: Perfectamente – Respondió – Nathan esta acabando de pasar una entrevista para enviarla a la revista. ¡Ah! Por cierto, Charlie, ella es Sally mi hermana.

Saludé a la chica rubia que se encontraba a su lado, la verdad es que tenían rasgos idénticos de los cuales no me había percatado.

Tu: Mucho gusto. – Dije dándole la mano.

John: ¡Lennon! John Lennon – Dijo interponiéndose entre nosotras y cogiéndole la mano.

Sally: Ah, hola – Dijo sonriéndole y asintiendo – Mucho gusto.

John: ¿Le han dicho alguna vez que es usted una hermosa dama? – Dijo sonriendo y poniendo su voz melodiosa.

Susan comenzó a reírse y se acercó a saludar a Brian y a los demás chicos, mientras John hacía de galán con la joven Sally.

George: Vas a acabar desesperando a Paul – Dijo acercándose a mi.

Tu: ¿Desesperando a Paul? – Pregunté sonriendo y sin comprender.

George: Si. – Asintió – Conseguirás que acabe por los suelos deprimido, y después los demás lo tendremos que soportar.

Tu: ¿A que te refieres George? – Dije riéndome.

George: Déjalo. – Dijo negando con la cabeza – Pero sal algún día a cenar con Paul, y anímalo.

Asentí como si nada sonriendo, era mi amigo, claro que saldría a cenar con él. John finalizó de conversar con Sally y se acercó a George y a mi.

John: ¿Qué ideas le estás metiendo en la cabeza a mi dulce Charlie? – Dijo acercándose por detrás.

George: ¿Qué quieres John? – Le preguntó molesto – Le estoy sacando las horribles ideas que tú le metiste.

Ringo: ¡Hey chicos! ¿Nos vamos? – Preguntó acercándose.

Paul: Si, será mejor que nos marchemos. – Dijo sin ganas.

John se acercó lentamente a Paul, y le preguntó si le ocurría algo, pero Paul le respondió que no, con una forzada sonrisa.

Los chicos se marcharon, excepto John que me acompañó a un estudio para revelar las fotografías.


Tu: ¿Qué le sucedía a Paul? – Pregunté con interés a la vez que cambiaba la fotografía a la banqueta del agua.

John: No me contó – Dijo encogiéndose de hombros – ¿Le dejaría plantado una dama? O tal vez ¿No hubo dama anoche? – Alzó y bajó rápidamente las cejas.

Tu: Ay, John no seas así. – Dije riéndome y dándole un pequeño empujón hacía atrás.

John: ¿Y tú como? – Me preguntó encendiéndose un cigarrillo. 

Tu: ¿Cómo de qué? – Le pregunté acabando de revelar una de las fotografías.

John: ¿Pasan mucho hombres por tú nueva residencia? – Preguntó dando una calada.

Hace unas pocas semanas me instalé en un ático que me había conseguido Brian, no muy lejos de la casa de los chicos.
 
Tu: A parte de vosotros cuatro y Brian… - Dije pensativa – Ninguno.

John: ¿Ninguno? – Preguntó con asombro - ¡Me tomas el pelo!

Tu: ¿A John Winston Lennon? – Dije irónicamente – Por favor nunca me atrevería, a hacer una cosa semejante.

Lennon entre cerró los ojos y frunció el entrecejo, apagó su cigarrillo después de darle la última calada y se acercó lentamente a mi.

John: Ha ha ha – Dijo lentamente.

Negué con la cabeza evitándome reírme de él y continué hasta finalizar de revelar las demás imágenes.

22 de febrero de 2012

08. Walking with Lennon.

Londres; Invierno 1963

Brian: Ya estoy aquí chicos – Dijo acercándose a nosotros - ¿John no ha salido aún del cuarto de baño?

George: Debió de afectarle demasiado la cena de anoche – Dijo con la guitarra entre sus manos.

Paul: Eso debió ser –Dijo asintiendo – Dejémosle que acabe de hacer sus necesidades con tranquilidad, tiene derecho.

De pronto la puerta del cuarto de baño se abrió dejándonos ver a un John Lennon que se acababa de abrochar los pantalones, y tras de él cerró la puerta.

John: ¿Qué le pusiste anoche a la cena estúpido? – Le recriminó a Ringo.

Ringo: ¡Yo no le puse nada! – Se defendió – Lo hice como siempre.

Tu: Ringo no tiene la culpa – Dije en su defensa – Solo te sentó mal a ti John, a nadie más, no le eches las culpas.

Paul volvió a mirarme con las cejas arqueadas otra vez y yo le miré encogiéndome de hombros y sonriendo a la vez, a lo que Paul me respondió con una sonrisa.

Los chicos continuaron hablando de las composiciones pero cuando Brian se despistó por unos segundos la puerta del baño se abrió dejando salir a una chica de pelo negro que echó a correr sigilosamente hacía una puerta para salir del estudio.

Paul: ¡Hey! – Le dijo a John - ¿Qué hacía esa chica ahí dentro?

John: ¿Chica que chica? – Preguntó haciéndose el tonto.

Ringo: La chica que acaba de salir del baño – Le dijo.

John: Me imagino que lo mismo que yo hace unos minutos – Se explicó – Le sentaría mal la cena de anoche. ¿Seguimos?

Sonreí y negué con la cabeza al acabar de conocer parte de la actitud que John Lennon tenía con la gente. En parte y tengo que reconocerlo sentía curiosidad por esa actitud suya.

No tardaron mucho más en finalizar la sesión, tocaron un par de canciones más, una de las cuales John tocó la armónica y  nos dirigimos con Brian al Hall de los Emi Studios.

Brian: ¿Qué van a hacer ahora chicos? – Les preguntó.

George: ¡Ay! ¡Déjenos ya! – Se quejó.

Paul: Ir a comer supongo – Le respondió – Aunque John le va a enseñar un piso a Charlotte.

Brian: ¿Un piso? – Preguntó – Pensé que de eso me encargaría yo. ¿Dónde lo has encontrado?

John me cogió de la mano y sin dejarme si quiera despedirme de los demás me llevó directa a la puerta de salida y abrió y salimos los dos corriendo de allí.
Corrimos por unas calles cogidos de la mano, no sabía ni hacía donde me dirigía en estos momentos pero pensé que John al menos lo sabría.

Tu: ¿Dónde vamos? – Le pregunté al ritmo de la carrera.

John: ¡No lo sé! – Respondió acompañado de una risa.

Me extrañé al recibir esa respuesta pero no dejé de correr, ya que aparte no podía por me tenía sujeta de una mano.

Cruzamos un paso de cebra sin mirar y unos cuantros coches tuvieron que frenar para no atropellarnos.

Tu: ¡John estás loco! – Le chillé.

Pero el simplemente se continuó riendo, llegamos a una zona de Londres con un poco más de paz y tranquilidad, en la que por fin dejamos de correr y nos paramos.

Tu: ¿Dónde estamos? – Le pregunté.

John: Ni idea. – Respondió exhausto - ¡Pero que más da!

Tu: ¿Qué más da? – Pregunté.

John: Si – Respondió - ¿Qué más da donde estemos? 

Empezamos a caminar por las acogedoras calles de este pequeño barrio londinense, vimos a lo lejos un pequeño parque.

John: Brunswick park – Leyó en voz alta.

Caminó hacía él y entró dentro dando unos pequeños saltitos, me hizo señas con su mano para que le siguiese. Y yo sin saber el por qué no dude y continué caminando hacía él.

Tu: John tengo hambre – Le dije caminando a su lado.

John: ¡Una, dos y tres! – Chilló abriendo de repente su mano - ¡Oh no! Mis poderes mágicos ya no funcionan. ¡Oh que será de ti John Winston Lennon, que ha perdido sus poderes mágicos de hacer aparecer comida! ¡Seré un don nadie! ¡Vagaré por las calles hambriento pidiendo comida y rebuscando en la basura para poder llevarme algo que comer a la boca!

Tu: ¡John! – Dije empujándole hacía un lado y se dejó caer encima de la hierba.

Me empecé a reír, pero él se hizo el dolorido en el suelo.

John: ¡John te odian! – Chilló - ¡Incluso las bellas señoritas te humillan y te empujan contra el suelo! ¡Oh que fue de ese John Lennon al que todas las chicas volvía locas, al que a todas las chicas hacía chillar en Liverpool y en Hamburgo! ¡¿Dónde está ese John Lennon?!

Tu: John por favor levanta – Dije sonrojada – La gente nos mira cuando pasa.

John: ¡Oh pobre John…!

Pero no dejé acabar la frase, le cogí de la mano e hice que se levantara del suelo, ya que la gente nos miraba extrañados al pasar, y a él parecía darle igual.

Se empezó a reír y me contagio su risa a la vez que caminábamos.

Tu: No tienes remedio John Lennon. – Dije negando y sonriendo.

John: Pero te hago reír. – Afirmó parándose enfrente de mi, entrecerró los ojos y me miró con persuasión - ¿O no le hago reír señorita Sutcliffe?

Tu: Déjeme pensar señor Lennon – Dije mirando hacía arriba pensativa - ¡No!

Después de responder medio chillando empecé a correr sabiendo que John vendría a por mi después de esa respuesta que recibió. Y exactamente me di la vuelta mientras corría y pude ver a John viniendo hacía mi lo más rápido que podía.

Pero él corría más rápido que yo, por lo que no tardó demasiado en cogerme.

John: ¡Ajá! ¿Cuál fue su respuesta señorita? – Dijo sofocado sujetándome del brazo.

Tu: ¿Qué no la escuchó señor Winston Lennon? – Le dije sonriendo.

John: Quería saber si ha sido modificada – Respondió.

Tu: Siento informarle – Le dije – Que no fue modificada, sigue siendo la misma que hace dos minutos.

John: ¿Dos minutos he tardado en cogerte? – Preguntó pensativo.

Tu: Un minuto – Rectifiqué riéndome.

Se empezó a reír y nos sentamos en un pequeño banco que se encontraba enfrente de un pequeño árbol.
John se introdujo la mano dentro del abrigo y sacó un cigarrillo, se lo encendió y se puso a fumar.

Tu: No hay piso que enseñar ¿No? – Le pregunté mirándole.

John negó con la cabeza mientras expulsaba el humo por la boca y se centraba en el horizonte con sus gafas de sol.

Tu: Eres diferente – Dije mirándole de perfil.

John se giró y me miró a los ojos dándole una calada al cigarrillo.

John: ¿Y me lo dices tú? – Preguntó extrañado – Ya te he dicho que he conocido a pocas chicas como tú, así que aquí la diferente eres tú.

Tu: Y yo te digo que nunca he conocido a un chico como tú. – Le respondí.

John sonrió de lado mientras daba una calada y me dedicó una pequeña carcajada.

John: Eso es bueno. – Susurró.

20 de febrero de 2012

07. Where is John?



                                                                                              Londres; Invierno 1963

Todos miramos hacía nuestro alrededor por si veíamos a John y allí enfrente del mostrador nos lo encontramos hablando con dos chicas no más mayores que él. Brian suspiro y se acercó a John.

Brian: Hola chicas – Dijo sonriente – ¿John quieres dejar de molestarlas y venir con nosotros?

John: No. – Le respondió serio y continuó hablando con esas dos jóvenes chicas.

Brian: No querrás que llame a Mimi ¿No? – Dijo serio.

John: Bueno lindas y dulces mujeres – Dijo dramatizando como sabía hacer él – El trabajo me llama. Espero volver a verlas lo antes posible.

Y dándoles un beso en las manos se marchó detrás de Brian camino hacía donde estábamos los demás.

Brian: Bueno ¿Ya estamos todos? – Dijo chocando sus manos.

Ringo: Paul fue al baño. – Le informó.

Brian: ¡Oh señor! Me quieren matar un día ¿No? – Dijo suspirando.

John: Le quisimos matar ya hace tiempo – Dijo guardando las gafas en su abrigo – Pero el hecho de que sea nuestro manager nos tiró para atrás.

Brian: John las gafas. – Le riñó.

George: John las gafas – Le hizo burla.

John: No te rías estúpido – Se quejó dándole una colleja.

George le devolvió la colleja y John se giró bruscamente cara él, a lo que George se alejó de John y este empezó a reír.

Paul: ¿Aún están aquí? – Preguntó colocándose la chaqueta – Podrían haber ido subiendo.

Brian: Te estábamos esperando Paul – Dijo subiendo las escaleras – Venga subamos, George nos espera.

Ringo: George está aquí a mi lado – Dijo señalándole.

Brian: Martin. – Explicó.

John: Estúpido. – Murmuró.

Brian: John no empieces otra vez – Le riñó - ¿Cómo lleváis las nuevas canciones? ¿Tenéis algo nuevo?

John: No seas impaciente – Le respondió – Acaba de salir Please Please me.

Brian: Por eso George Martin quiere grabar el disco debut cuanto antes y que se lance los más pronto posible – Les informó a los chicos.

Entraron dentro de uno de los estudios de grabación donde se encontraba George allí esperándolos de pie.

Martin: Hola chicos, los estábamos esperando – Les saludó – Buenos días Charlotte, ahora iré contigo y te presentaré a los encargados de prensa.

John: Brian nos ha comentado lo del disco debut – Dijo acomodándose en una de las sillas del estudio.

Martin: Si chicos de eso quería hablarles – Explicó – Tenía planeado que fuese grabado en The Cavern, pero prefiero hacerlo aquí en los estudios, en vivo.

Ringo: ¿En vivo? – Preguntó sacando sus baquetas de un bolso.

Martin: Si, sería en una sesión a ser posible – Informó – Así que me gustaría que fuesen trabajando en las canciones, cuanto antes mejor.

Tu: Tú tienes una muy buena – Le susurré a George.

Pero este negó con la cabeza rápidamente y se levantó para sacar su guitarra, Paul y John les imitó y los tres se pusieron manos a la obra con Ringo en la batería.

Martin: Charlotte – Me avisó – Ven por acá.

Seguí a George Martin por fuera de ese estudio de grabación y caminamos ambos por un largo pasillo.

Martin: ¿Cómo vas con los chicos? – Me preguntó amablemente.

Tu: La verdad es que muy bien – Dije sonriendo – Son muy amables conmigo.

Martin: Si, en verdad tienen un gran corazón – Dijo riéndose – Escondido en algún lugar.

Ambos nos reímos a coro, y continuamos caminando.

Martin: ¿Qué te parece la nueva canción Please Please me? – Me preguntó con curiosidad - ¿Los ritmos y la letra? ¿Te gusta?

Tu: Si le soy sincera la verdad es que me encanta señor – Le expliqué – Desde que, bueno mi hermano estuvo en el grupo siempre los había escuchado y me encantaban veía algo diferente en ellos, en su música, su aspecto que me hacía querer escucharles más y más, y cuando escuché el año pasado Love me do y hace poco Please Please me, sentí que si se lo tomaban en serio podrían llegar a conseguir algo muy grande.

George Martin asintió sonriendo y abrió una de las cuantas puertas que se encontraban por el largo pasillo. Allí dentro nos encontramos con dos personas una mujer que estaba sentada en uno de los sillones y un chico que se encontraba apoyado en la pared.

Martin: Nathan, Susan. – Llamó su atención – Os presento a la que será vuestra nueva compañera Charlotte.

Me acerqué a los dos y les saludé con un pequeño estrechón de manos, parecían muy sociales y simpáticos los dos, y la verdad no parecían ser mucho más mayores que yo.

Martin: Ambos acaban de entrar en este proyecto como tú Charlotte - Me explicó - así que deberéis de empezar poco a poco. En estos momentos y para ser sincero no tendréis demasiado trabajo, tal vez algunas revistas o periódicos se querrán interesar por el grupo.

Nos explicó cuál iba a ser nuestro trabajo con el grupo, en este caso Nathan y Susan se tendrían que hacer cargo de concertar entrevistas y ruedas de prensa para el grupo, e informar a los demás periodistas interesados en The Beatles de la noticia que querían dar.

Martin: Pero esta claro que eso sería más adelante y si todo saliese bien – Nos informó – Por otra parte tú Charlotte serás la directora de fotografía, te encargarás de la creación artística de imágenes. – Me explicó – Fotografiarás al grupo en el estudio y demás actividades que se te requiera, después esas fotografías servirán para que llevar a cabo algún proyecto, como la portada del LP o para algún artículo promocional o demás trabajos.

Asentí George decidió dejarnos a los tres a solas para que nos fuéramos conociendo y así hablar sobre nuestros recientes trabajos.

Nathan: Bueno Charlie. ¿Te puedo llamar Charlie? – Me preguntó sonriente.

Tu: Claro. – Dije sonriente.

Nathan: Bueno, pues el señor Martin nos habló de que ya conocías a los chicos desde hace unos años. – Me explicó.

Susan: Vivías en Liverpool ¿No? – Dijo sonriendo.

Tu: Si, vivía allí de toda la vida. – Les dije sentándome en un sillón – Y ¿Vosotros sois de Londres?

Susan: Si, yo nací aquí. –Se explicó – Y bueno surgió este proyecto cuando estaba estábamos en la universidad, y decidimos presentarnos.

Nathan: Y tuvimos la suerte de que nos eligieran, para llevar a cabo el proyecto con un nuevo grupo de Rock and Roll – Se explicó – La verdad es que supimos de ellos poco, nos presentamos como para cualquier otro grupo, no les conocíamos.

Susan: Pero al escucharlos… - Dijo sonriendo – No sé era un tipo de música nuevo, que nunca había oído antes, y nos encantó. Nos sentimos orgullosos al ser elegidos y formar parte de ellos y de su música.

Estuvimos hablando durante horas, pero se pasaron realmente rápidas. Ambos eran amables y estaban emocionados al igual que yo de formar parte de esto. Aunque para mi era algo más, era seguir unida con Stuart, una unión que The Beatles simbolizaba para mi.
Salimos y me despedí de ellos, ya que se iban a comer, llamé a la puerta del estudio y Brian me dio paso.

Brian: ¿Qué tal te ha ido? – Me preguntó.

Tu: Bastante bien, ambos son muy agradables – Le respondí – Y el señor Martin nos explicó cual sería nuestra tarea con el grupo.

Brian: Me alegro de que te haya ido bien – Sonrió.

Se acercó a los chicos que estaban discutiendo otra vez, y no pude evitar sonreír y negar con la cabeza al verles.

 
Brian: Chicos ¿Qué sucede? – Preguntó con desesperación - ¿Dónde está John?

Ringo: Se fue al baño y aún no regresó – Dijo golpeando con sus baquetas los tambores.

Paul le miró mal haciéndole un gesto de que cerrara la boca, pero Ringo se encogió de hombros sin entender.
Brian se dirigió a una de las puertas que se encontraban dentro del estudio y llamó repetidas veces.

Brian: ¡John! – Chilló - ¡John abre se que estás ahí!

Pero al parecer ni John abría ni Brian podía entrar ya que la puerta estaba cerrada. Mientras tanto Paul seguía intentando decirle algo a Ringo con gestos, pero este seguía sin pillar nada.

Brian: ¡John! – Dijo forzando la puerta.

Tu: ¡Espere! – Dije acercándome a él – Creo que George Martin le buscaba – Dije pensativa – Quería comentarle algo sobre el nuevo LP, y cuando saldrá.

Brian suspiró y miró la puerta del aseo.

Tu: Seguro que es por la cena de anoche – Le dije.

Ringo: ¡Hey! ¿Qué pasó con mi cena de anoche? – Dijo quejándose – Me costó mucho rato prepararla.

Paul volvió a darle un toqué con el pie y un gesto de que guardara silencio mientras que George se llevó las manos a la cabeza.

Tu: Llevaba picante – Le dije a Brian – Seguro que le sentó mal.

Brian: Esta bien – Dijo no muy convencido – Pero cuando regrese quiero que Lennon se encuentre ya fuera de ese aseo.

Brian salió del estudio lo antes posible para ver a George Martin, y Paul estalló contra Ringo.

Paul: Al final tendrá razón John cuando dice que eres estúpido Richard – Le reprochó.

Ringo: ¿Pero por qué me dices eso Paul? – Le preguntó extrañado.

Paul: ¿No ves que John se fue a fumar? – Le dijo – Si le encuentra Brian se la carga.

Ringo asintió y yo vi si podía sacar a John del cuarto de baño.

Tu: ¡John sal ya! – Le dije – Date prisa que Brian se ha marchado.

Los cuatro que estábamos fuera nos quedamos en silencio esperando una respuesta de Lennon que se encontraba dentro pero no hubo respuesta.

Paul: ¿John? – Dijo golpeando la puerta - ¡John!

Tu: ¿Creéis que le ha podido suceder algo? – Pregunté con miedo.

Paul: No puede ser – Dijo negando con la cabeza.

Tu: ¡John Winston Lennon! – Chillé – Deja de hacer el tonto y sal ya de ahí.

No me podía creer lo que le acababa de decir a una persona que apenas tenía relación con ella desde hace un día, pero los nervios y todo me llevaron a decirlo.

Paul arqueó las cejas al mirarme y prosiguió golpeando fuertemente la puerta, pero antes de que John saliese, la puerta del estudio se volvió a abrir para dejar paso a Brian.

18 de febrero de 2012

06. Sunshine.

Londres; Invierno 1963

Abrí los ojos lentamente y cambié de posición en la cama, algo me había despertado y creo que estaba sabiendo lo que era.

John: ¡Paul largo! – Chillaron en la habitación de al lado.

Paul: No es mi culpa que tengas una manta tan pequeña en la cama. – Dijo lentamente.

John: Cogeré frío y enfermaré como me sigas destapando – Se quejó – Y John Winston Lennon morirá.

George: Haber si es cierto y te callas de una vez – Chillaron desde otra habitación.

Ringo: ¡Chicos arriba! – Dijo acompañado de un solo de batería desde otra de las habitaciones.

George: ¡Que alguien le dé un platillazo en la cabeza para que pare! – Chilló molesto.

John: ¿Por qué tuviste que arreglar anoche mi cuarto? – Preguntó – Ahora no encuentro mis gafas.

Paul: No me eches la culpa de no encontrar tus gafas John Lennon – Le explicó – Yo no toqué tus gafas.

John: Claro ahora no tocaste nada. – Dijo con enfado.

Me levanté de la cama y me acerqué a abrir las cortinas para dejar que entrase algo de luz en esta oscura casa. Cada vez estaba más segura que lo mejor sería irme a dormir yo sola al sofá y dejarle la habitación a Paul.

Cerré la puerta y me cambié de ropa para bajar a desayunar con los chicos.

Tu: Buenos días – Dije entrando en la cocina.

John: Bueno, buenos, buenos días. – Dijo sonriéndome con sus gafas negras.

Tu: ¿Has encontrado las gafas? – Le pregunté.

John: Eso creo. – Respondió sonriente.

Ringo: Era una pregunta para que le dijeses donde las has encontrado – Especificó.

John le miró serio y Ringo se encogió de hombros.

John: Estúpido. – Susurró.

Ringo: ¡Cállate! – Le chilló cogiendo su café.

Paul: Buenos días. – Dijo entrando por la puerta – Que buen día hace hoy ¿No? ¿Cómo has dormido?

Tu: Muy bien – Le respondí sonriente – Chicos, ahora que estáis juntos quería deciros, que tal vez lo mejor sería dejarle a Paul su cuarto y yo me vendría a dormir al sofá, que no me importa.

Paul: ¿Al sofá? – Preguntó atónito – No, no permitiré que una bella señorita duerma en el sofá. Antes me vengo yo a dormir en él.

John: Pues no es una mala idea Paul – Dijo comiéndose una magdalena – No estaría mal que te vinieses a dormir al sofá, así no tendría que aguantar tus ronquidos.

Paul: ¿Ronquidos? – Preguntó asombrado – Yo no ronco John.

John salió de la cocina burlándose de Paul, mientras este iba detrás de él diciéndole que no roncaba.

George: Tengo un grave dolor de cabeza – Dijo entrando a la cocina – No soporto escucharles discutir, si siguen así me va a explotar el cerebro.

Tu: ¿Te apetece un café cargadito? – Le pregunté.

George: Me vendría estupendo. – Dijo sentado en la silla.

Le preparé un café para que le ayudase a despertar un poco, mientras John y Paul discutían como dos niños cuando quieren una misma pelota, y mientras Ringo escuchaba la radio.

George: ¡Ay! ¡Callar ya! – Chilló desde la cocina.

A los segundos entraron en la cocina pero ya en silencio y cada uno se posiciono en una parte separado del otro.

John: ¿Cómo se te ve hoy el día Charlie? – Preguntó acercándose a mí.

Tu: Pues la verdad es que tengo que hablar con Brian que me tiene que presentar a los encargados de la prensa – Le expliqué – Ya que tendré que trabajar con ellos en algunas ocasiones.

Paul: ¿Y después esta bella señorita va a ir a comer con alguien? – Preguntó sonriendo.

Tu: Pues la verdad es que…

John: Es que la iba a acompañar a ver un piso. – Me cortó John.

Miré a Paul que asintió y salió de la cocina acompañado por George para coger los instrumentos que los tenían arriba.

Tu: ¿Tan pronto me quieres tirar Lennon? – Pregunté acabándome el zumo.

John: ¿Tan pronto quieres caer en las redes de Paul? – Dijo encogiéndose de hombros y saliendo de la cocina.

Fregué el vaso y subí a recoger mi bolso y mi cámara de fotos que me llevaría al estudio y que empezaría hoy haciéndoles fotos a los chicos.

Cuando bajé estaban recogiendo sus abrigos y saliendo a la calle, fuimos a los estudios andando ya que no vivían muy lejos de ellos y no les apetecía coger el coche según ellos.

Paul: Esta noche yo quiero salir – Dijo a los demás.

John: Esta noche saldremos. – Afirmó.

Ringo: ¿Y si Brian no nos deja? – Preguntó.

John: Esta noche saldremos – Repitió otra vez.
 
Continuamos andando camino a los estudios cuando Paul se puso a mi lado.

Paul: ¿Tan pronto te quieres ir de casa? – Me preguntó.

Dejé de observar la cámara de fotos y alcé la mirada para ver esa pequeña sonrisa que me ofrecía Paul.

Tu: No es que me quiera ir – Dije sonriente- Si no que ya son muchos en esa casa y una persona más ya serían demasiados.

John: Si es por eso no te preocupes – Dijo entrando en la conversación – Tiramos a Ringo y seríamos siendo el mismo número.

Tu: Te recuerdo que fuiste tú quién me va a acompañar a ver el piso ahora más tarde – Dije riéndome.

John: Te recuerdo que te hago un favor acompañándote a verlo – Dijo apartando a Paul o ocupando su sitio.

Tu: ¿Tu crees? – Le pregunté interesada.

John: ¿Quiere la señorita caer en las redes del joven McCartney tan pronto? – Susurró para que solo le oyese yo.

Tu: Tranquilo no te preocupes – Dije riéndome - No caeré ni pronto ni tarde.

John se empezó a reír al igual que yo y los demás nos miraron con preocupación mientras seguían caminando.

George: Están todos locos. – Negó con la cabeza.

Ringo: Pobrecilla – Susurró – John la metió en su mundo. Creo que no podría soportar tener alguien más como Lennon en casa.

John: Sabes que me adoras Richard – Dijo pasándole el brazo por sus hombros.

Ringo: ¡Ay John! – Se quejó quitándole el brazo de su hombro – No me soples en el oído, que sabes que no me gusta.

Me reí y comencé a subir las escaleras de los Emi Studios, donde dentro se encontraría Brian con George esperándonos. Pero Paul se me adelantó y me cortó el paso con su mano.

Paul: Adelante – Sonrió mientras me abría la puerta.

Tu: Que caballeroso – Dije entrando.

Paul: No se podría esperar menos con una hermosa dama – Y otra vez lo volvió a hacer, poner esa pequeña sonrisa donde enseñaba parte de sus blancos dientes.

George: No se podría esperar menos de Paul McCartney diría yo – Dijo entrando detrás de mi.

Paul: ¿A que te refieres con eso? – Le preguntó con curiosidad.

George: A que con todas eres igual. – Dijo encogiéndose de hombros.

Paul: Yo no soy con todas igual – Se quejó siguiendo a George.

Intenté a partarme de ellos ya que estaba en mitad de la discusión y me acerqué a unos pequeños asientos, pero no me dio tiempo a sentarme ya que Brian bajaba por las escaleras.

Brian: Buenos días chicos – Dijo sonriendo – Buenos días Charlotte.

Tu: Buenos días – Dije acercándome a él.

Brian: ¿Qué tal has dormido? – Preguntó con preocupación - ¿Te trataron bien?

Tu: Estupendamente señor – Respondí sonriente.

George: Ve – Dio señalándome – Y no se fía de nosotros.

Brian: No es que no me fíe de ustedes chicos – Le respondió – Si no que John… Espera un momento ¿Dónde está John?

14 de febrero de 2012

05. Beginning of new life.

Londres; Invierno 1963

Esa noche los chicos no habían salido a ningún lado, si no que se habían quedado en casa ayudándome a recoger y colocar algunas de las cosas que me traía desde Livepool.

John: Son las suyas ¿Verdad? – Escuché a alguien decir detrás de mi.

Me giré y vi como John tenía en sus manos unas gafas de sol, que pertenecían a mi hermano Stuart.

John: La mayoría de veces salía con ellas puestas – Dijo poniéndoselas – Le gustaban demasiado.

Dejó las gafas, encima de la maleta donde se las había encontrado y me ayudó a poner unos vestidos ya que no llegaba al estante del armario.

John: Paul tiene esto demasiado ordenado – Dijo mirando a su alrededor – Se quejará cuando entre a mi cuarto.

Y antes de poder articular alguna palabra se escuchó.

Paul: ¡John escondes a un momia aquí! – Le escuchamos chillar.

John: ¿Qué pasa Paulie? – Preguntó enfrente de mi, con una sonrisa de oreja a oreja.

Paul: John, tu cuarto es un desastre – Se quejó entrando en su cuarto - ¿Desde cuando no lo arreglas?

John: ¡Calla! Me recuerdas a Mimi – Dijo mirándole.

Paul: Si vamos a convivir en el mismo cuarto, debes de arreglarlo al menos una vez a la semana – Le explicó – Si no, no entraré.

John: Nadie te dijo que durmieras conmigo. –Se quejó – Es mi cuarto, lo limpio cuando quiero y si quiero.

Paul: Una cosa es tenerlo desordenado, otra es que el aire sea tóxico – Dijo molesto.

Ringo: ¿Qué sucede? – Entró en la habitación preguntando.

Paul: El cuarto de John es lo que sucede – Dijo negando con la cabeza.

Ringo: ¿Tuviste el valor de entrar? – Preguntó con asombro – Estoy orgulloso de ti Paul.

John: ¡Ya vale chicos! – Chilló – Le están dando una mala imagen de mi a Charlie.

Me estaba intentando aguantar la risa durante toda la larga conversación, eran unos chicos la mar de peculiares.

Ringo: Creo que ya la tiene John. – Dijo sonriendo – Por cierto. ¿Qué vamos a cenar? Tengo hambre.

Tu: Yo puedo preparar algo – Dije sonriendo.

Paul: Eres nuestra huésped – Se acercó a mi – No debes porque preparar nada, John hará la cena y mientras tú y yo podemos acabar de colocar tus cosas.

John: ¿Yo? – Preguntó señalándose – Yo estaba ayudando a colocar sus cosas, cuando tú empezaste a chillar desde mi cuarto.

Paul: Por eso ahora yo le ayudo a colocar sus cosas – Le explicó – Mientras tú haces la cena.

John: Ringo es el mayor de todos – Dijo señalándole - ¡Su obligación es alimentarnos!

Ringo: Siempre tengo que hacer yo la cena – Se quejó.

Tu: Chicos de verdad que a mi no me importa…

John&Paul: ¡Que no! – Chillaron a la vez.

Tu: Vale – Murmuré.

Ringo bajó las escaleras murmurando cosas entre dientes, mientras que John y Paul seguían discutiendo en el cuarto. A lo que yo me salí sin que se dieran ni cuenta y seguí el sonido de unas punzadas de guitarra que provenían de una habitación al final del pasillo.

Tu: ¡Oh! Lo siento, no pretendí interrumpirte – Dije al ver que me había visto.

George: No pasa nada – Se quitó la guitarra – Pasa me gustaría enseñarte algo y que me dieras tu opinión.

Entré como me dijo y me senté a su lado en la cama mientras sacaba unos papeles de un cajón.

George: No está aún finalizada – Me explicó.

Después de haberme dado ese dato, se levantó tomó su guitarra y comenzó a tomar forma una de las canciones más hermosas que había escuchado en mi vida, para dejar al desnudo algunos sentimientos de George en esa canción.

Tu: Es hermosa – Susurré al acabar la canción.

George: No es del todo buena – Dijo quitándose la guitarra.

Tu: ¿Quién dijo eso? – Pregunté con curiosidad.

George: Yo mismo. – Afirmó.

Tu: Entonces tu mismo no tienes razón – Dije asintiendo - ¿Se la has enseñado a los demás?

George negó con la cabeza y guardó los papeles de donde los había sacado anteriormente.

George: Paul y John son los que se encargan de componer las canciones – Me explicó – Ringo coge el ritmo con la batería y yo cojo los acordes con la guitarra.

Tu: ¿Y siempre será así? – Le pregunté.

George se encogió de hombros e hizo una mueca con la boca de no saber, pero que por ahora era así.

George: ¿Bajamos a cenar? – Me preguntó.

Asentí y salimos de su habitación, en ese pequeño rato había podido descubrir lo diferente que era George de cómo me lo había podido plantear yo anteriormente. Ahora sabía perfectamente el aprecio que le tenía Stuart y todo lo que me contaba de él en sus cartas.

Ringo: ¡Le cena ya esta! – Chilló desde la parte de abajo – Como siempre el Cheff Starkey en la cocina.

Bajé por las escaleras y entré al salón donde estaba la mesa ya preparada y el pollo puesto en el centro junto con una ensalada.

George: No te quejes – Dijo sentándose en la mesa – No siempre lo haces tú.

Ringo: George nunca cocina. – Se quejó.

John: Nunca le dejáis cocinar. – Dijo entrando por la puerta.

Paul: El día que cocino George nos pasamos todas las horas de grabación en el aseo – Admitió – No sé lo que le pondría a la pasta.

George: Le puse las especias que John dejó sobre la encimera – Dijo cortando el pollo.

John: ¿Cuantas veces te expliqué que eso no eran especias? – Dijo asintiendo con la cabeza.

Tu: ¿Entonces que eran? – Pregunté mirándole.

De repente los cuatro de Liverpool se callaron y empezaron a comer el pollo cambiando de tema de conversación.

Ringo: ¿Cómo vais con las canciones? – Les preguntó a John y Paul.

Paul: Bien, bien. – Dijo masticando el pollo – Tenemos que hacer unos arreglos a un par.

John: Nos dijo que necesitábamos diez canciones para Please Please me – Se explicó – Y en una sola sesión serán grabadas.

Sonreí y negué con la cabeza, al ver el cambio de tema repentino que habían dado para no querer responderme a la pregunta.

Acabamos de cenar y me subí arriba a colocar las pocas cosas que me faltaban, cuando saqué de la maleta pude ver las cartas que me había enviado con mi hermano durante estos últimos años y una que tenía separada, que iba a pasar a manos de otro dueño.

Tu: John puedes venir un momento – Dije bajando al salón.

John se levantó y me siguió hasta la habitación de Paul donde estaba ordenando las cosas.

John: ¿Ocurre algo? ¿Necesitas que te ayude a algo? ¿Paul quiere acosarte? – Empezó a preguntarte rápidamente.

Tu: No, John. – Le corté riéndome – La verdad es que quería darte algo.

John: ¿Darme algo? – Preguntó extrañado y con una sonrisa en la boca - ¿Quieres darme un beso? ¡Bésame!

Se acercó rápidamente a mi pero le aparté con la mano y ambos nos empezamos a reír.

John: ¿Me has rechazado? ¿A John Winston Lennon? – Dramatizó - ¡Oh! ¿Que será de mi? Seré un solitario hombre que terminará la vida vagando desolado por las frías calles de Liverpool.

Tu: ¿Por qué no te dedicaste al cine? – Dijo burlándome – Se te da bien.

John me miró extrañado pero sin quitar esa pequeña sonrisa de sus labios. Y no se cortó en decirme lo que pensaba.

John: Eres diferente – Susurró  sonriendo.

Tu: ¿Diferente? – Pregunté.

John: Pocas chicas como tú conozco en Inglaterra. – Afirmó – Conocí más en Hamburgo.

Tu: Tal vez mis padres me mintieron y soy adoptada. – Dijo sarcásticamente.

John: Imposible. – Negó con la cabeza sentándose en la cama de Paul – Si no también lo tendría que haber sido Stu, tienes un gran parecido a él. Me recuerdas a él.

El silencio después de esa frase sucumbió en la habitación de McCartney y aproveché para sacar la carta que le quería dar.

Tu: John, la verdad es que quería darte esto – Le acerqué el pequeño sobre a sus manos.

John, leyó de la persona de quién procedía y me miró sin estar seguro de lo que tenía que hacer.

John: Era de Stu. – Susurró – Pero era para ti.

Tu: Estoy segura de que a él no le hubiese importado que la leyeras – Dije sonriendo – Ni de que la tuvieras.

John me miró no muy seguro de lo que debería hacer, pero lentamente abrió el sobre y sacó dos hojas de papel escritas con la peculiar letra de Stuart.

Comenzó a leer y pude ver miles se sentimientos salir de su cuerpo y expresiones de todo tipo en su cara, pude comprobar la cara oculta del verdadero John Lennon que a pocas personas había mostrado en esta vida y que le era muy complicado mostrar a alguien.

12 de febrero de 2012

04. Emi Studios.

Liverpool; 12 Febrero 1963

Ya me había despedido de mi familia cuando me dirigía a embarcar dentro del avión que me llevaría a Londres, la gran ciudad inglesa.

Entré dentro y me senté en el asiento asignado anteriormente. Hacía un mes le envié mi respuesta al Señor Epstein, comunicándole que estaría encantada y dispuesta a participar en ese proyecto que se estaba llevando a cabo con The Beatles.

Sabía que participando con ellos encontraría la forma de recordar a Stuart, ellos me recordaban a él, ellos eran sus mejores amigos, especialmente John. Stu tenía con él un vínculo que nunca pude llegar a comprender.

El viaje en avión se pasó verdaderamente rápido, leyendo revistas y conociendo lo que pasaba actualmente en el mundo.

Bajé del avión y me dirigí hacía la cinta transportadora que debía de traer mi equipaje, supuse que como me había informado Brian, él y los demás estarían esperándome en el aeropuerto.

No tardaron mucho en salir mis maletas, pero un hombre me ayudó a recogerlas de la cinta.

Caminé en dirección a la salida esperando encontrarme con alguien a quien conocía, y a lo lejos me topé con un señor alto y moreno, que me dedicaba una feliz sonrisa. Se acercó a mi y me recogió las dos maletas que llevaba conmigo.

Brian: Bienvenida Señorita Sutcliffe – Dijo sonriendo.

Tu: Gracias. – Sonreí – Pero llámeme Charlotte.

Brian: Como deseé – Dijo empezando a caminar - ¿Ha tenido un buen vuelo?

Tu: La verdad es que si – Dije asintiendo.

Brian: Me alegro. – Dijo – La verdad es que me siento halagado de que decidiese embarcarse con nosotros en este proyecto. – Me explicó – A los chicos les encantó la idea de que usted fuera nuestra fotógrafa.

Sonreía al recibir estas gratas noticias de él.

Brian: Si me permite hacer el comentario – Empezó a decir – Creo que usted le va a hacer mucho bien a los chicos, sobretodo a John. – Bajó el tono – Ser la hermana menor de Stuart ayudará a John a superar ese dolor que no quiere expresar.

Miré a los ojos a Brian y asentí levemente con una forzada sonrisa que no quería salir en estos momentos al recordar a Stuart.

Subimos a un taxi que nos estaba esperando a la salida del aeropuerto, Brian le informó que nos dirigíamos hacía los Emi Studios.

Brian: Vayamos primero a recoger a los chicos – Me explicó – Y más tarde nos dirigimos a enseñarle su casa, donde podrá descansar. Ya que me imagino que aunque haya sido corto el viaje estará cansada.

Tu: Me parece bien. – Dije sonriendo.

El trayecto en taxi fue la mar de silencioso, debido a que no había la confianza suficiente entre nosotros y no era un lugar para hablar del proyecto ni de The Beatles.

Brian: Aquí tiene. – Le entregó el dinero al taxista.

Entre los dos recogimos el equipaje y lo entramos dentro de los estudios, era una preciosa casa blanca con unas escaleras que te guiaban hasta la puerta de entrada.

Brian: Pasemos. – Me ordeno.

Entré dentro después de haber subido las escaleras, dentro había un recibidor con diversas habitaciones y las escaleras continuaban y llevaban al piso de arriba.

Brian: Subamos. – Me informó – Estarán arriba. Buenos días Jane

Jane: Buenos días señor Epstein. – Le saludó.

Brian: ¿Le importa que dejemos las maletas mientras estamos arriba? – Le preguntó.

Jane: Por supuesto que no. – Dijo sonriente – Déjenlas.

Dejamos las maletas y subí al piso de arriba guiada por Brian, abrió una puerta y entró dentro seguido por mi.

George: Ya era hora. – Dijo dejando la guitarra - ¿Se puede saber donde estabas?

Paul: Hemos tenido a Ringo quejándose todo el tiempo – Dijo enfadado.

Ringo: Eso no es cierto. – Dejó las baquetas encima de la batería – John no ha dejado de molestarme en todo el rato.

Pude ver como Lennon se burlaba de él poniendo una cara extraña.

Ringo: ¿Ves? – Señaló a John.

Brian: Chicos ya basta – Dijo acercándose a ellos – Me he marchado porque tenía que recoger a…

Pero antes de que Brian les finalizase de contar lo que había hecho los cuatro de Liverpool ya se habían acercado a mi dejando sus instrumentos.

George: ¿Tu hermana? – Preguntó acorralándome.

Brian: No chicos a…

Paul: Tú prima – Dijo sonriendo.

Brian: No, no a…

Ringo: ¿Sobrina? – Preguntó.

Brian: Chicos quieren…

John: A una bella señorita – Asintió sonriente.

Brian: No chicos. – Dijo, pero negó con la cabeza – Bueno si es bella, pero chicos escucharme.

Los cuatro Beatles se giraron hacía su manager y le miraron en silencio, mientras tanto yo seguía allí acorralada entre ellos.

Brian: Ella es Charlotte – Les explicó – La nueva fotógrafa, la hermana de…

John: Stu… - Murmuró girándose hacía mi.

Lennon se echó para atrás dejándome algo más de espacio para respirar y asintió seriamente.

John: Me alegra volver a verte – Susurró serio – Estamos encantados de que trabajes con nosotros.

Miré a los demás y los otros tres chicos sonreían asintiendo, estaba claro que no iba a ser un periodo de tiempo tranquilo con estos cuatro chicos.

5 de febrero de 2012

03. Make a decision.

Liverpool; 10 Diciembre 1962

Los rumores que solían correr por las calles de Liverpool eran ciertos, al parecer Pete Best fue sustituido y después de un par de contratiempos con otro baterista, Richard Starkey es el actual y oficial baterista de The Beatles.

En Octubre salió un sencillo, ‘Love me do’ había sido un gran éxito, alcanzó el número diecisiete en listas británicas. Pero aún hubo más, el pasado mes actuaron por televisión hicieron el debut de ‘Please, Please me’ y poco a poco la locura se fue formando.

Ayer recibí una carta de Astrid, me informó que le habían contestado la carta que le envió a unos amigos con mis fotos y que estaban interesados en contactar conmigo y en hacerme un contrato.

Ya había comenzado el segundo curso de la universidad, y como había supuesto anteriormente el trabajo se me acumuló rápidamente.

Regresé pronto a casa, me habían mandado un trabajo para hacer en la universidad, así que cuanto antes lo acabara mejor ya que esta noche quería ir a The Cavern con unas amigas de la facultad.

Madre: Charlotte – Llamó desde la cocina.

Tu: Dime madre. – Le respondí desde el piso superior.

Madre: Has recibido una carta – Me avisó – No lo recordé cuando llegaste, la tienes en el salón.

Bajé las escaleras deprisa, no sabía de quien podría ser, debido a que aún no le había enviado respuesta a Astrid.

Entré en el salón y vi un sobre blanco encima de la mesa, contemplé el sello, era Alemán, pero la letra no era de Astrid. Tal vez pudiese ser de Klaus, pero hacía tiempo que no recibía ninguna carta suya.

Abrí el sobre y saqué el papel amarillento que había dentro.

Estima señorita Sutcliffe:

Hemos recibido noticias de que tiene un gran talento, apreciable a la vista de quien haya visto sus fotografías. Gracias a un contacto que tenemos en común, hemos podido apreciar que todas las críticas a favor de su capacidad por la fotografía, son ciertas, puesto que dicha persona nos ha informado que estarías interesada en obtener un trabajo de fotógrafa, hemos decidido informarle de que nosotros estaríamos dispuestos a ofrecérselo.
Estamos comenzando un proyecto musical con un grupo, y desearíamos que usted se encargase de ser la fotógrafa personal de este proyecto.

Suponemos que se sentiría a gusto con sus nuevos compañeros de trabajo ya que ellos están de acuerdo con esta decisión tomada.
Dejando a parte nuestras suposiciones deseamos que se ponga en contacto con nosotros lo antes posible sea cual sea su respuesta.


Un cordial saludo.

                                                                                                          Brian Epstein.

Me dispuse a procesar todas aquellas palabras que acababa de leer en la carta, pero mis ojos se centraban ahora mismo en la ventana que daba a la calle.

Madre: ¿Te encuentras bien Charlotte? – Preguntó mi madre detrás de mi.

Al ver que no contestaba su pregunta y que seguían centrada en la vente sin poder articular ninguna palabra me volvió a preguntar.

Madre: Charlotte, hija. ¿Qué sucede? – Dijo con tono preocupado.

Padre: ¿Ocurre algo Millie? – Preguntó mi padre a mi madre.

Madre: A recibido una carta – Le explicó – Y no articula ninguna palabra. Mira a ver tú Charles.

Noté como se aproximaba mi padre a mi, pero yo en estos momentos estaba meditando como explicarles lo que la carta me explicaba a mi.

Padre: Charlotte Millie Sutcliffe – Murmuró - ¿Qué pone en esa carta?

Me giré lentamente sabía que tarde o temprano tendría que justificar las decisiones tomadas, y esta era una decisión que iba a tomar.

Tu: Hace unos meses – Comencé a decir – Le envié a Astrid unas fotografías que hice hace tiempo. Necesitaba que ella me diese su opinión, ya que tiene experiencia en el tema y reclamé su ayuda. – Dije suspirando – Al parecer movió unos hilos y se han interesado por mi trabajo diversas personas.

Padre: ¿Nos estás intentando decir que hay gente interesada en tu estilo fotográfico? – Preguntó de brazos cruzados.

Tu: Eso parece. – Susurré.

Padre: ¿Y se puede saber quienes son? – Se interesó tocándose la barbilla.

Tu: La carta que acabo de recibir es de Brian Epstein. – Les expliqué – Parece ser que Astrid envió mis fotografías a él.

Madre: ¿El señor Epstein? – Preguntó atónita - ¿El manager de The Beatles?

Tu: Exacto. – Asentí – El proyecto que están llevando a cabo va viento en popa y le gustaría que fuese la fotógrafa del grupo. Eso supondría mucho trabajo y el mudarme allí a Londres o donde ellos vayan.

Mis padres no sabían como expresarse en estos instantes y yo no comprendía lo que quería decirme con esos gestos en sus caras.

Madre: ¿Y tú? ¿Qué quieres hacer? – Me preguntó.

Me quedé pensativa, aún no lo tenía decidido, pero sabía que esto sería una gran oportunidad y que no se me iba a presentar nunca más así como así.

Padre: No olvides que estás en tu segundo año de universidad – Me explicó – Y que si te marchas la carrera que estás haciendo se irá todo al garete.

Madre: Pero es una gran oportunidad – Le explicó a Charles.

Padre: También era una gran oportunidad lo de Stuart.

Mi madre y yo centramos la vista en mi padre pero a los segundos agachamos la cabeza.

Padre: Piénsate bien lo que vas a hacer – Susurró mirando por la ventana – Porque no quiero perder a mi hija.

Dicho eso mi padre salió del salón, seguido de mi madre. Quedándome allí sola, meditando sobre lo que estaba bien o estaba mal, lo que quería y lo que no, lo que debía hacer y lo que sería mejor.

3 de febrero de 2012

02. The Letter.

Liverpool; 18 Agosto 1962

Caminaba lentamente por las calles de Livepool me dirigía a casa cuando de pronto pude contemplar a mi madre hablando el la verja de casa con el cartero.

Parecía un poco más feliz de lo normal, ya que desde lo ocurrido el diez de Abril de este mismo año tanto ella como mi padre y los demás no levantábamos mucha cabeza.
Me aproxime para ver a que se debía esa pequeña sonrisa que deslumbraba en su blanquecino rostro.

Tu: ¿Que sucede? – Pregunté con curiosidad.

Madre: Astrid nos escribe. – Dijo observando la carta.

Había estado carteándome durante los últimos meses con Astrid, ya que estaba comenzando en el mundo de la fotografía, el mismo que ella pertenece y siempre se halagaba cuando le enviaba una carta requiriendo su ayuda, y ella felizmente me respondía.

Mi madre me entregó la carta debido a que venía dirigida para mi. Entré en casa atravesando el porche y después de saludar a mi padre subí las escaleras para descubrir el interior de la carta.

Querida Charlotte.

Me ha halagado mucho que me enviaras esas preciosas fotos que has hecho para pedirme opinión y ayuda. Pero me ha extrañado que no se las hayas enviado a alguna revista o a alguien con contactos para ayudarte a conseguir trabajo.
Como ya te dije en los otros escritos, llevas la fotografía en la sangre y dudo que no te quieran contratar en ningún sitio, ya que, repito lo llevas en la sangre.
Dado que confío en ti y en tu talento, he movido algunos pequeños hilos con la ayuda de unos buenos amigos, y si tenemos suerte y esperanzas dentro de poco recibirás gratas noticias.

Espero que por Liverpool todo haya mejorado y que las penas lentamente se vayan convierto en unas preciosas sonrisas y en alegría.
Por aquí su ausencia hace mella, cada rincón que observo, cada objeto, cada hora del día y noche me recuerda a él. No creo que el paso del tiempo afecte a mis penas, porque se llevó mi corazón con él cuando se marchó.

Espero recibir pronto buenas noticias de vosotros y en cuanto a tú talento ya esta todo dicho, y el tiempo lo afirmará también.

Agradezco que escribas.

PD: Me gustaría que tuvieses estas fotos, para que recordarás como era y que siempre estará cuando le necesites.
                                                                                   Tu querida amiga Astrid.

Saqué las fotos que el sobre guardaba y no pude reprimir alguna que otra lágrima. Al instante me puse a responder su carta dándole ánimos y las gracias por aquellos hilos que según ella había movido.

Guardé el papel que contenía mis escritos en un sobre blanco y junto con las fotos lo dejé encima del pequeño escritorio.
Bajé las escaleras y salí al jardín, mi padre arreglaba su vieja bicicleta al ritmo de la música de la radio.

Mi padre se centró en la radio y no tardé mucho en suspirar, sabía que le recordaba a Stuart, todo le recordaba a él.

Cuando Stuart falleció mi padre no se entero hasta pasadas tres semanas, ya que estaba embarcado como ingeniero en un pequeño barco. Quedó destrozado cuando recibió una carta informándole de lo sucedido y dispuso cuanto antes su regreso a Liverpool.
Se celebró el funeral, aunque echamos de menos a Astrid que no asistió debido a una enfermedad y a John que tampoco le vimos.

La canción siguió sonando mientras mi padre había aumentado el ritmo arreglando la bicicleta.

Padre: ¿Has recibido una carta de Astrid no? – Me preguntó.

Tu: Así es. – Le dije casi en un susurró.

Padre: ¿Como se encuentra? – Dijo sin mirarme.

Tu: Como todos. – Susurré dándole una llave inglesa.

No contestó, cogió la llave que le acerqué y continuó con su trabajo, sabía que esto lo hacía para distraerse y no pensar demasiado.

Pasados unos días.

Los siguientes días pasaron normales, ya había enviado mi solicitud para cursar mi segundo curso en Livepool Collage of Art, ya había finalizado el primero y pronto empezaría el segundo. Siempre me había atraído el arte, eso lo compartía con Stuart por eso iba a la misma universidad que asistió mi hermano y John, aunque la fotografía no la dejaba nunca de lado.

Un viernes normal, como otro cualquiera regresaba a casa muchos rumores se estaban escuchando por lo barrios de Liverpool.

Al parecer el batería, Pete Best había sido sustituido hace un par de días, rumores corrían por todas partes.  Parece ser todos decían un nombre: Richard Starkey, había oido hablar de él, no mucho pero algo.

Mi hermano me contó que lo conocieron en Hamburgo, pero que en Liverpool ya era conocido por estar en un grupo ‘Rory Store and the Hurricanes’ y a parte ser de aquí.

No sé con seguridad si son ciertos esos rumores, simplemente se que son rumores.