30 de agosto de 2012

28. Promotion of the band.


Northampton; Otoño, Noviembre1963.

Dos días después del famoso Royal Variety Show, donde mi querido John dijo aquella frase tan famosa 
Los de las localidades baratas dad palmas. El resto tan solo sacudid las joyas’.

Nos encontrábamos el 6 de Noviembre en Northampton donde iban a dar un concierto en los ABC Cinema.

Paul: Prefiero comenzar con I saw her standing there. – Comentó a los demás – Y luego pasamos a From me to you. ¿Tú que opinas John?

John apartó su vista de mi y la centro en Paul, que esperaba una respuesta.


John: Que eres un aguafiestas. – Se acercó a él y le dedicó una colleja.

Paul: ¡John! – Gritó doliéndose por el golpe – No me había fijado que estabas con ella.

George: Chicos, quieren parar de pelearse. – Continuaba afinando su guitarra.

John: Oh, había olvidado que ahora el pequeño Harold nos daba órdenes. – Mostro una sonrisa burlona.

George: ¿Qué pasa contigo Winston? – Preguntó sonriente.

John se alzó del sofá y mostro su puño, con el cuál George soltó una carcajada, como siempre que se ponía así John.

Paul: ¿Dónde está Ringo? – Miró hacía los lados.

Tu: Dijo que iría al aseo. – Expliqué mientras cambiaba el carrete de la cámara.

John: No pensaba que aguantara tanto. – Comentó arqueando las cejas.

Merce: Eres desagradable John. – Murmuró.

John: ¡Oh! – Soltó al verla entrar. - Pensé que estarías con él.

Tu: John, sabes perfectamente que no se dirigen la palabra. – Le recordé.

Lennon centró su mirada en mí, y parpadeó rápidamente, a la vez que yo negué con la cabeza. Brian entró junto con Ringo y las risas de John comenzaron a estallar.

A saber lo que se le pasaba por la cabeza a este chico…

John: Cuánto habéis tardado. ¿No? – Arqueó las cejas, haciéndonos pensar a todos los presentes lo mismo.

Merce cogió su cuaderno y comenzó a entrevistar a Paul para una revista que le habían encargado el artículo. Al parecer se había convertido en el nuevo rompecorazones del país junto con los demás de Liverpool.

Merce: ¿Cómo te definirías en dos palabras? – Preguntó.

Paul: Caballeroso y gentil. – Respondió sonriente.

Merce: Vale, - Apuntó sus palabras en la libreta – Ahora una pregunta que todas las chicas del país quieren saber. ¿Tienes alguna relación seria con alguna chica?

Paul: Oh. – Se rio – No, en estos momentos estoy suficientemente centrado en este proyecto y no tengo tiempo para relaciones serias.

George: Eso no es lo mismo que le dice a las chicas con las que se acuesta. – Sonrió.

El camerino comenzó a estallar en risas, bajo la atenta y fría mirada de Paul.

Brian: ¡Oh! Por favor, querida no escribas eso en la entrevista. – Dijo educadamente ya que Merce era de entera confianza.

Merce: Tranquilo Brian. – Dijo negando con la cabeza – No saldrá de aquí.

George: ¿Cuánto tiempo creéis que podrá sostenerse esta mentira? – Preguntó en voz alta. – Me he fijado como observan las fans a Charlotte, o como cuchichean cuando ven a Merce hablando con Brian. Se va a derrumbar cuanto antes la mentira.

Merce: Yo no tengo ninguna relación con alguno de vosotros. – Explicó  mientras seguía haciendo la entrevista a Paul.

Paul: Las chicas tendrán que reconocer en algún momento, que no vamos a estar siempre solteros. – Comentó.

Brian: Se alargará todo lo que se pueda. – Informó – Las cosas a su tiempo, finalmente se sabrá, pero no tenemos porque decirlo.

John: Me preocupa que las fans vayan contra ellas. – Se colocó las gafas.

Ringo: Ten por seguro que irán. – Fue la primera vez que habló – Aún recuerdo los sucesos en The Cavern, cuando venía la novia de Paul por aquel entonces a vernos.

Paul: Se tenía que salir antes de acabar la actuación, para no ser pisoteada o insultada por las demás chicas. – Recordó – Así que imaginar ahora.

Brian: Eso es lo que quiero que entendáis, ese es uno de los motivos, que mejor que las fans no sepan vuestras relaciones amorosas. – Daba vueltas por el camerino – Y sería incluso más cruel, sabiendo que Charlotte es la jefa de fotografía del grupo y que está con usted casi las 24 horas.

Los chicos suspiraron después de aquella intensa charla, que ya habíamos tenido más de una vez, y cada uno siguió con sus cosas.

John: Bella señorita. – Susurró a pocos centímetros de mi - ¿Tendría el placer de acompañarme esta noche a cenar?

Tu: ¿A cenar? – Pregunté.

John: Exacto. – Asintió – Imagínese, un picnik a la luz de la luna, en una zona tranquila de Becket’s park, romántico y relajado.

Tu: Suena maravilloso. – Sonreí – Pero recuerda todas las veces que hemos querido hacer una cena tranquila y romántica.

John se quedó pensativo, y negó con la cabeza. Todas aquellas veces nos habíamos encontrado alguna fan que con sus gritos había atraído más fans y finalmente la cena tranquila y romántica había sido un fracaso.

John: Déjame intentarlo. – Susurró – Buscaré el sitio más desierto que haya y allí prepararé la cena.

Brian: Chicos basta de cháchara. – Chocó sus manos – Dentro de cinco minutos salís, y os quiero ver preparados. ¡Venga Richard! ¿Qué te sucede? Pareces apagado.

Paul: La vela del amor se le apagó. – Se encogió de hombros.

Brian: Y la tuya nunca se apaga ¿No? – Dijo suspirando.

George: Con medio Inglaterra que va detrás del galán McCartney, aún tiene para rato. – Rio.

John: No solo van detrás de McCartney. – Guiñó un ojo.

Tu: ¿Te interesa mucho que vaya detrás de ti Winston? – Pregunté arqueando las cejas.

George: Uh, Johnny. – Soltó una carcajada – Te metiste en un buen aprieto.

John: Por supuesto que no señorita Sutcliffe. – Negó con la cabeza – La señorita que me interesa esta delante de mí en estos momentos.

No pude evitar sacar una sonrisa y esperar ese pequeño beso que llegó de sus labios.

George: Que romántico. – Se burló – John siempre tiene una frase para arreglarlo.

Paul: John se irá un día de la boca demasiado. – Cogió su bajo.

Brian: Venga chicos. – Informó – Tenemos que salir al escenario. ¡Vamos John! Ya tendrás tiempo para besos y caricias más tarde.

John se separó a regañadientes, y le hizo un corte de mangas a su mánager para variar.

Brian: Acabarás agotando mi paciencia. – Dijo empujándole fuera del camerino – Si aún me queda algo de ella.

Salieron al escenario vitoreados, al igual que se marcharon de él. The Beatles cada vez se iba extendiendo a lo largo del país, poco a poco adolescentes, niños y mayores les reconocían, conocían sus nombres e iban cantando sus canciones.
Eso proporcionaba aumento de trabajo, nuevas entrevistas, nuevos conciertos, nuevas invitaciones a programas televisivos, menos tiempo para disfrutar de su vida con las personas queridas.


Meses más tarde.

El tiempo iba pasando rápidamente, era un no parar y mi cámara me acompañaba junto a ellos a todas partes. El frío hacía mella en Inglaterra, y por fin era hora de viajar un par de días a casa.

Brian: Recordad que solo serán unos pocos días. – Repitió otra vez – Nos reuniremos el día 2 de Enero en los Estudios.

George: No seas cargante Brian. – Dijo con cansancio.

John: ¿Nos podemos marchar ya? – Preguntó, aunque antes de la respuesta ya se dirigía hacía el taxi.

Brian: Bueno, que tengáis unas felices vacaciones. – Sonrió.

Me despedí de él con un pequeño beso en la mejilla, y le deseé unas felices navidad junto a su familia en Manchester.

Paul: Feliz navidad Brian. – Le deseó.

Marché junto a Paul al taxi, mientras que Richard y George le estrechaban la mano.

Paul: Por fin a casa. – Suspiró – Echaba de menos Liverpool, tengo ganas de llegar a Forthlin Road.

Sonrió y le devolví la sonrisa, mientras abría la puerta del taxi amablemente para dejarme entrar.

Tu: Yo tengo ganas de ver a mis padres y amigos. – Sonreí – Y de probar el pastel de arándanos de mi madre.

Paul: ¿Nos invitaras alguna tarde a probarlo? – Preguntó sonriente.

John: McCartney no seas gorrón. – Negó con la cabeza.

Paul: Si tu fuiste el primero en recordarlo anoche. – Susurró.

John sacó su lengua como gesto de burla y se juntó más a mi, para que pudiese entrar Ringo.

John: Engordaste. – Miró a Richard.

Ringo: ¿Y tú no? – Preguntó.

John: Sigo tan perfecto como siempre. – Tocó su pelo.

Las últimas semanas Richard estaba insoportable, saltaba con cualquier cosa y se enfadaba en casi la mayoría de conciertos, porque según él había sido un gran desastre por su parte.

El silencio que se formaba al estar junto a Merce en alguna habitación era frívolo, él observaba cada uno de los pasos que ella hacía y ella se dedicaba a no atender los movimientos de él.

George: Tengo ansias de llegar. – Suspiró recostándose en el asiento.

Habíamos cogido el viaje nocturno del tren, pensando que sería más tranquilo, pero nada más llegar a la puerta de la estación con el taxi, había gente en multitud agolpándose en el coche.

Paul: ¡Oh, Dios mío! – Gritó mientras salía sonriente.

Habían como unos doce policías intentando controlar a las masas, para que no se pudieran acercar a ellos ni al coche.

John: Pasa delante de mi. – Susurró antes de salir – Sigue a Paul.

Le hice caso y seguí a Paul el cual casi había entrado por la puerta de la estación, los gritos, mayoritariamente femeninos, iban dedicados hacía lo increíbles que eran y lo felices que les hacían. Aunque pude escuchar alguno que otro referido a la relación que se pensaban que tenía con alguno.

Entré detrás de Paul y esperamos a que los otros tres integrantes del grupo pasaran la puerta para poder cerrarla. John se rascó la cabeza y frunció el ceño, al parecer él también escuchado lo mismo que yo.

John: ¿Acaban de referirse a ti como la novia de McCartney? – Preguntó acariciando mi pelo.

George: Ya sabes John, -Dijo sin darle importancia – La prensa hay veces que ya no sabe que inventar.

Sin darle importancia nos dirigimos hacía el andén, donde habían diversas personas más calmadas al verlos, esperando el mismo tren que nosotros.

-          Disculpen. – Dijo un hombre vestido con traje y corbata - ¿Me podría firmar un autógrafo? Mi hija es fan incondicional de ustedes.

Educadamente John recogió el papel que le había entregado y firmó, pasándoselo a los demás tras haber finalizado.

-          Muchísimas gracias.

Paul: No las tiene porque dar. – Respondió sonriente.

El tren no tardó en llegar y tras subir junto a Ringo las maletas, subimos para buscar nuestro vagón y nuestro compartimiento.

George: Algo de serenidad. – Se sentó a gusto en el asiento.

Paul: John, ¿Qué sabe tía Mimi? – Preguntó con curiosidad. - ¿Sabe lo vuestro?

John: ¿Tú que piensas Paul? – Paul se encogió de hombros – A esa mujer no se le puede ocultar nada. La última vez que fuimos para tu cumpleaños, ya me hizo algunas preguntas.  Las cuales negué, pero por teléfono te sonsaca cualquier cosa.

George: ¿Se lo puedes ocultar a todo el mundo, y a tu tía no? – Dijo con extrañez.

Paul: Como se nota que no conoces a la tía Mimi. – Rio – Es lista como nadie. Te penetra con su mirada en tus ojos, y no deja que le mientas.

John: No exageres Paul. – Se encogió de hombros – Yo he vivido con ella muchos años y tampoco es para tanto. Aunque a veces era pedante.

Ringo: ¿Y que hay de tus padres, Charlotte? – Preguntó - ¿Saben lo vuestro?

Negué con la cabeza, no sabría como se tomarían que el mejor amigo de mi hermano, tres años mayor que yo estuviera con su hija.

John: No. – Negó con la cabeza – Me gustaría hacer las cosas bien.

Tu: Es algo complicado. – Expliqué.

George: Es la hermana de Stuart. – Susurró como con miedo a lo que iba a decir.

John: ¿Te crees que no lo he pensado mil veces? – Preguntó con los brazos cruzados - ¿Te crees que no sé como se lo tomaría él si estuviese aquí? Por eso es complicado. Porque conocía a Stuart y se que me hubiera partido la boca. Y su padre también me partirá la boca.

Tu: No, exageres John. – Expliqué.

Paul: No tienen por qué. – Se encogió de hombros mientras fumaba su cigarrillo. – Es su hija, si su hija es feliz contigo deberían aceptarlo.

John: No conoces a Charles. – Negó con la cabeza.

Tu: John, no es para tanto. – Me encogí de hombros.

George: ¿John Winston Lennon, con temor por conocer al padre de su novia? – Rio.

John se levantó enseñándole el puño a George, mientras que Paul se ponía por medio y conseguía que se sentase.

Entre risas, bromas y pequeñas peleas se iba haciendo más y más de noche. Trajeron unas mantas y unos pequeños cojines con los cuales nos pudimos acomodar para descansar.

John: ¿Tienes frío? – Susurró. – Estás helada.

Tu: Un poco. – Murmuré.

George: Si está helada, ¿Para que le preguntas si tiene frío? – Richard soltó una carcajada.

John: Conseguirás un regalo anticipado de Navidad, de parte de mi puño Harold. – Murmuró.

Paul: ¿Este año nos haremos regalos? – Dijo emocionado.

Sonreí y me acomodé bajo el hombro de John y junto a su abrigo y la manta. Poco a poco los cinco íbamos cerrando los ojos, pero siempre se escuchaba un pequeño murmullo prominente de una conversación.

John: ¿Supiste algo más de Michelle? – Susurró mientras hablaba con Paul.

Paul: Poco más. – Se encogió de hombros. – Creo que regreso a Leeds, desde entonces no supe nada más de ella.

John: ¿Te gusto de verdad? – Preguntó.

George: ¿A Paul? – Preguntó entrando en la conversación.

Paul: ¿Pero tu no estabas durmiendo? – Susurró.

George: Es que son interesantes vuestras conversaciones. – Rio.

John: Sh. – Advirtió – Charlie está durmiendo, no la despiertes.

Ringo: Y eso es lo que intento yo. – Dijo con cansancio – Así que si hacéis el favor de callaros, lo podré conseguir.

John: Si ahora íbamos comenzar a hablar sobre Merce. – Explicó – Creo que te interesará esta conversación.

Ringo: Que gracioso Johnny. – Murmuró.

El silencio inundó el compartimento, pero poco tardo en ser roto por la misma persona.

John: ¿Cuánto crees que falta para llegar Paul? – Preguntó a su amigo que al parecer también estaba despierto.

Paul: No creo que más de dos horas. – Informó.

Ringo: Que dos horas más duraderas me proporcionaréis. – Susurró.

John: Bueno como te comentaba sobre Merce… - Comenzó a decir debido al comentario de Richard – creo que a nuestro Richard no le habla.

Ringo: Y tu te pasaste ya de hablar John. – Gritó serio.

Me removí apoyada en el hombro de John el cual,  hizo un gesto para que no chillara a Ringo.

Paul: Richard sabes que tarde o temprano las cosas se van a solucionar. – Le calmó.

Poco a poco entre susurros el sueño iba invadiendo mi mente y después todo mi cuerpo. El cansancio se había adueñado de mi, mostrándome un nuevo mundo de tranquilidad y relajación.

26 de agosto de 2012

27. A long night.

ANTES QUE NADA QUISIERA DAR LAS GRACIAS A TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE SE PASAN POR MI BLOG PARA LEER LOS CAPÍTULOS QUE ESCRIBO, Y QUE LOS COMENTAN. MUCHISIMAS GRACIAS PORQUE VOSOTRAS SOIS LAS QUE ME ANIMÁIS A SEGUIR LA HISTORIA. BUENO Y AHORA SI QUE SI, DEJO AQUÍ EL CAPÍTULO, LA VERDAD ES QUE ME HA COSTADO UN POCO ESCRIBIRLO. ESPERO QUE OS GUSTE.



Bournemouth; Verano, Agosto 1963.

El ascensor nos llevó hasta la planta donde se encontraba mi habitación. John dejó que saliese antes que él, como un buen caballero que era.

John: Por favor. – Dijo indicándome que saliese.

Tu: Gracias. – Le respondí sonriente, mientras sostenía la llave del dormitorio en la mano.

La introduje en la número 216, los pasillos estaban desiertos y a cinco números más de habitaciones se encontraba la de Brian. Silenciosamente abrí la puerta y pude ver como una tenue luz salía de su interior.
Me giré y miré con extrañeza a John en estos momentos no paraba quieto con sus manos, pero aún así me dedicó una tímida sonrisa.

Ambos entramos y mientras escuché como la puerta se cerrada mis ojos observaban de donde procedía la tenue luz.

Tu: ¿Lo has preparado tú? – Pregunté sorprendida.

John: Más bien, con algo de ayuda. – Susurró dejando su chaqueta encima de una silla.

Tu: ¡Vaya! - Dije mirando a mi alrededor y centrando la vista en las pequeñas velas que estaban encendidas por la habitación – No se que decir, simplemente que es precioso.

John: Como usted, dulce señorita. – Susurró aproximándose a mí.

Puso sus manos en mi espalda y me atrajo hacía él posando sus labios junto con los míos, y fundiéndolos en un dulce y tierno beso.

John: Quería decirte, que no se lo que te ha llevado a preguntar si eres atractiva. – Susurró mirándome a los ojos.

Arqueé las cejas y bajé la cabeza como gesto de vergüenza a la vez que mis mejillas tomaban un tono rosado.

John: Pero sea lo que sea, quiero decirte que te quiero – Continuó diciendo – y que reconozco que debe ser muy duro por lo que estás pasando, pero no quiero perderte. No soportaría la idea de verte con otro hombre, creo que caería en la locura. He estado con decenas de chicas antes que contigo, lo admito. Pero sé que con ninguna ha sido como contigo, simplemente quería que supieras eso.

Había guardado silencio durante este tiempo que John había dicho esas hermosas palabras, y en estos instantes aún no podía pronunciar palabra.

John: Ha sido cursi, patético y estúpido decir estas cosas. –Dijo encogiéndose de hombros. – Pero es cierto, y me ha costado bastante decirlo.

Tu: Ha sido fastuoso, hermoso y perfecto que dijeras esas cosas. – Le rectifiqué.

John entreabrió los labios y lentamente se acercó a los míos, donde le recibí encantada el beso.

Narrado por Merce.

Caminé delante de él hacía el lugar calmado al que quería ir, no sé porque acepté hablar con él, pero ya estaba hecho y esperaría a ver lo que me quería decir.

Ringo: Aquí esta bien. – Dijo detrás de mí.

Me di la vuelta y centré mis ojos en los suyos azules, un azul precioso que hace unos meses soñaba ver en persona.

Yo: Bueno. – Me encogí de hombros - ¿Qué es aquello de lo que quieres hablar?

Me apoyé en una barandilla de brazos cruzados esperando la respuesta a mi pregunta.

Ringo: Quería preguntarte que es lo que he hecho mal. – Se atrevió a decir – Me refiero, que ¿Por qué estás así conmigo?

Yo: ¿Por qué estoy como? – Pregunté.

Ringo: ¿Por qué has cambiado de actitud conmigo? – Preguntó otra vez – Antes no era así.

Yo: Creo que tengo una actitud normal contigo. – Le expliqué – No somos nada el uno del otro, simplemente conocidos, y no tengo el porqué tener una actitud más próxima hacía ti.

Pude ver como el chico de Liverpool fruncía el ceño, expresando una extrañez y disconformidad en su interior.

Ringo: ¿Eso piensas? – Preguntó esperando mi negación.

Yo: Si, esa es mi opinión. – Continué afirmando mi argumento.

Starr asintió, encogiéndose de hombros y negando con la cabeza con un gesto perplejo en su cara.

Ringo: Pues creo que si eso es lo que piensas no hay nada más de que hablar. – Tras decir eso marchó por el mismo lugar del que habíamos venido.

Narrado por George.

Entrecerré mis ojos para dedicarle a Lennon una de mis más desafiantes miradas, mientras el sonreía y se despedía con la mano dentro del ascensor.

Heidi: Bueno… - Suspiró - ¿Te apetece ir a tomar algo antes de dormir?

Yo: Estaría encantado. – Dije asintiendo.

Ambos caminamos hacía el bar que se encontraba una planta más arriba del hall, mis amigos se encontraban esparcidos por todo el hotel con una señorita, y yo no iba a ser menos, aunque solo fuera para tomar unas copas.

Heidi: ¿Está siendo dura la gira? – Preguntó para romper el hielo.

La verdad es que aunque fuera la jefa de prensa de grupo era la chica que menos conocía de las tres.

Yo: Agotadora, más que dura. – Le respondí - Comentaste que eras de Manchester. ¿No?

Heidi: Si. – Respondió – Del norte de Manchester.

Yo: ¿Y vas mucho por allí? – Le pregunté – Supongo que tendrás allí algo de familia.

Heidi: Mis padres y hermanos, se encuentran allí viviendo. – Me explicó – Intento viajar en vacaciones, sobretodo de Navidad y pasarla junto a ellos. ¿Tu viajas mucho a Liverpool?

Yo: Menos de lo que me gustaría. – Confesé – Pero intento mantener lo mejor que se pueda el contacto, con llamadas y carteándome.

Tras mantener esta pequeña conversación entramos en un silencio donde simplemente observábamos nuestras copas, y como poco a poco se iban vaciando y llenándose otra vez.
Saqué un cigarrillo y me lo encendí después de ofrecerle uno a Heidi y aceptármelo. Me parecía una chica extrañamente interesante, aún teniendo tres años más que yo no me trataba como el chico menor que ella que era. Al contrario que otras personas, que aún me trataban de menor.

Era atractiva, para que negarlo si lo era. Su cabello recaía en sus hombros y llevaba un precioso vestido negro que realzaba su figura.

No sabía si eran las cinco copas de alcohol que me había tomado, pero tenía realmente ganas de acostarme con ella. Negué con la cabeza intentando quitarme esa idea de la cabeza, y me levanté como pude del alto taburete.

Heidi: ¿Te encuentras bien? – Preguntó.

¿Cómo es que a ella no le habían afectado tanto las copas? Seguía estando intacta, en cambio yo ya notaba como todo a mí alrededor se balanceaba. 

Yo: Si. Si. – Asentí diversas veces – Creo que me subiré a la habitación a descansar.

Dejándola detrás de mi preocupada, tras preguntarme varias veces si quería que me acompañara, seguí mi camino hacía el ascensor.

Narrado por Paul.

Caminé hacía el salón, tras dejar al pobre John preocupado. Sabía perfectamente que esa iba a ser su noche, la noche de John y Charlie, más que nada porque había sido quien había ayudado a John a preparar las cosas.
Velas, flores, perfume, era todo lo que una señorita merecía para hacer perfecta una noche.

Me aflojé el nudo de la corbata, que en estos momentos que estaba apretando demasiado y sequé el sudor de la frente. No sabía porque me había puesto nervioso al pensar en John y Charlie.

Entré al salón y allí junto con un par de amigas, realmente bellas se encontraba Michelle. Adoraba ese nombre, sonaba muy bello al pronunciarlo. Me aproximé y saqué la rosa roja que llevaba escondida dentro del bolsillo de la chaqueta.

Michelle: ¡Oh, Paul! – Sonrió y la cogió – Es muy hermosa.

Yo: No más que usted. – Dije sonriente. 

Me dedicó su sonrisa más bella y tras despedirse de sus amigas cogió mi brazo y comenzamos a caminar por el hotel.

Michelle: ¿Qué tienes preparado? – Preguntó ansiosa.

Yo: Ahora lo verás. – Dije cogiendo el ascensor.

Pulsé para que nos llevase al último piso, y ella se extrañó. Al llevar bajamos y acompañándola con mi brazo, abrí una puerta que nos subiría a la azotea.

Yo: Adelante. – Dije dejándola entrar a ella primero.

Michelle aceptó y subió las escaleras, salió y miró a su alrededor extrañada buscando alguna cosa, para comprender el por qué de estar allí arriba. Y finalmente lo encontró.

Michelle: ¿Esto lo has preparado tú? – Preguntó boquiabierta mientras señalaba la pequeña donde había un rastro de pétalos de rosa.

Simplemente asentí con las manos metidas dentro de los bolsillos, y la invité a que se sentara en una silla mientras abría la botella de champán.

Narración normal.

Beso tras beso iba pasando la noche, cada uno iba siendo mucho más intenso que el anterior. Acompañados por las manos de John que iban recorriendo cada remota parte de mi cuerpo. Ambas respiraciones entrecortadas, latidos disparados de nuestros corazones y las pulsaciones aumentando a medida que iba pasando el tiempo.

Ninguno de los dos pronunciábamos una sola palabra, parecía irrespetuoso romper el bello silencio de la habitación y el momento que estábamos viviendo. Continuaba besándome, cuando noté como llevaba sus manos a mi costado para ir bajando lentamente la cremallera del vestido.
Se apartó cuidadosamente y centró su vista en mis ojos asegurándose de lo que estaba haciendo, al no negarme yo, prosiguió con sus propósitos.

Mi vestido cayó lentamente por mi cuerpo invitando a John besar cada parte que antes se encontraba tapada, sus besos eran cálidos y suaves, cariñosos pero a la vez intensos.
Tras besar cada parte de mi cuerpo volvió otra vez al principio de todo, que eran mis labios, donde sonrió y mordió el inferior.
Dejándome llevar por los besos y las caricias de John, cerré los ojos disfrutando de aquella noche que simplemente acababa de comenzar.

24 de agosto de 2012

26. Unexpected calls.

COMO COMENTÉ EN EL FINAL DEL CAPÍTULO 16, IRÉ HACIENDO DIVERSOS SALTOS EN EL TIEMPO, CADA DIEZ CAPÍTULOS. ASÍ QUE YA TOCABA UN NUEVO SALTO EN EL TIEMPO. SERÁN CONTADOS POR LA MISMA PERSONA Y SON ESPECIES DE RECUERDOS QUE ELLA MISMA TIENE, AL IGUAL QUE TODA LA HISTORIA.


 Liverpool; Invierno 1980

A veces una persona se encuentra en circunstancias no deseadas. Vives con el temor de escuchar una llamada de teléfono algún día y que te den las peores noticias que puedes imaginar.

Alrededor de las 10:50 de la noche del 8 de Diciembre de 1980 me encontraba de camino a casa tras haber ido a recoger a John a casa de los Starkey.

Tu: ¿Te lo has pasado bien? – Pregunté sonriente.

John: Si. – Dijo sonriente el niño de ojos color miel. – La señora Starkey prepara unos platos realmente buenos.

Reí al ver la cara que ponía por recordar la comida que acababa de comer. Llegamos a casa y abrí la verja para entrar al jardín donde corriendo John se arrojó al césped para jugar con su nuevo cachorro.

Subí las escaleras y abrí la puerta, justamente la luz del salón estaba encendida y allí se encontraba mi esposo leyendo los titulares del periódico.

-          Que pronto has regresado. – Dijo alzando los ojos y esbozando una sonrisa - ¿Dónde esta John?

En ese momento John entró por la puerta, atrayendo nuestra mirada a su camisa llena de barro.

Tu: ¡Oh, John! – Dije agachándome y mirándola de cerca – Mira como te has puesto.

-          No pasa nada mujer. – Respondió mi esposo. - ¿Cómo te lo has pasado hoy?

John: Muy bien, el tío Ringo es muy gracioso. – Sonrió.

      -¿Si? ¿Te lo has pasado bien? – Preguntó dándole su aceptación. – Bueno pues ahora es hora de que subas a ponerte el pijama y a descansar.

El niño obediente le hizo caso, y corriendo subió las escaleras para dirigirse a su habitación.

Vi como mi marido dejaba el periódico encima de la mesa y se apoyaba suspirando, a lo que me acerqué y pasé mi mano por su hombro.

Tu: Deberías alegrarte de que tengan tanto aprecio a John. – Le expliqué.

-          Sabes que me alegro por ello cariño. – Susurró.

Ambos subimos al piso de arriba para darle las buenas noches  John y asegurarnos de que dormía tranquilo y bien, cuando de repente el teléfono de la casa sonó, creándonos una extrañez e inseguridad en nuestro interior.
Me encargué de cogerlo debido a que se encontraba justamente a mi lado.

Tu: ¿Dígame? – Pregunté extrañada.

-          John Lennon ha fallecido.

Fruncí el ceño, quedándome perpleja al escuchar esas cuatro palabras. En mi menté pasaron diversos pensamientos, uno de ellos que estaba siendo la víctima de una cruel broma, otro de ellos y no sabía porque era que esa persona me estaba diciendo la verdad.

Alcé la mirada y miré a mi esposo que me miraba extrañado esperando que pronunciara algo de mi boca. Pero en esos momentos no me salió nada más que un grito ahogado.

22 de agosto de 2012

25. Unsupported thoughts.


Bournemouth; Verano, Agosto 1963.

Tanto John como yo alzamos la mirada y observamos a la pareja que se acercaba hacía nosotros, al parecer buscando un sitio tranquilo para estar, los cuatro coincidimos en eso.

John: ¡Paul! – Reaccionó al verle – Oh, y una bella señorita.

Paul: John, te presento a Michelle. – Sonrió al igual que su acompañante – Michelle Joplin.

John hizo una pequeña reverencia para después acercarme hacía la acompañante de Paul y presentarme, pero Paul se le adelantó.

John: Encantado. – Respondió adecuadamente – Ella es…

Paul: Ella es Charlotte. – Intervino.

John: Si, es mi novia. – Recalcó luciendo su preciosa sonrisa.

Cosa que hacía dentro de mi mella, de que John sentía prácticamente lo mismo que yo por él, y también conseguía que el temor de su indiferencia por mi desapareciese.

Michelle: Encantada.

Discretamente pero interesada, observe a la chica de arriba abajo, su pelo moreno y levemente rizado llegaba por debajo de sus hombros, acompañado de unos ojos castaños pero no del todo oscuros.

Paul arqueó las dejas a modo de despido, y tras coger a su acompañante de la mano ambos salieron rápidamente en busca de su lugar tranquilo.

John: Paul ya encontró a su acompañante de esta noche. – Rio mientras miraba como se alejaban con la vista.

Tu: ¿Tú crees? – Pregunté.

John: ¿Tú no? – Me respondió con otra de sus preguntas.

Me encogí de hombros, seguramente John tendría razón, debido a que ninguna noche le faltó acompañante, ya fuera en alguna fiesta que en el hotel. Pero preferimos pasar del tema y centrarnos en ambos, por el poco tiempo que teníamos siempre para pasar juntos.

John: Dibujé esto para ti. – Susurró sacándose del bolsillo una pequeña hoja doblada de papel – Fue mientras escribía junto a Paul.

Cogí el doblado trozo de papel y lo desdoblé dejándome ver un dibujo de ambas personas sonrientes mirándose a los ojos, ahí pude recalcar que John también tenía una forma especial para dibujar y ver la vida.

Tu: Es realmente…

John: No es bueno, no hace falta que digas nada. – Dijo seriamente evitando mis halagos, cosa que no le agradaba de mi parte.

Tu: Iba a decir que es realmente bonito. – Insistí. – Siempre he tenido interés por ver tus dibujos, mi hermano decía…

John: Tu hermano era el único, que todos sabíamos que llegaría lejos con el arte. – Me cortó – Y de no ser que falleció hubiera llegado.

Sabía que cada vez que John veía un pincel, un cuadro o como es el caso dibujaba, recordaba a Stuart, al haber pasado junto a él muchos momentos relacionados con el arte y la pintura y al haber estado a su lado.

Tu: ¿Es para mi? – Le pregunté mirando el dibujo.

John: Eres tú. – Dijo mirando mis ojos. – Y yo soy el que está enfrente de ti. Si quieres que sea así quédatelo, si decides lo contrario no te lo quedes.

Hizo una pausa y suspiró llevándose las manos a su cabeza y peinándose el pelo con las manos.

John: Se que está siendo duro – comenzó a decir – que no es nada fácil ni sencillo para ti tener que estar ocultando nuestra relación, y no tener diez minutos seguidos para estar juntos en ningún momento. Pero te prometo que será diferente, en un futuro será diferente, las cosas cambiarán. No vamos a seguir así para siempre teniéndonos que ocultar de todo el mundo y sin momentos de paz.

Se quedó callado y durante el silencio se percató de todo lo que acababa de decir, abrió los ojos de par en par y arqueó las cejas.

John: Bueno que refiero que esto es una mierda y que seguro que cambia. – Dijo molesto consigo mismo, al dejarme ver su parte dulce por unos instantes.

Reí al percatarme de lo avergonzado que se sentía al decir aquellas cosas que habían sido tan bonitas. John se pegó un golpe con la mano en la cabeza y yo no dude en abrazarlo, a lo que él me respondió rodeándome con sus brazos y besando mi cabello.

Tu: Te quiero John Lennon. – Murmuré para mi.

HORAS MÁS TARDE.

Habíamos llegado al Gaumont Cinema Bournemouth, los chicos estaban listos para salir a tocar, la batería colocada perfectamente y ellos salieron del camerino con sus instrumentos directos al escenario.

Tu: Mucha suerte. – Dije cuando pasaron por mi lado.

John rozó mi mano y me dedicó una sonrisa como siempre hacía antes de salir escenario. Nada más salir los chicos me acerqué a Heidi y Merce, salimos de aquella zona detrás del escenario y nos acercamos al lugar que teníamos reservado, el cual me permitica sacar unas instantáneas realmente buenas.

Merce: ¿Visteis como toca la batería? – Dijo juntando sus manos y apretándolas de nerviosismo – Es realmente el mejor baterista que he visto.

Heidi: Creo que si te dieran más artículos de prensa sobre él, llenarías una página entera del periódico simplemente para describirlo. – Dijo riéndose.

Tu: ¿Solo una? – Pregunté sonriendo.

Merce: No exageréis. – Negó sin dejar de observarle – Simplemente quiero decir que es un gran baterista, nada más. Estoy segura que si Charlotte fuese periodista y le tocase publicar un artículo sobre John, también le alabaría.

Tu: Es posible. – Acepté sacando una instantánea justamente de John.

Estuvimos en silencio escuchando She Loves You, y todo el público, la mayoría chicas estalló en gritos al acabarla, incluidas nosotras que aplaudimos, hasta que Merce se percató de una pancarta, la cuál Heidi y yo habíamos comentado antes, pero ella no se había dado cuenta.

Merce: ¿Pero que es eso? – Dijo mirándola y inspeccionándola - ¿Cómo que ‘Ringo me encantó la noche que pasamos juntos, repitámosla’?

Al ver esa pancarta Merce no paró de darle vueltas durante lo que quedó de concierto, preguntándonos si reconocíamos a la chica, o si sabíamos algo al respecto.
Los chicos acabaron y fueron vitoreados al finalizar, al contrario nosotras tuvimos alguna que otra mirada arrogante al respecto, por vernos salir de los camerinos, por lo que nos tuvimos que esperar para volver a entrar y no ser vistas.

Heidi: ¿Por qué no admites ya que te atrae y le dices algo? – Preguntó a Merce.

Merce: ¿Atraerme? – Dijo chistando - ¡¿Como puedes decir eso Heidi?! ¡A mi no me atrae Ringo!

Se puso furiosa, al igual que siempre lo hacía cuando le preguntábamos si le gustaba, y ella negaba con un grito, pero eso nos hacía gracia tanto a Heidi como a mi, porque en el fondo conocíamos lo que sentía.

Brian: ¡Chicas, pasad! – Dijo observando los alrededores por si había alguna fan.

Paul: ¿Qué os ha parecido? – Preguntó dejando su bajo en el suelo.

Heidi: Ha estado realmente bien. – Sonrió – Al igual que siempre.

Los chicos sonrientes chocaron sus manos.

John: Que bien que me cae esta chica. – Miró a Heidi mientras se acercaba para abrazarme.

Paul: ¿Y a ti Merce? – Preguntó sonriente - ¿Qué te ha parecido? ¿No piensas que nuestro Ringo ha estado impresionante?

Tras cogerla por los hombros la acercó a Richard, el cuál estaba más rojo que un tomate, pero sonriente como siempre. Al contrario que Merce que estaba con los brazos cruzados aún dándole vueltas a la pancarta que acababa de ver.

Merce: No ha estado mal. – Susurró mirando hacía otro lado que no era él.

George: Uuh… - Dijo arqueando las cejas mirando atentamente la escena. – Al parecer no ha sido tu mejor noche Ringo.

John se acercó aprovechando el comentario de Merce, para hacerle la puñeta a Richard, el cuál estaba aturdido tras ese comentario.

Paul: ¿Qué ha ocurrido? – Susurró preguntándonos a Heidi y a mi.

Tu: Al parecer se ha molestado al ver una pancarta de una fan. – Le expliqué.

Paul: Ah… - Asintió sabiendo a cual nos referíamos.

Heidi: ¿Es verdad lo que ponía? – Preguntó al ver que no respondía lo contrario.

Paul: Al parecer esa chica vino a otro concierto que dimos, estuvimos hablando con ella después de acabarlo y nada más. – Nos explicó – Pero no ocurrió nada más, nos marchábamos, al parecer tenía cierto interés por Ringo, pero él por el contrario no parecía interesarle. Todos sabemos cuál es su interés ¿No?

Las dos asentimos y nos separamos para ver la escena que se había formado detrás de nosotros.

Brian: Chicos, ya vale. – Se quejó – Dejen de molestar a Richard.

George: Admítelo, no le impresionaste. – Dijo.

Ringo: No tenía que impresionar a nadie. – Su tono parecía enfurecido.

John: ¿Tú crees? – Preguntó – Yo pienso que si. ¿Entonces por qué ese nerviosismo al principio?

Ringo: Sabes que siempre lo tengo. – Recriminó.

John: Tranquilo, que ya la impresionarás. – Puso su mano sobre el hombro de Richard – O tal vez no.

Rio, mientras Ringo se apartaba de él y recogía sus baquetas que había dejado en el suelo, mientras tanto Merce escuchaba todo lo que decían y sacaba sus propias conclusiones, que seguramente serían las equivocadas.

Tu: John. – Me quejé mientras él seguía poniéndole caras a Richard.

Pero paró y me dedicó una sonrisa, que pasó a ser gesto serio y a entornarme los ojos, mientras tanto me reí y él vino corriendo para acabar cogiéndome y haciendo cosquillas.

John: Sabes que no me gusta que me riñas. – Dijo sin para de hacerme cosquillas – No me gusta, no me gusta.

Tu: ¡Para, para! – Reía constantemente, cada vez que me las hacía.

John: ¿Por qué debería parar? – Preguntó sonriente - ¿Qué me vas a dar a cambio?

Tu: Un beso. – Respondí riéndome, esa respuesta me había servido para muchas ocasiones.

John: ¿Solo un beso? – Preguntó – No me sirve.

Paró y sonrió a pocos centímetros de mí, esperando una mera respuesta por mi boca que ahora mismo sonreía.

John: Quiero estar contigo. – Susurró.

Tu: Estás conmigo. – Le recordé.

John: No, me refiero que quiero estar contigo esta…

Paul: ¡Chicos! – Gritó haciendo que todos le prestáramos atención – Ya nos marchamos.

Me giré y tras darle un pequeño beso a Winston en los labios, me acerqué a los demás.

MIENTRAS TANTO ENTRE PAUL Y JOHN.

John: Maldito McCartney. – Murmuró.

Paul: Vamos John. - Dijo cogiéndole de los hombros. – Esta será una buena noche, ya tengo a mi señorita Joplin esperándome en el hotel, esperando mi llegada.

John: ¿Cómo la has conocido? – Preguntó interesado.
 
Paul: Esta de vacaciones. – Me respondió – Al parecer ha venido con unas amigas.

John: ¿Sabes la edad que tiene? – Preguntó arqueando las cejas – No quiero que te asustes cuando te despiertes y veas que es una niña.

Paul: No seas estúpido John – Le pegó en el hombro – Tiene la misma que yo.

John: Vamos una niña. – Rio.

Paul: Que gracioso Lennon. – Negó con la cabeza mientras subían al coche.

Entraron junto con George y Ringo mientras Brian, Charlotte, Merce y Heidi iban en el de delante.

Ringo: ¿Sabéis que le sucede a Merce? – Preguntó con preocupación.

Paul: Dile lo que sientes, de una vez por todas, por ella. – Le contestó.

Ringo: ¿A que te refieres? – Preguntó encogiéndose de hombros – No siento nada por ella, siento amistad, aprecio.

George: ¡Vamos Richard! – Saltó enfurecido de una vez – Todos lo sabemos, sabemos que te gusta, te gusta desde la primera vez que la viste.

Paul: Tranquilo George. – Dijo tocando su hombro – No queremos que te de un ataque sin que Ringo haya confesado su amor hacía Merce.

Ringo: Chicos no sigáis con el tema. – Dijo.

John: Pero si lo sacaste tú. – Le señaló.

Ringo: No.

John: No mientas, que te crecerá la nariz. – Cogió su nariz – Y eso nadie quiere que suceda, si no sería un gran problema.

Winston, comenzó a reír a carcajadas y George evitó todo el tiempo que pudo la risa, pero eso no fue posible mucho rato mientras que Paul sonreía pero intentaba calmar a Richard.

Paul: Oye, una cosa. – Dijo frunciendo el ceño - ¿Sabéis lo que le ocurre también a Charlie?

John arqueó las cejas, sin llegar a comprender a que se refería Paul, y dejó de reír al instante.

George: Es cierto. – Asintió – Antes nos ha hecho una pregunta muy extraña.

Paul: Antes, nos ha preguntado si nos parecía atractiva. – Dijo mirando a John – La vimos bastante preocupada, y le preguntamos lo que le ocurría, y nos respondió con esa misma pregunta.

John: ¿Y por qué os hace esa pregunta? – Susurró pensando el motivo.

George: Tal vez porque piensa que no es atractiva. – Se encogió de hombros – Pero se le veía preocupada.

Paul: ¿Ha ocurrido algo? – Preguntó mirando a John – ¿Te ha visto fijándote en otras mujeres? ¿Le has dado motivos para que lo piense?

John: ¡No! – Grito extrañado – Por supuesto que no. ¿Cómo le voy a dar motivos para que lo piense? No, claro que no, y tampoco me he fijado en otras mujeres.

John se llevó las manos a la cara y suspiró dándole vueltas a lo que acababa de escuchar. Los chicos guardaron silencio hasta el final del trayecto, hasta que por fin llegaron al hotel y bajaron apresuradamente para meterse al hall.

NARRACIÓN NORMAL

Entraron deprisa, debido a que un gran grupo de fans les estaban esperando en la entrada.

George: Creí que esta vez no vivía para contarlo. – Se colocó la chaqueta a la cuál le faltaba un botón.

Brian: Bueno chicos, ha sido un largo día. – Dijo en el centro del círculo – Así que será mejor que todos nos vayamos a descansar. ¿Ya sabéis cuales son vuestras habitaciones? – Se dirigió a Heidi y Merce.

Heidi: Si, ya tenemos la llave. – Informó.

Brian: Pues lo dicho chicos, yo me voy a descansar. – Se despidió – Que descansen y mañana nos vemos a la hora del desayuno. – Se dirigió hacía el ascensor - ¡Ah! Y no quiero que hagan ninguna tontería.

John: Chao Brian. – Alzó la mano, para despedirle con una falsa sonrisa – Estúpido – Murmuró.

Tu: Buenas noches Brian.

Paul: Adiós, hasta mañana.

Todos nos despedimos de él y comenzamos a hablar cuando se marchó por el ascensor.

Paul: Chicos, buenas noches. – Dijo chocando sus manos – Pero yo me voy a buscar a mi bella Michelle, que debe de estar esperándome en el salón.

George: Protección Paul. – Recordó – No queremos soportar a más Paulies por aquí.

Paul: Tranquilo George, eso no pasará hasta dentro de muchos años. – Rio y se marchó.

John: ¡Espera! – Grito, y echó a correr detrás de él.

NARRA PAUL.

Escuché un grito de John, me giré y me topé justamente con él enfrente de mi. ¿Qué ocurría?

John: ¿Por qué crees que os preguntó eso? – Me preguntó con preocupación.

Yo: No tengo ni idea Johnny. – Le susurré – Estaría dándole vueltas a algo. ¿De verdad que no hay motivo para que pueda pensar eso? Alguno tiene que haber si lo piensa.

John: Que no Paul, que no. – Dijo negando con la cabeza.

Yo: Pues no sé John. – Dije mirando al suelo – Nos están mirando. – Susurré.

John: Bueno márchate. – Alzó la mano – Ya hablaré yo con ella, pásalo bien esta noche.

Yo: Vale John, mañana me cuentas si lo has hablado.

Me despedí de él y continué mi camino hacía el salón, dentro de mi daba vueltas a lo que me había contado John, pero decidí apartar ese pensamiento por unas horas y centrarme en la noche que iba a pasar con Michelle.

NARRACIÓN NORMAL

John grito que Paul se esperara, y ambos comenzaron a susurrar, mientras tanto Richard no paraba de observar a Merce con tristeza, pensando que habría echo mal para que le ignorara.

Tu: No le mires así. – Susurré – Dijo Paul que no ocurrió nada, simplemente hablaron.

Merce: No le miro de ninguna forma. – Dijo de brazos cruzados – Simplemente no le miro.

Heidi: Pues habla con él. – Opinó – Paul ha comentado que él no estaba para nada interesado en ella.
 
Richard: Merce. – Se atrevió a decir - ¿Podría hablar un momento contigo?

Merce, alzó los ojos al escuchar su nombre por los labios de Ringo. Y con ayuda nuestra la acercamos a Richard.

Richard: Si no te importa, vamos a un sitio más tranquilo. – Expuso.

Merce sin descruzar sus brazos asintió de mala gana, pero al final marchó con él.

John: Nosotros también nos vamos ¿No? – Preguntó nada más volver de hablar con Paul.

Asentí levemente sonriendo, y me encogí de hombros al ver como Heidi se quedaba a solas con George, y este no paraba de tocar sus manos nervioso por la situación.

John: Pásatelo muy bien esta noche. – Susurró a George en la oreja.

George: Cállate Johnny. – Dijo de mala manera.

Tu: Hasta luego chicos. – Sonreí y me despedí de ellos con la mano.

John cogió mi mano cuidadosamente y nos acercamos al ascensor, mientras esperábamos depositó un pequeño beso en la mano que tenía agarrada.

John: ¿Te apetecería antes de dormir ir a tomar algo? – Preguntó mirándome a los ojos.

Tu: Me es indiferente. – Respondí encogiéndome de hombros – Si te apetece vamos.

John: A mi también me da igual. – Dijo entrando en el ascensor, donde se despidió con una sonrisa de George.

Mientras que este le dedicaba una fría mirada desde el hall del hotel.

Tu: Pobres, les dejamos solos. – Sonreí negando con la cabeza.

John: ¿Pobres? – Preguntó – Ya verás como acaban ambos esta noche.

Tu: Heidi no esta interesada en George. – Dije.

John: Ni George en ella. – Se encogió de hombros - ¿Y qué? Muchas cosas pueden cambiar en una noche.

12 de agosto de 2012

24. Welcome to Bournemouth.

Bournemouth ; Verano, Agosto 1963.

Nos situábamos en pleno mes de Agosto, el 22 de Agosto, nos encontrábamos en una gira de verano, en una gran sala del Palace Court Hotel y manteníamos una interesante conversación entre los cuatro de Liverpool, Brian Epstein y yo, debido a la nueva portada que ofrecería el LP de With The Beatles.

Tu: Yo os sugiero una portada en blanco y negro, en vez de en color. – Expresé mi opinión – Una fotografía simple, no compleja.

John: A mi me parece bien la idea. – Intervino.

Ringo: Yo también la prefiero en blanco y negro, por variar. – Expresó su opinión.

Brian: Pues si a todos les parece bien la idea, que así sea. – Miró alrededor y asintieron expresando su aprobación.

Tu: Perfecto. – Cogí la cámara – Me gustaría que los cuatro llevaseis jerséis negros con cuello alto, la fotografía será en el comedor del hotel, vi unas cortinas marrones como fondo.

Los cuatro asintieron y subieron a sus respectivas habitaciones para cambiarse, en diez minutos ya estaban abajo.
Se les situaron de forma que Ringo quedará en la esquina inferior derecha, debido a que fue el último en entrar al grupo.

Tu: No sonriáis. – Informé – Quiero un rostro serio. John… - Me quejé.

Tomé un par de instantáneas, desde diferentes ángulos para aprovechar la que más gustara.

Tu: Ya está. – Sonreí – Han salido perfectas, he tomado desde diferentes ángulos y vemos las mejores, iré a revelarlas cuanto antes.

Tras hacer las fotografías nos dispusimos a almorzar en el hotel, puesto que después tendríamos que asistir a Shoutern ITV Centre, les habían invitado a participar en el programa Day By Day y ellos encantados asistieron, o más bien fue Brian quien aceptó encantado, puesto que después de eso tendrían que ir a tocar al Gaumont Cinema Bournemouth.

John: ¿Esta noche puedo hacerte una visita? – Susurró dejando su comida a un lado y centrándose en mi.

Tu: No sé. – Susurré sonriente – Es un poco arriesgado.

John: Brian ni se enterará. – Dijo quitando preocupación – Sabes que te echo de menos, y que desde que comenzó esta gira no hemos estado ni un segundo a solas.

Brian: Chicos, suban a sus dormitorios a prepararse. – Dijo alterando la paz del almuerzo – Dentro de media hora les quiero en el hall del hotel.

Acompañé a los chicos arriba, para cambiarme de ropa y ponerme algo más apropiado, pero tampoco demasiado formal.

John: ¿Entonces que dices? – Preguntó en el ascensor - ¿Esta noche te veré?

George: Vaya, vaya… - Rio al escuchar la conversación – Te quedas sin compañero de cuarto Paulie.

Paul: Eso quiere decir que tengo noche libre, cama libre y habitación libre. – Sonrió chocando sus manos y guiñando un ojo – Para traerme a una bella señorita, dispuesta a cualquier cosa.

Ringo: Como Brian se percate… - Dijo sonriente.

Paul: No seas aguafiestas Richard. – Le dio un pequeño empujón – Brian no se enterará. A parte me han contado que tal vez una bella señorita llamada Merce vendrá al concierto de esta noche ¿No?

Ringo: Merce… - Susurró sonriente.

John: A parte si Brian se entera, ya sabremos quien se lo dijo. – Miró con los ojos entornados a Ringo.

Ringo: ¡Oh, vamos Johnny! – Dijo apartándole – Sabes que no diré nada.

George: Porque te conviene si viene Merce. – Sonrió - ¿O no la traerás si se crea la situación?

Ringo: Sabeis que no tengo nada con Merce.-  Recordó a los chicos.

Paul: Pero que te gustaría tener. – Intervino rápidamente - ¿O no? ¡Ajá! Lo sabía.

Ringo: ¡Callad! – Dijo entre sonrisas.

Salimos del ascensor y cada uno marchó para su habitación, exceptuando a John.

John: Ahora voy a tu habitación. – Dijo depositando un pequeño beso en los labios.

Caminé y entré dentro de la habitación.

Mientras tanto en la habitación de Paul y John.

Paul: ¿Entonces esta noche no la pasas aquí? – Preguntó mientras sacaba su traje.

John: Eso creo. – Se sentó en la cama a quitarse los zapatos.

El silencio inundó la estancia, silencio que Paul rompería con una pregunta que le estaba comiendo la cabeza durante varios días.

Paul: Oye Johnny. – Llamó su atención - ¿Tú y Charlotte, ya…?

John: ¿Ya que, Paul? – Preguntó mirándole extrañado.

Paul: Si ya… - Arqueó las cejas mientras asentía.

John: Si ya… ¿Qué? – Preguntó negando y sin llegar a comprender.

Paul: ¡Joder John! – Dijo exasperado – Si ya lo habéis llegado a hacer.

John: ¡Ah! – Dijo comprendiendo a lo que se refería – No, ¿Por?

Paul arqueó las cejas, y su cara reflejó impresión, impresión debido a que John su mejor amigo nunca había tardado tanto para llegar a ese punto de mantener relaciones con una chica.

Paul: Vaya… - Murmuró.

John: Paul, ella no es una chica como las que encontrábamos en Hamburgo. – Explicó a su amigo – Ella es especial, no es cualquier chica y no quiero que todo se vaya al garete por ir demasiado rápido.

Paul: Ya veo. – Admitió – Y me alegro que sea así.

Ambos acabaron de cambiarse, y tras hacerlo John no tardó en salir y dirigirse hacía la habitación de Charlotte.

Narración Normal

Entré en el aseo y me di rápidamente una ducha para refrescarme, justamente nada más salir escuché como alguien llamaba a la puerta, me asomé por la mirilla y abrí rápidamente para que John con su traje negro, camisa blanca y corbata negra entrará.

Tu: Vas muy elegante. – Dije sonriendo.

Él se miró en el espejo recolocándose el nudo de la corbata y después centró sus ojos en la toalla que recubría mi mojado cuerpo.

John: ¡Vaya! – Dijo rascándose la nuca – Yo… bueno, no era mi intención interrumpir tu baño.

Se sentó en la cama y evitó centrar su mirada en mi más de cinco segundo seguidos.

Tu: Tranquilo – Dije – Ya había acabado.

John: Ah… - Asintió.

Noté como para ambos se había convertido en una situación incómoda, sobretodo para él que no cesaba de hacer movimientos nerviosos con la pierna o las manos.
Así que entre en el aseo, y le pregunté si le importaría sacarme la ropa que estaba en el armario para poder cambiarme.

John: Claro, ahora la saco. – Dijo – Así pienso en otra cosa. – Murmuró, para sí mismo.

Salí y vi que la había sacado y colocado encima de la cama, mientras él se fumaba un cigarrillo y leía el periódico en un pequeño sofá.

John: Ahí la tienes. – Dijo centrando sus ojos en mí. – Yo de ti me cambiaría cuanto antes.

Giré la cabeza y miré con el ceño fruncido a John, el cuál dejó el periódico de lado se dirigió rápidamente hacía mí, con una sonrisa en sus labios.

John: Anda vístete. – Dijo cerrando los ojos y pensando varias veces lo que iba a decir.

Tu: ¿Tú crees? – Pregunté intentando encontrar el punto débil de John.

John: Si, si. – Asintió mirando la pared – Vístete.

Tu: Pero… - Sonreí pícaramente.

John: Vístete.

Al parecer, el punto débil de John no estaba en mí, cogí la ropa y me adentré en el cuarto de aseo, miré mi cuerpo en el espejo.
¿Tal vez no le resultara atractiva, tal vez tendría mejores mujeres ahí fuera?

Pero que digo, claro que tendría cientos de mujeres más atractivas ahí fuera que yo, todas aquellas fans que estaban locamente enamoradas de ellos y que amaban su música. Muchas de ellas serían más atractivas para él que yo.

Me vestí y salí a la habitación donde me encontré a John tirado en la cama mirando hacía el techo.

John: ¿Ya estás? – Preguntó incorporándose.

Asentí levemente y forcé una pequeña sonrisa que en estos momentos no me iba a salir naturalmente. Cogió mi mano y nos dirigimos hacía el Hall, donde se encontraban los demás miembros y Brian.

Brian: ¿Ya están listos? – Preguntó, a lo que todos asentimos – Pues vayamos. Nos esperan dos coches ahí afuera.

Fueron saliendo, como siempre antes de salir a fuera, John depositó un pequeño beso en mis labios, dándome fuerzas para acompañarlo siempre, ya que el mundo exterior no podía saber de nuestra relación.

Entré en uno de los coches con George y Paul, mientras que Brian, John y Ringo se encontraban en el otro, dirección a Shoutern ITV.

No estaba siendo el viaje más agradable de mi vida, debido a que no paraba de darle vueltas a lo que acababa de ocurrir en la habitación, con John.

¿Y si tal vez me ve como a una gran amiga?

Paul: ¿Te ocurre algo bella señorita? – Preguntó mirándome – Llevas todo el camino en silencio.

Tu: No, nada. – Sonreí levemente.

Ahora mismo lo que me ocurría simplemente lo podría hablar con Heidi o Merce, y en estos momentos no se encontraban aquí conmigo.

George: Sabes que si ocurre algo, nos lo puedes contar. – Dijo sonriendo – Ahora mismo somos como tus hermanos mayores, somos tu familia.

Paul: Que bonito te ha quedado eso Georgie. – Dijo asintiendo – Pero tienes razón, si te ocurre algo cuéntanoslo.

Tu: No, si no es nada. – Susurré – Aunque… pero no, mejor no.

Paul: Cuéntanos. – Asintió.

Y decididamente hice esa pregunta que me estaba cansando en mi mente.

Tu: ¿Vosotros me veis una chica atractiva? – Pregunté rápidamente.

Los ojos de ambos se abrieron de par en par, realmente no se esperaban esta pregunta tan directa y menos hecha por mi.
George miró a Paul y Paul miró a George, ambos pensando su respuesta, aunque ya tardaban demasiado y eso me estaba poniendo aún más de los nervios.

Tu: Lo siento. – Me disculpé – Dejarlo, no sé como os he podido preguntar eso.

Narración de Paul

Yo: No, no. – Intervine, queriendo conocer el por qué de esa pregunta – Es… una pregunta muy interesante. ¿Pero a que viene?

Charlotte: Si o no. – Volvió a preguntar.

Se me había presentado un verdadero momento para expresar lo que sentí, pero demasiado tarde, ahora lo que sentí en aquellos tiempos no servía de nada expresarlo ahora.

George: Mira Charlie. – Se atrevió a decir – Eres bella, eres una chica bella y encantadora, lo que no sabemos es a que viene esa pregunta.

Charlotte: Por nada. – Negó con la cabeza – Pensamientos frustrantes.

Yo: Señorita Sutcliffe, - Sonreí dulcemente – eres preciosa, increíblemente bella y encantadora.

Sentía como la cabeza de George se giró para observar lo que estaba diciendo, con temor a se me fuese la lengua y en vez de hablar con la cabeza hablase con el corazón.

Yo: Si algún hombre no se ha fijado en ti – Continué diciendo – es que…

George: Lo que queremos decirte Charlie, es a que venía esa pregunta. – Cortó mi argumento.

Cerré rápidamente los ojos, pensando que me había desviado del tema, y agradeciendo a Georgie que me cortara, porque si no, se me podía a ver ido la lengua. Aunque yo ya no sentía nada hacía Charlie, simplemente aprecio y la quería como una hermana pequeña.

Narración normal

Tu: Nada, de verdad. – Le respondí a George – Son cosas, mías.

George se encogió de hombros, sin estar totalmente convencido de que eran cosas mías, pero el coche había llegado a su destino.

Los chicos salieron corriendo y detrás de ellos atravesé toda aquella multitud de chicas que estaban expectantes con su llegada. La seguridad era realmente alta, pero aún así no las podían llegar a controlar a todas y alguna que otra llegaba acariciar el brazo de Paul o la mano de George.

Entramos dentro y contemplé a John gastándole bromas a Ringo, el cuál se quejaba de que le estaba arrancando algún pelo y de que le despeinaba.

Ringo: Winston, estate quieto. – Le riñó.

John: Ale, por llamarme Winston – Dijo – un pelo menos en el cabello. ¡Hey! Ya estáis aquí, y seguís con todas las extremidades.

Brian salió de una puerta y nos informó de que ya podíamos pasar. Los chicos subieron al pequeño escenario donde se encontraban todos sus instrumentos colocados perfectamente.
Iban a actuar cantando la canción de She Loves You, que se emitiría esa misma noche junto con el programa.
Pude disfrutar en directo de la transmisión, encontrándome a un lado del escenario junto a Brian, los chicos gastaban bromas, reían y decían lo primero que se les pasaba por la cabeza, eran naturales y ellos mismo, ese era el encanto que tanto gustaba a la gente.

Debido a que tenían que actuar esta misma noche, no se entretuvieron demasiado al acabar la grabación del programa. Volvimos al hotel donde nada más entrar nos encontramos a Merce en el Hall junto con Heidi.

Tu: Hola chicas. – Dije acercándome y abrazándolas, ya que hacía tiempo que no las veía.

Heidi: ¿Qué tal estás Charlotte? – Preguntó sonriente - ¿Cómo os va todo?

Tu: Muy bien. – Les respondí – Tal vez un poco de cansancio, pero todo marcha perfectamente.

Merce: Por ahí viene Brian. – Informó sonriente.

Brian: Hola queridas. – Saludó - ¿Habéis llegado bien?

Heidi: Si, el viaje a sido agradable. – Comentó, antes de que fuera interrumpida.

John: ¡Hey! – Saludó acercándose.

Paul: Bellas señoritas. – Interrumpió – Que placer tan agradable volverlas a ver.

Ringo: Hola. – Sonrió sin apartar la mirada de los ojos de Merce - ¿Ha sido largo el viaje?

Merce: No, no. – Sus mejillas se sonrojaron - ¿Cómo estáis?

Ringo: Realmente bien. – Respondió.

Paul: Y ahora mucho mejor que estás aquí. – Dio un codazo a Richard - ¿No Ringuito?

Las mejillas de Richard tomaron un tono rosado, bueno más bien llegaron a ser rojo suave.

Nos apartamos para dejar conversar a Ringo con su encantadora enamorada, tal vez.

Brian: Ais. – Susurró mientras los observaba – Chicos, van creciendo y es inevitable.

George: Hablas como mi padre. – Confesó.

John: ¿Te apetecería ir a un lugar más tranquilo? – Murmuró mientras acariciaba mi pelo.

Brian: No os alejéis mucho. – Intervino – En nada recogeremos las cosas y marcharemos a prepararnos para el concierto.

John: ¿Por qué no se pone un tapón en la boca? – Preguntó arqueando una ceja.

Brian: Lo dicho John. – Le recordó – No os alejéis.

John recogió mi mano y me alejó encontrando un lugar más tranquilo y sin personas que pasaran en todo momento.
Apoyados en una pared, mientras acariciaba mi rostro y me dedicaba una dulce sonrisa apareció Paul, acompañado de una chica sonriente.

Y AQUÍ ACABA ESTE CAPÍTULO, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO Y MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER SIEMPRE Y POR COMENTAR. TARDARÉ EN SUBIR UNA SEMANA PORQUE ME VOY DE VIAJE Y NO PODRÉ ESCRIBIR. ASÍ QUE HABRÁ QUE ESPERAR UN POQUITO. UN BESO Y UN ABRAZO A TODAS LAS PERSONAS QUE LEEN.