2 de diciembre de 2012

48. The end of an era.


REMINDER: Al parecer el regreso de Charlotte, ha sido un grana ocntecimiento para todos. Tras tener una noche apasionada junto a John, aquella familia de tres personas llegaron al estudio, y el grupo se llevo una gran sorpresa al encontrarse con aquella chica junto a su hijo, que habían regresado a Londres. Cada uno sintió la vuelta de una forma, unos con alegría y emoción y otros con sentimientos que pueden volver a resurgir.

London; Verano, Julio 1967.
Narración Normal.

Finalmente acepté pasar una temporada en mi anterior casa junto a John, hasta que encontré un pequeño ático en la ciudad. Habíamos vuelto a contratar a la señora Smith que nos ayudaba a cuidar al pequeño bebé mientras ambos trabajábamos por la mañana.

Heidi: ¿Algo nuevo e interesante? – Preguntó acompañándome en mi momento de almuerzo.

Tu: ¿A que te refieres? – Pregunté con extrañeza.

Heidi: ¿Cómo está la relación entre tú y John? – Preguntó interesada.

Tu: Aprecio, amistad.– Le expliqué.

Heidi: ¿Después de lo que ocurrió la noche de tu regreso? – Preguntó asombrada – Que extraño. Supuse que volveríais a estar juntos.

Tu: Pues no ha sido así. – Bebí un sorbo de mi café.

Heidi: ¿Te has instalado finalmente en el ático? – Me preguntó.

Tu: Si. – Asentí – A parte me viene bien que esté Marylebone, cogiendo el tren no tardo nada en llegar a los estudios.

Heidi: Parece estar bien. – Asintió.

Tu: Ayer llamé a Michelle. – Le expliqué – Se alegró que regresase, esta tarde he quedado con ella para ir a tomar té, me dijo que te avisase y que vinieses si te apetece.

Heidi: ¿Esta tarde? – Se quedó pensativa – Había planeado ir con Mick a cenar, así que no creo que me venga del todo bien.

Tras acabar el almuerzo nos dirigimos otra vez camino a los estudios, donde se encontraban acabando de grabar Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, que dentro de poco saldría en LP.

B. Epstein: Charlotte, dentro de poco nos pondremos con el diseño de la portada. – Me informó.

Tu: Claro Brian. – Asentí.

Me acerqué a los chicos los cuales se encontraban fumando en su periodo de descanso.

Paul: Bella señorita. – Dijo sonriente - ¿Todo perfecto?

Tu: Si, Brian me acaba de decir que pronto empezaremos con la portada del nuevo álbum. – Les expliqué.

John: ¿Cómo ha pasado la noche John? – Preguntó interesado.

Tu: La fiebre se le bajo antes de ir a dormir. – Le expliqué – Ha dormido toda la noche.

Ringo: ¿Estaba enfermo? – Preguntó interesado.

Tu: Tuvo fiebre los últimos dos días. – Le informé – Pero ya se encuentra mucho mejor, está con la señora Smith.

John: Cuando acabemos me pasaré a verle. – Explicó.

Tu: Cuando tu quieras John. – Le dije – Por cierto vamos a celebrar el cumpleaños de John.

John: En Kenwood. – Intervino – Y tú no estás invitado. – Señaló a Ringo poniendo voz de mujer.

Tu: Si estás invitado Richard. – Bajé el brazo de John que señalaba a Ringo.

John: ¡Oh! – Exclamó melodramático – Nunca se valoran mis opiniones. ¿Dónde nos llevará esto?

Tu: A ningún sitio. – Dije encogiéndome de hombros.

John: Sinceramente no sé como tomarme eso. – Arqueó las cejas pensativo.

Paul: Iré esta tarde a comprar su regalo. – Intervino.

John: ¿Qué le vas a comprar? – Preguntó olvidando la anterior conversación.

Paul: Aún lo tengo que pensar John. – Le explicó.

Ringo: Yo le compraré…

John: Ni se te ocurra aparecer con una batería. – Le informó.

Ringo: ¿Cómo voy a aparecer con una batería? – Preguntó extrañado – Tiene un año, John.

Los chicos tras acabar la discusión, finalizaron la grabación de Within You Without You, una canción cantada por George, él cuál tenía una preciosa voz, y tocaba un instrumento llamado sitar, un estilo hindú, según los chicos, se notaba en ella.

Me di cuenta, de que si recopilaba todos los momentos vividos junto a ellos y los ordenaba, se podía ver un gran cambio moral, físico y personal en cada uno de ellos.

Tu: Vaya, que instrumento tan complejo. – Observé el sitar que George sostenía.

George: No es tanto como parece. – Me explicó – Siéntate aquí.

Me senté a su lado y observé como tocaba aquel instrumento, que producía una dulce melodía.

George: ¿Ves? – Preguntó – Es sencillo. Toma. – Me lo pasó a mis manos – Es parecido a una guitarra, se podría decir que poniendo los dedos en las celdas y aplastando las cuerdas creas diferentes sonidos. – Hacía lo que me explicaba – Si, así. Y ahora suavemente tocas las cuerdas. ¡Ves! Tampoco es tan complicado.

Ringo que ahora mismo tenía mi cámara fotográfica sacó una fotografía de la escena, que aún conservo.

Ringo: Charlotte aprendiendo a tocar el Sitar. – Rió.

Tras tocar lo que me había dicho George, se lo pasé a él que sabía como hacerlo realmente.

Narra John.

Charlotte se encontraba ahora mismo hablando con George y enseñándole como se utilizaba el Sitar, lo que a mi me ayudó a escaquearme y por la puerta de atrás para fumar un cigarrillo, tranquilamente.

Los acontecimientos ocurridos esta semana habían llevado a mi cabeza a un extremo terrible de pensamiento. No podía concentrarme completamente en las cosas, sin aparecer otros pensamientos por medio.

La puerta se abrió detrás de mi y me giré rápidamente para encontrar a Paul encendiéndose otro cigarrillo.

Yo: ¿Buscando un momento de tranquilidad? – Le pregunté.

Paul: Eso parece. – Respondió – Oye John. ¿Cómo están las cosas entre Charlotte y tú?

Yo: ¿A que viene esa pregunta? – Pregunté interesado.

Paul: Mera curiosidad. – Respondió encogiéndose de hombros, mientras daba una calada.

Yo: Yo la quiero Paul. – Le expliqué – Pero sinceramente las cosas ya no son como antes.

Hubo un silencio amargo entre los dos, el cuál me ayudó a reflexionar la situación en la que me encontraba sentimentalmente.

Paul: ¿Y aquella japonesa? – Me preguntó.

Yo: Yoko. – Le corregí – Fue una simple noche.

Paul: ¿Charlotte lo sabe? – Preguntó.

Yo simplemente me dediqué a negar con la cabeza. No lo sabía y tampoco creo que fuese lo más apropiado contárselo por ahora.

Yo: La conocí en una exposición en Londres. – Le expliqué a Paul – Fue una noche, no creo que la vuelva a ver.

Paul: ¿Pero tú quieres volver a retomar tu relación con Charlotte? – Insistió.

Yo: ¡Paul! – Exclamé frustrado – Ya basta. Me estás fusilando a preguntas. No sé lo que quiero ahora mismo. – Le expliqué - ¿A que vienen tantas preguntas? 

Tiré el cigarrillo al suelo y entré con enfado a dentro de los estudios, dejando a tras a Paul, que estaba desconcertado por mi comportamiento.

George: ¿Qué ocurre? – Preguntó al ver lo alterado que había entrado.

Yo: ¡No para de hacer preguntas! – Exclamé mirando a Paul – No hay un maldito lugar de tranquilidad para pensar.

Narración Normal.

Aquella noche John se quedó a cenar en el ático, junto con el pequeño Stuart y conmigo.

Tu: ¿Qué pasaba antes en los estudios? – Pregunté interesada – Escuché tus gritos.

John: Paul me puso de los nervios. – Explicó.

Tu: ¿Por qué? – Me interesé.

John: Nada. – Se encogió de hombros – No dejaba de hacer preguntas estúpidas.

Asentí y seguí comiendo el pollo que la señora Smtih había preparado con sutileza, para nosotros.

Tu: ¿Las cosas van bien con los chicos? – Le pregunté.

John: Si, todo marcha bien. – Respondió para volver a hacerse el silencio – Había pensado en comprarle a John un caballo de madera. ¿Qué te parece?

Tu: Me parece perfecto John. – Asentí – Lo que tú quieras.

Ambos sabíamos que ya era hora de aclarar las cosas entre nosotros, de saber en que momento estábamos ahora mismo de la relación, tras mi marcha y con nuestro hijo por medio.

John: Tengo que decirte algo. – Dejó los cubiertos a un lado – Cuando tú te marchaste a Hamburgo, conocí a una mujer.

Escuchaba atentamente sus palabras, aunque creía dentro de mí que ya sabía lo que me iba a decir.

John: Ella tenía una exposición en una galería de arte de Londres. – Me explicó – Aquella noche me la lleve a casa, y bueno, ocurrió lo que tenía que ocurrir.

Asentí lentamente tras haber escuchado aquellas palabras y finalmente suspiré dejando yo también lo cubiertos a un lado.

Tu: Esta bien. – Asimilé - ¿Y con eso que quieres decirme John?

John: Que no creo que vuelva a ir todo como antes Charlie. – Dijo mirando su comida.

Creo que en ese momento el corazón se me partió en dos trozos, mi mitad y la mitad de John había adquirido en él.

John: Yo te quiero Charlie. – Dijo mirándome a los ojos – Pero no creo que todo pueda volver a ir como antes. Te quiero a ti y quiero a John, es mi hijo. – Explicó – Pero no creo que todo vuelva a ser como antes.

Asentí, sabiendo que en el fondo todo lo que decía era real y tenía toda la razón del mundo. Las cosas habían cambiado y no volverían a ser como antes. Tal vez yo tuviese la culpa de ello, por haberme marchado en su momento y no haberme quedado allí junto a él.

Tu: Lo entiendo John. – Asentí – Será mejor que cada uno sigamos por nuestro camino.

John: Charlie. – Susurró – El amor que tengo hacía ti quiero nunca se irá y el que tengo por John tampoco.

Tu: Lo sé. – Murmuré mirando mis piernas.

Fue una noche realmente agridulce, sabiendo que había perdido a John como un amor, pero que lo había ganado como una gran amistad. 

2 comentarios:

  1. Han roto!!!! ¡¿Por que?! Si hacían muy buena pareja! NO seas cruel Lara! Por que!!!!! jajajajajajaja que dramática soy!!! jajajajaja
    TIenes que subir pronto! Por favor!! Tienes que subir pronto que adoro tu fic Lara! Ya tengo ganas de volver a salir!!
    Muchisisisisisisisimos besos y abrazos <3

    ResponderEliminar
  2. No no no :( enserio ¿porque yoko arruina todo?
    esto me mato .__.
    ok no xDD oye cada vez me encanta mas e.e
    Saludos ;D

    ResponderEliminar