18 de abril de 2013

65. You're Going to Lose That Girl.


Liverpool; Invierno Diciembre 1967.

Cuando por fin reaccioné y me di cuenta de que habían personas esperando para la cena de Fin de Año, cogí las llaves del coche y tras visualizar de que todo se encontraba en orden dentro de casa, salí a la calle con un paraguas.

Hacía un viento espantoso y amenazó con romper mi paraguas, pero por suerte eché a correr tan rápido como pude y me adentré en el coche.

Tu: Espero que no me deje este cacharro tirada en mitad del camino. – Murmuré metiendo las llaves en el coche.

El trayecto fue largo, no quería arriesgarme a correr demasiado y chocarme contra un muro o un árbol, porque el limpia parabrisas tardaba su tiempo en hacer su tarea.

Al fin llegué ha casa de la tía Mimi, las luces del salón estaban encendidas y se podían ver diversas sombras de personas de pie. Cogí el paraguas y salí lo más deprisa que pude para cubrirme con el porche de la entrada principal.

Mimi: ¡Oh, querida! – Exclamó dejándome pasar dentro del hall – Pensábamos que te había ocurrido algo.

Tu: Buenas noches Mimi. – La saludé con un pequeño abrazo – Hace un gran temporal, y he venido con precaución en el coche.

Mimi: Mejor, mejor. – Asintió – Lo importante es que estés aquí.

Tras dejar el paraguas y colgar el abrigo entré dentro del salón, donde observé la escena detenidamente.

John no tardó en levantarse con nuestro pequeño en sus brazos y se aproximó a mi.

John: ¿Has venido bien? – Me preguntó – Tardabas mucho.

Tu: No he querido correr mucho. – Le expliqué – Pero tampoco he tardado tanto.

El pequeño me saludó con un  beso en la mejilla y se bajó de los brazos de su padre para ir a jugar con Ruth, que también se encontraba allí.

Jim Mc: Charlotte. – Dijo aproximándose - ¿Sabes algo nuevo de mi hijo?

Me quedé completamente pensativa. Si sabía algo nuevo de él y quería explicárselo para evitar su preocupación. ¿Pero como se lo explicaba?

Tu: Pues verá…

El timbre de la casa cortó lo que iba a decir, se podría decir que el timbre me salvó.

John: ¡Paul! – Exclamó dando un abrazo a su amigo - ¡Maldito McCartney!

Comenzó a golpea el hombro de este, que se cubría con los brazos.

Paul: ¡John! – Exclamó.

John: ¡¿Sabes lo preocupados que nos tenías?! – Dijo enfurecido.

Paul: Antes también desaparecía una noche y nadie se preocupaba. – Dijo riéndose.

John: ¡Eso es hace años! – Exclamó – Y sabíamos perfectamente donde y con quien te encontrabas.

George: Lo más seguro que con alguna señorita y en algún antro. – Dijo dándole un golpe amistoso a su reaparecido amigo.

John: ¿Así que esta vez también hacía lo mismo? – Preguntó sonriente - ¿Recordando viejos tiempos?

Me marché del hall, no me apetecía seguir escuchando aquella conversación. Me adentré en la cocina, donde Mimi acababa de preparar la cena y mi madre charloteaba con las demás.

Tu: ¿Necesitan que eche una mano? – Pregunté nada más entrar.

Angie Mc: Mira cielo, puedes sacar este plato. – Dijo la esposa del señor McCartney.

Asentí y saqué el plato esquivando a mi hijo y a Ruth que jugueteaban con unos coches en el suelo.

John: ¡John! – Exclamó llamando la atención de su hijo - ¿Le has enseñado a mamá el regalo?

Observé como mi hijo se acercaba felizmente y se sacaba un pequeño objeto de su bolsillo. Al parecer era una preciosa armónica.

Tu: ¡Vaya! – Dije observándola - ¿Te la ha regalado papá?

El pequeño asintió y observó a su padre que estaba justo a mi lado.

John: Ya le he dicho que debe aprender a tocarla. – Dijo observándole – Que yo le enseñaré.

Tu: Me parece perfecto. – Dije sonriente.

Sentí como unos ojos no se despegaban de mí, desde que habían entrado por esa puerta. Paul que charlaba entretenidamente con George, sentados ambos en los sillones, no dejaba de mirar cada paso que cada.

John: Estás muy bella. – Dijo con tono bajo – Siempre me gustó este vestido.

Tu: Gracias John. – Dije sonrojada.

John: La verdad es que me gustaría hablar contigo durante la noche. – Explicó seriamente – Hacía tiempo que quería decirte una cosa y…

Paul: ¡Chicos a cenar! – Exclamó golpeando el brazo de John amistosamente.

John: Paul te vas a llevar un bonito regalo de parte de mi esta noche. – Dijo alzando su puño.

Paul: Gracias John. – Rió -  No sabría como agradecértelo.

John: No hace falta que me lo agradezcas James. – Entornó sus ojos.

Paul: Comprendido Winston. – Soltó una carcajada.

John bufó para controlar su mal genio, y se sentó al lado de su hijo, que reía junto a Ruth.

John: Hijo, más te vale que no te enamores de la hermana de Paul. – Le susurró – No me gustaría ser familia de McCartney.

Tu: ¡John! – Exclamé dándole un puntapié por debajo de la mesa.

John: ¡Ay! – Exclamó – Que mal genio tienes. Era solo una broma.

La cena continuó entre risas y riñas, por parte de la tía Mimi a su sobrino, que no paraba de hacer tonterías, para escuchar las carcajadas de Ruth y John, y algunas que otras de los demás.

Mimi: John quítate las cucharas de la boca, por favor. – Dijo seria – No querrás que tu hijo lo repita.

John: Si lo hace mejor que yo, le compró el coche que vimos en el escaparate. – Le propuso risueño.

Tu: ¡John! – Exclamé y ambos me observaron asintiendo apenados – Estamos cenando.

J. Stuart: Vale… - Murmuró.

John: En los postres lo haremos. – Le susurró y no pude evitar sonreír y negar con la cabeza.

Alcé la vista del plato y me topé con aquellos ojos de Paul observándome tímidamente, que tras darse cuenta de que le había mirado bajó su mirada al plato y siguió comiendo.

En aquel instante recordé lo que había pasado hace unas cuentas horas en mi casa, como había llegado y tras discutir se dirigió a besar mis labios. Me ruboricé pensando en aquella situación y me di cuenta de Paul también lo estaba.

J. Stuart: ¡Mamá! ¡Mamá! – Llamó mi atención y negó con la cabeza señalándome el plato de encima de la mesa.

Tu: ¿Cómo que no? – Le dije cogiendo su cuchara – Tienes que acabártelo. – El pequeño volvió a negar – Si John, tienes que acabártelo.

Paul: Si te lo acabas… - Se quedó pensativo – Mañana te llevaré unos LPs que tengo en casa, y los escucharemos juntos.

Tras decir aquello, el pequeño cogió él solo la cuchara y comenzó a comer la sopa que le habíamos preparado para la cena.

Paul sonrió y me observó, sonreí tímidamente y ambos continuamos cenando.

Pronto llegamos al postre, un delicioso Pudding, típico para un día como hoy, mi madre había llevado también una tarta de arándonos que junto al té desapareció.

George: ¡Oh! – Exclamó desde el sillón – Me están matando.

Giré la vista y vi a mi hijo y a Ruth tirados encima de George que reía, pero ya no rió tanto cuando Paul y John echaron a correr y se lanzaron encima de la parte que le quedaba libre a George.

George: Os las veréis más tarde conmigo. – Chilló como pudo.

Paul: ¡Ajá! Eso me gustaría verlo. – Dijo riéndome encima de Geo.

John: Paul dejémosle respirar. – Dijo retirándose de encima de él.

James hizo caso a John y se levantó con una sonrisa en el rostro, pude observar como John le cogía del brazo y le llevaba fuera de la estancia.

Tu: ¡John Stuart! – Exclamé – Deja al pobre George tranquilo.

J. Stuart: Jo… - Murmuró levantándose.

Pero George le cogió por la cintura y le empezó a hacer cosquillas junto a Ruth.

Mimi: Querida. – Dijo detrás de mi - ¿Te importaría subir a la habitación de John y traerme un vinilo con canciones navideñas. No te asustes por el desorden.

Asentí con una carcajada y me dirigí a subir las escaleras, la casa estaba mucho más silenciosa por aquellos rincones. Me dispuse a abrir la puerta, pero allí dentro de topé con Paul y John parloteando.

Paul: No sé que más decirte John… - Le explicaba, pero en el momento que entré ambos guardaron silencio.

Tu: Lo siento. – Dije enrojecida – Pero tu tía Mimi me ha mandando a buscar un vinilo con canciones navideñas.

John estaba serio y con los rasgos un tanto apenados en su rostro, aún así se levantó y buscó entre sus estantería un vinilo, que me entregó.

Tu: Disculpad. – Dije otra vez.

John: No importa Charlie. – Sonrió.

Paul me observó sentado desde la cama y también me dedicó una pequeña sonrisa un tanto forzada.

Salí de allí, que era lo que más deseaba, no sabía de lo que podrían estar hablando. ¿Y si Paul le estaba contando a John lo que había sucedido esa tarde? Se lo tendría que haber contado antes.

Bajé y le entregué el vinilo a Mimi, que lo puso en el toca discos y se animó un poco más la fiesta. Quedaba una hora y unos minutos para entrar en el nuevo año, en 1968, y no sabía que tantas cosas podían suceder en tan corto periodo de tiempo.

3 comentarios:

  1. :O Magnífico!!!
    Te lo tienes que acabar!!! XD lo siento, es que fue tan gracioso, volví y con 4 capítulos C: comenta!!!
    Me mata cuando no comentan y creo que sabes lo que se siente :C
    Saludos y muchos besos Lara!!!!
    Te amo!!! No lo olvides :D

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  2. :o o por dioooooos! tienes que seguir publicando, definitivamente me quede intrigada!!!!!! presiento que Charlotte se quedara con Paul♥ aunque egrhbtjykutjyhg no entiendo como ella no se daba cuenta, era algo obvio que paul la veia con unos ojos de amor.

    pd: soooy nueva comentando jajajaja saludos:)

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  3. ¡¡¡MUERO POR SABER QUE LE QUIERE DECIR JOHN A CHARLIE!!! :'D Me encanto el capitulo fue tan perfecto. Espero que subas pronto, en realidad quiero saber que le quiere decir, siempre alguien tiene que interrumpir. :'( Y esas miraditas con Paul hacen que me ponga celosa. JAJA, ok no.
    Saludos y muchos besotes. :)

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