9 de abril de 2013

63. Looking through you.


Nueva York; Invierno, Diciembre. 1967

Caminaba por la calle 43, acababa de finalizar el trabajo. Adoraba los inviernos en esta ciudad, eran tan luminosos cuando llegaba la Navidad. Millones de pequeñas luces inundaban las calles decorando cada zona de la Gran Manzana.

Ya estaba anocheciendo y me sería complicado encontrar un taxi libre un día como hoy y a estas horas, cuando todo el mundo estaba haciendo las últimas compras para la cena y comprando los regalos.


Yo: ¡Taxi! – Exclamé alzando la mano, pero pasaban de largo - ¡Maldita sea! ¡Taxi!

Cada taxi que pasaba estaba ocupado por una o más personas, sabía que me sería imposible parar uno de esos coches amarillos.

Me quedé pensativa y me planteé caminar hacía casa, pero no iba a llegar y mucho menos me daría tiempo de arreglarme para la cena de esta noche.

Y de pronto como si fuera un milagro, uno de esos coches paró justo enfrente de mi, sin ni siquiera hablarlo llamado.

No dudé dos veces y abrí la puerta entrando en él.

-  ¿A dónde señorita? – Preguntó.

Yo: En la esquina de la 57 Este con Madisson Ave. – Le expliqué.

El taxista asintió y por fin pude relajarme por primera vez en el día.

-¿Mucho trabajo? – Se interesó.

Yo: Lo suficiente para dejarme agotada. – Asentí – Me imagino que le mismo que tiene usted hoy.

-No crea. – Negó con la cabeza.

Me encogí de hombros extrañada por su respuesta, pero no le di mucha importancia. Me recosté y me di cuenta de que ya estábamos llegando, pero al parecer se había confundido de calle.

Yo: Creo que por aquí… - Susurré.

Arqueé las cejas cuando observé mi casa justo enfrente de mi. ¿Le había dado la dirección de mi casa? Pensé que le había dicho que me dejase en la esquina.

Yo: Muchas gracias. – Dije extrañada - ¿Cuánto le…?

Pero no me dejó finalizar la frase, el taxista bajó del taxi y se dirigió a abrirme la puerta, acepté el favor y bajé cogiendo su mano.

Yo: Muchas gracias. – Volví a repetir - ¿Cuánto…?

-Nada. – Dijo.

En aquellos momentos se quitó aquel sombrero que llevaba y me dejó observar unos ojos completamente azules que me sonreían.

Mi boca se abrió asombrada y me llevé las manos a ella. No me podía creer lo que mis ojos veían. Era él. Era él y estaba en Nueva York.

Yo: Pero… - Dijo acercando mi mano a su rostro – Eres tú.

Aquel chico sonrió y asintió, hacía mucho tiempo que no le veía y que no sabía nada de él. ¿Qué podía estar haciendo aquí? Si yo lo había dado todo por perdido, puesto la última vez que fui a Londres nuestro trato era mínimo. Por no decir nulo.

Yo: ¿Qué haces aquí? – Pregunté atrevidamente con una esperanza en mis ojos.

Ringo: ¿Acaso no lo sabes? – Me respondió con una pregunta.

Sin decir una sola palabra más ambos actuamos con el mismo gesto, un beso. Rápidamente llevé mis manos a sus mejillas y por fin tras muchos años esperando, nuestros labios se volvieron a unir como la última vez, hace tres años.

 Mientras tanto en Liverpool.
Liverpool; Invierno, Diciembre. 1967

Aquella mañana mi madre no paró de hacerme preguntas, respecto a lo sucedido la noche anterior. Sabía que se olía algo, al parecer todo el mundo escuchó tanto los gritos de Paul como los míos.

Tu: No quiero hablar del tema mamá. – Dije poniéndole el desayuno a John – Toma cielo.

J. Stuart: ¡Leche! – Exclamó.

Madre: No quiero que me lo expliques con todos los detalles. – Me dijo – Simplemente quiero saber porque fue la discusión.

Tu: Esos son todos los detalles mamá. – Dije sonriendo – Fue una discusión tonta.

Madre: No debió de ser tan tonta si ahora no te hablas con Paul. – Insistió.

J. Stuart: ¡Paul! – Dijo chocando sus manos.

Suspiré y me apoyé en la encimera de la cocina, pensando en todo lo sucedido. Esa noche no había pegado ojo, y los párpados me pesaban del cansancio. Todo lo que había dicho me había dolido lo suficiente para no querer salir hoy de casa, por si acaso me lo encontraba por la calle.

Madre: ¿Tienes planeado hacer algo hoy? – Me preguntó.

Tu: Si. – Asentí – Me quedaré aquí en casa con John. Saldremos a jugar más tarde al jardín.

Madre: ¿Por qué no le llevas a Blackpool? – Me preguntó.

J. Stuart: ¿Blackpaul? – Preguntó extrañado.

Tanto mi madre como yo reímos tras esa ocurrencia hecha por John.

Tu: Puede. – Asentí pensativa - ¿Te gustaría ir a Blackpool?

El pequeño asintió, no sé que se le estaría pasando por la cabeza y como seria Blackpool. Fue una mañana tranquila, tanto Sharon y Lena se pasaron a hacernos una visita, les conté lo ocurrido anteriormente con Paul y se quedaron asombradas, excepto Lena.

Lena: Sinceramente me lo esperaba. – Dijo sosteniendo a John en sus piernas – El pobre chico creo que ya ha aguantado suficiente ¿No?

Sharon: ¿A que te refieres? – Preguntó igual de perdida que yo.

Lena: ¡Oh, por favor! – Exclamó desesperada – Se nota a mil leguas que Paul siente algo más que una simple amistad por ti.

Fruncí el ceño y me llevé la mano a la barbilla escuchando interesada todo lo que tenía que decirme.

Sharon: ¿No crees que si sintiese algo más por Charlie se lo habría dicho ya? – Preguntó – No es que sea sinceramente un hombre vergonzoso.

Tu: Exacto. – Di mi opinión.

Lena: ¿Y cuando te lo iba a decir? – Preguntó - ¿Cuándo comenzaste una relación con John? ¿O cuando nació vuestro hijo? Siempre has estado con John, y Lennon es su mejor amigo.

Sharon: Pensándolo así… - Murmuró.

Tu: ¡Oh, por dios! – Dije levantándome con las manos en la cabeza – No pensaréis enserio esa locura. ¿No? Paul y yo siempre hemos sido amigos, amigos. Y si fuera como estáis diciendo lo hubiese notado, creo yo.

Lena: ¿Entonces por qué te dijo anoche aquellas palabras? – Me preguntó encogiéndose de hombros.

Tu: Estaba… - Me quedé pensativa – Enfurecido.

Lena: ¿Por qué dijo que no te dabas cuenta de que había personas que sentían algo por ti? – Me preguntó.

Tu: Se refería a amistad. – Asentí.

Lena: Se refería a amor. – Me rectificó – Acepta que Paul está enamorado de ti.

Fue una mañana realmente extraña, dándome a entender nuevos sentimientos de Paul por mi, que yo prefería no aceptar y creer.

Llegadas las cinco cogí a John y subidos en el coche, nos dirigimos de camino a la costa de Blackpool.
Había salido un bonito día, sin quitar el frío de invierno, pero aún así esta mañana salió el sol que se dejaba ver entre las pocas nubes.

No tuvimos problemas para aparcar el coche, y con el ilusionado John, nos dirigimos los dos a dar un bonito paseo por la costa.

J. Stuart: ¡Mar! – Exclamó al contemplarlo.

No quitaba la vista de él, y me costó convencerlo para ir al Central Pier. Se encontraba justamente en el muelle y era uno de los lugares más visitados de Blackpool.

John se asombró también al ver esa gran noria, al igual que hacía con el London Eye. Ambos nos subimos y con un algodón de azúcar nos lo pasamos como si ambos fuésemos niños, aunque John lo era.

J. Stuart: ¡Mar! – Volvió a exclamar.

Y de la mano caminamos hacía la barandilla del muelle, para ver el horizonte en el mar.
Corría el aire, pero aún así era agradable estar allí observando como el sol poco a poco iba desapareciendo para dejar paso a la noche.

J. Stuart: ¡Paul! – Exclamó mi pequeño de repente en mis brazos.

Me giré en un abrir y cerrar de ojos y me topé con aquel chico de ojos hazel justo enfrente de mi.

Llevaba un abrigo negro y una boina negra, parecida a la de John, se notaba que intentaba ocultar su apariencia. Y creo que estaba igual de sorprendido que yo al verle aquí.

Paul: Hola John. – Dijo cogiendo al pequeño en brazos, que estaba deseando ir con él.

Sinceramente creo que ambos deseábamos no encontrarnos en este lugar, y lamentablemente lo habíamos hecho.

Me apoyé en la barandilla observando el mar, como hacía antes de que hubiese aparecido Paul y él hizo lo mismo justo a mi lado.

Ninguno de los dos comenzamos a entablar una conversación, nos limitábamos a contemplar el precioso paisaje en silencio. Hasta que el tiempo pasó y las cosas dieron un giro.

Paul: No sabía que ibais a venir a Blackpool. – Dijo en tono bajo – Bueno, para que mentir, sí que sabía que ibais a venir a Blackpool.


Tu: ¿Entonces a que has venido James? – Le pregunté sin girarme hacía él.

Paul: He venido a hablar contigo. – Asintió – Porque creo que te debo una larga explicación y una disculpa.

Tu: James, sinceramente yo no tengo ganas ahora mismo de hablar contigo. – Le dije lo más sincera posible – Si he venido aquí es para alejarme, y pasar un día tranquilo con mi hijo. No he parado de recibir llamadas de los chicos durante todo el día.

Paul se limitó a asentir y a no decir nada más por el momento. Pero para mi sorpresa no se rindió tan fácilmente.

Paul: Mira Charlotte…

Tu: ¡Paul! – Grité llena de nervios – He tenido que estar escuchando una ristra de estupideces durante toda la mañana que tenían que ver contigo. Después no paraba de recibir llamadas de los chicos, para hablarme ¡Ah, si! ¿A que no sabes de quién? ¡De ti! -  Le expliqué – Y por fin, cuando puedo estar tranquila con mi hijo, de pronto vienes y apareces tú.

Paul que sostenía a John en sus brazos, bajó al pequeño y con mirada apenada asintió, diciendo un ‘Lo siento’ desde sus labios.

J. Stuart: ¿Paul? – Preguntó entristecido.

Paul: Ya nos veremos John. – Le susurró marchándose.

Cerré los ojos y me di cuenta de lo que acababa de ocurrir, y unos remordimientos entraron en mi cuerpo.
Me llevé la mano a la cara y suspiré observando como Paul desaparecía entre las personas.

No tardamos mucho en irnos a Liverpool, estaba anocheciendo y la verdad no es que adorase conducir de noche.

Madre: Oh que bien que ya hayáis llegado. – Dijo chocando sus manos - ¿Cómo te lo has pasado cariño?

J. Stuart: ¡Muy bien! – Exclamó feliz – Y Paul.

Madre: ¿Paul? – Preguntó dirigiendo su mirada hacía mi.

Tu: La verdad es que hemos visto a Paul, cuando estábamos en Blackpool. – Dije dije quitándome el abrigo - ¿Tú no tendrás nada que ver no?

Madre: Por supuesto que no. – Negó rotundamente – Cielo, no sé como puedes pensar eso de mi.

Tu: Ya… - Entorné los ojos – Bueno John, vamos. Será mejor que te demos una ducha.

Le cogí de la mano y comenzamos a subir las escaleras.

Madre: Por cierto cielo. – Me dijo desde abajo – Ha llamado John, me ha comentado que necesitaba hablar contigo y que mañana su tía Mimi organiza una cena, que estamos invitados y que esta deseando volver a ver a John.

Sonreí y asentí, me alegraba que John se preocupase por su hijo, y al parecer este viaje a Liverpool lo estaba consiguiendo.

4 comentarios:

  1. No inventes Lara!!! La primera parte fue . . . uff, me dí un susto de aquellos!!! Pensé que Charlotte se había besado con Ringo XD pero bueno, después lo comprendí, por cierto, Charlie no quiere aceptar que Paul la ama, pobre Paul, cayó en la Friendzone :C pero yo se que esto se arreglara C:

    Te quiero Lara :D

    Saludos y besos.

    ResponderEliminar
  2. ¿Ringo? ¿En un taxi? Jajaja. Awww... me pareció tan tierna esa parte. Por fin sabemos algo de el. En fin... Me encanto, pobre Paul.
    ¡¡LENNON!! Una cena con Lennon Ahhhh... espero que en esa cena no este Yoko o algo por el estilo. ¡Espero que la sigas!
    (: Muchos besotes y abrazos.

    ResponderEliminar
  3. ¡HA VUELTO A POR MI! ¡HAAAAAA VUELTO A POR MIIIª *w* siento no haber comentado en todos estos capítulos :S PERO YA HE VUELTO A COMENTAR Y ¡ME ENCANTA! HA VUELTO A POR MI. RINGO. HA. VUELTO. A. POR. MI. *_____*
    ASDFGHJKL SUBE PRONTO POR FAVOR, SUBEEEEEE.
    Muchisisisisisiimos besos y abrazos <3

    ResponderEliminar
  4. ¡Aish, que capítulo más espantosamente bonito! La primera parte ha sido completamente brutal (¡por fin sabemos algo de la historia de estos dos! ;D) y la segunda es tan tierna que... Ahasfadhs, ¡me encanta! Espero que todo se arregle entre Paul y Charlotte, aunque de momento no parece que ella esté mucho por la labor... Se le ve confundida por lo que ha descubierto sobre él... Aunque tiene que estar un poco empanada para no haberse dado cuenta antes xD
    ¡Sigue pronto, que los capítulos están genial! Un beso :)

    ResponderEliminar