16 de octubre de 2012

37. The end of the tour.

POR FIN COMENZÓ MI NUEVO FIC DE THE BEATLES. PARA QUIEN QUIERA PASARSE, COMENTAR O SALIR: http://idreamofyourfirstkiss.blogspot.com.es/

Londres; Verano, Junio 1964

Estábamos a finales de Junio, caminaba por las largas calles de Londres, poco a poco el calor de final de primavera se iba notando.
Era la hora de comer cuando llegue a casa, el teléfono comenzó a sonar nada más entrar por la puerta, deje las bolsas que traía encima de la encimera de la cocina y me aproximé rápidamente a descolgar.

Tu: ¿Dígame? – Pregunté.
- ¡Oh! Por fin coges el teléfono. – Sin duda era la voz de John – He llamado tres veces.
Tu: Estaba en Londres. – Le expliqué – Tenía que llevar a revelar unas fotografías y quedé con Heidi y Michelle.
John: Supuse que estarías haciendo cosas. – Explicó – Nosotros estamos preparándonos para el concierto de esta tarde. Estoy agotado, anoche fuimos a tomar unas copas.
Tu: Yo anoche también salí. – Le comenté.
John: ¿A dónde? – Pregunté interesado.
Tu: Salí con la chicas. – Expliqué – Fuimos a un bar a tomar algo y después me llevaron a un lugar de esos donde hacen Striptease.
John: ¡Paul! – Gritó – Dice que se fueron a un Club de Striptease con Heidi y Michelle.

Por detrás se pudo escuchar a Paul diciendo que ellos también se lo pasaron muy bien anoche en un club de Striptease, que había una chica increíble.

Tu: Parece que vosotros también os lo pasasteis bien. – Dije arqueando las cejas.
John: Como puedes escuchar lo parece.

Hubo un silencio absoluto, donde pude escuchar diversas respiraciones al otro lado de la línea.

Paul: ¿Enserio que fuisteis a un Club de esos? – Preguntó una voz que no era la de John.
John: ¡Oh, Paul! – Gritó - ¿Cómo van a ir a un lugar de esos? Ya has estropeado la broma.

Comencé a reír mientras escuchaba a John discutir con Paul, diciéndole que era estúpido por hacer esa pregunta.

John: ¿No fuisteis verdad? – Preguntó de repente con preocupación.
Tu: No John, no fuimos. – Reí – Salimos a tomar algo a un bar pero nada más.
John: Menos mal. – Suspiró. – Si no hubiese tenido que reventar algunas cabezas. Yo me marché directamente al hotel, no fui con algunos que si que prefirieron ir al Club.

No quise preguntar quienes por si les ponía en algún compromiso, así que me limité a hablar con John y expresarle cuanto le echaba de menos al igual que él.

Tu: ¿Ringo está mejor? – Pregunté.
John: Perfectamente, se comió el paste que preparaste entero en el viaje. – Dijo lentamente – Egoísta.

Por detrás escuche un ‘Lo siento’ por parte de Richard y comencé a reír.

Tu: ¿Sabes que hable con Merce? – Le pregunté.
John: ¿Cuándo? – Susurró para que nadie le oyese.
Tu: El otro día me llamó – Expliqué. – Me dijo que le habían concedido una nueva entrevista con Bob Dylan.
John: ¿Bob Dylan? – Preguntó medio chillando.
Tu: Sh. – Le recordé – Si, y bueno no sé, me explicó que había ido y que era una persona completamente diferente de las que había conocido, que era un chico atractivo vieras por donde le vieras y que iban a volver a verse sin tener nada que ver con trabajo.
John: ¡Oh dios mio! – Grito.
Tu: Sh, John por favor no abras la boca. – Le prohibí – Ni se te ocurra contarles nada a ellos, y mucho menos a Richard.
John: No abriré la boca te lo prometo.

Continuamos hablando hasta poco después, cuando decidimos que ya era hora de colgar.

Tu: Bueno creo que ya es hora de que prepare la comida. – Le dije.
John: ¿Tan pronto me abandonas? – Preguntó exagerando - ¿Con quién estás? ¿No habrá alguien allí diciéndote que cuelgues? ¿Es Brian Jones? Que voy y le…
Tu: ¡John! No hay nadie. – Comencé a reír – Mañana hablamos. ¿Vale?
John: Vale mi amor. – Murmuró.
Tu: ¿Cómo? – Pregunté esperando volver a escuchar lo que había oído.
John: Mi amor.

Pude escuchar los pitidos de comunicación segundos después. Al colgar sentí como los minutos se me hacían horas y las horas días y los días semanas.

UNA SEMANA MÁS TARDE.

Tras levantarme y desayunar, cogí el coche y me dirigí a entregar las fotografías que faltaban, por fin se estrenaría la película dentro de cinco días, el 6 de Julio de 1964. Y John regresaba esta misma noche a Londres junto con los demás.

Tu: Buenos días señor Martin. – Saludé entrando en el estudio.

Martin: Buenos días Charlotte. – Dijo sonriente – Espera un segundo.

Me giré y sonreí esperando la pregunta que quería que le diese respuesta.

Martin: Me llamó Brian diciendo que se retrasarían un poco. – Me explicó – Que el avión desde Australia había tenido unos problemas y que en vez de venir hoy vendrían mañana jueves o el viernes.

Tu: Vale, gracias Martin. – Asentí con decepción.

Subí las escaleras del estudio para recoger unas fotografías que me faltaron coger el otro día. Miré por la mesa y en los cajones, pero lamentablemente no las encontraba. Me comencé a desesperar, eran bastante importantes que las encontrara, ya que eran las originales y aunque ya había entregado las copias las debería de tener.

- If I fell in love with you, would you promise to be true and help me understand? – Alguien comenzó detrás de mi.

Me giré sonriente reconociendo de quién provenía esa dulce voz, y allí me topé con la persona que más amaba en el mundo.

John: Cause I´ve been in love before and I found that love was more than just holding hands. – Sonrió.

Tu: No sabes cuanto te he echado de menos. – Susurré abrazándole.

John: Ni usted bella señorita lo vacío que me sentía. – Murmuró.

Paul: ¡Oh! Que hermoso. – Asomó su cabeza por la puerta.

John: Eres la persona ideal, para crear y destrozar momentos como este. – Le miró furioso.

Paul: Disculpad, pero creo que esto es lo que estabas buscando Charlotte. – Me dio la funda con las fotografías – Me las ha dado Brian, dijo que las cambió de sitio.

Tu: Gracias a dios que están aquí. – Las cogí sonriente – Voy a saludar a los chicos.

Me acerqué a Paul depositando un pequeño beso en la mejilla que él me agradeció con un corto abrazo.

Paul: Por fin estamos ya en Londres. – Dijo sonriente – No sabes lo pesado que se volvió John en el viaje. No paraba que quejarse y gruñir con cualquier cosa que hacíamos. – Me explicó.

John: ¿Quieres que digamos lo que hacía tú McCartney? – Preguntó de brazos cruzados.

Paul respondió agachando la cabeza y negando y de pronto aparecieron George y Ringo por la estancia.

George: John solo estaba falto de cariño. – Se encogió de hombros - ¿Qué tal estás Charlie?

Tu: Echándoos en falta. – Le di un pequeño abrazo y seguidamente a Ringo.

Ringo: Esta gira fue un pesar sin ti. – Asintió – John estaba frustrado y los demás descontrolados.

George: ¡Eh! Fue Paul el descontrolado. – Le señaló.

Tu: No entiendo lo que quieren decir. – Me encogí de hombros.

George: ¿No has hablado con Michelle? – Preguntó.

Tu: Desde hace un par de días no. – Negué.

John: Habla con ella, ya veremos a ver lo que piensa del lindo Paul. – Se cruzó de brazos.

Me comentaron que una noche después del concierto tuvieron una de sus salidas espléndidas por bares y locales de la ciudad, en los cuales Paul se desmadró un poco con algunas chicas de por allí. Generalmente groupies.

Tu: ¿Paul? – Le miré esperando tu respuesta final.

Paul: No fue apropósito, no sé que me ocurrió. – Se encogió de hombros y se sentó en un asiento.

Ringo: La bebida, el alcohol. – Asintió.

Paul: Gracias. – Le miró con una ceja levantada – Llamé a Michelle al día siguiente y le conté lo ocurrido, supongo que ya sabrás como se puso y se acabó todo.

Tu: ¿Pero tú quieres que todo acabe? – Le pregunté esperando su respuesta, mientras él se mordía las uñas.

Paul: Por supuesto que no. – Negó con a cabeza – Pero tras ver lo que he cometido, ella debería tener un chico mejor que yo. Que no se emborrachara y se fuera con la primera que viese.

Todos guardaban silencio y observaban a Paul sentado con la cabeza entre las manos, en la silla.

George: Si la quieres ves a buscarla. – Dijo comiéndose un pastel de trufa. – Es lo que yo haría.

Paul: ¿Vosotros creéis? – Preguntó alzando la cabeza.

John: No seas cobarde, y ves a por ella Paul. – Se acercó y le levantó de la silla - ¿Dónde está el valiente McCartney?

Paul: Aquí está. – Asintió y salió corriendo de los estudios.

Todos suspiramos y nos quedamos pensando por unos instantes lo que podría pasarle.

Ringo: ¿Creéis que le perdonará? – Preguntó.

John: Yo creo que le cruzará la cara en dos. – Asintió de brazos cruzados.

George: Esperemos que al menos le abrá la puerta. – Dio otro mordisco a su pastel.

Tu: No seáis pesimistas. – Dije bajando las escaleras – Yo creo que se arreglarán las cosas.

John: ¿Tú las arreglarías conmigo? – Preguntó interesado.

Tu: No lo sé. – Me encogí de hombros – Tal vez te cruzaría la cara y después ya veríamos.

Ringo: Más te vale no cometer ningún error Johnny. – Rió.

John bajó corriendo detrás de él mientras Richard reía y al final acabaron dándose de collejas el uno al otro.

Tu: Se le ve feliz. – Susurré a George mientras bajábamos.

George: La gira y la marcha de Merce le ayudaron bastante. – Afirmó – Aunque a veces le veo solo, pensativo, pero entre todos le intentamos animar. Por cierto, con John va todo perfecto ¿No?

Tu: La verdad es que si. – Asentí - ¿Por qué te ha comentado algo?

George: No, para nada. – Sonrió – Simplemente curiosidad.

Tu: Tus curiosidades hacen que coma la cabeza Geo. – Reí.

George: No seas tonta. – Negó con la cabeza – John te ama. Conozco a John desde hace años y nunca la había visto así.

Tras escuchar lo que había dicho George, nos despedimos de los chicos y marchamos hacía un estudio de fotografías para recoger las que había encargo ayer de revelar.

John: ¿Bajo del coche? – Me preguntó antes de que saliera.

Tu: No hace falta. – Me negué – No quiero que te aplasten días antes del gran estreno.

John: Yo quiero bajar. – Sacó las llaves y con su boina y gafas de sol bajó cogiéndome la mano junto a mí – Tampoco me reconocerán.

Caminábamos tranquilamente por las calles Londinenses, cosa que pocas veces había podido hacer junto a él, o claramente ninguna. Algunas personas se nos quedaban mirando, pero al no saber si era o no John Lennon, pasaban de largo sin acercarse ni gritar.

Entramos en la tienda y nos acercamos al mostrador para recoger las fotografías.

- Espere un momento, ahora mismo las sacamos. – Entró adentro y vi como charlaba mientras miraba hacía aquí con una señorita.

Tu: ¿Aún sigues creyendo que era buena idea? – Le susurré al oído.

John: Por supuesto que si. – Murmuró – Llevo cinco minutos fuera de un coche y aún sigo entero.

-  Aquí las tiene. – Me entregó el sobre y pagué al señor - ¿Podría hacerles una pregunta?

John: La verdad es que tenemos un poco de prisa. – Cogió de mi brazo y estiró saliendo rápidamente de la tienda – Me iba a preguntar si era John Lennon, el maleducado.

Tu: John, como sigas corriendo la gente te reconocerá.

Un pequeño grupo de chicas adolescentes comenzaron a gritar y a andar deprisa detrás de nosotros. John las miró y mientras reía corría cada vez más, haciéndome correr a mi también.

John: Corre más deprisa. – Dijo cogiendo la mano.

Tu: No puedo correr más. – Le recordé.
Tras recorrer a toda máquina dos manzanas de Londres, las despistamos y pudimos entrar en el coche sin ningún percance.

Guardé silencio, el pensar que nunca más podría volver a pasear tranquilamente junto a él por las calles de Londres, me agradaba tan poco como a él que no se escucharan las canciones en sus conciertos.

El viaje a casa fue entretenido mientras me contaba anécdotas de la gira y tarareaba las nuevas canciones que saldrían en el LP ‘A hard day’s night’.

John: Brian me ha dicho que no se te ocurra llevar la cámara fotográfica en día del estreno. – Me explicó – Ese día solo serás Charlie, no la fotógrafa del grupo. Y yo estaré encantado de que solo seas Charlie.

Sonreí al escuchar la noticia procedente de Brian, John metió el coche dentro del jardín, bajo el porche.

John: No sabes cuanto deseaba regresar a casa. – Dijo saliendo y cogiendo su maleta.

Tu: Ni tú cuanto deseaba yo que lo hicieras. – Le sonreí y juntos nos dirigimos hacía la entrada.

John: El día después del estreno, cumple años Ringo. – Me recordó – Ya son 24, deberíamos hacerle algo. Le deberíamos llevar a un Club de…

Tu: Ni lo sueñes John Lennon. – Dije entrando en casa – No le vais a llevar a ningún Club de esos, que tanto os gusta.

John: A mi no. – Alzó las manos pareciendo inocente.

Tu: Claro, no desearía saber quién los frecuentaba más en Hamburgo. – Entrecerré los ojos.

John: Paul. – Asintió.

Tu: Claro, siempre echando las culpas a Paul. – Asentí.

John: No conoces al verdadero Paul. – Rió – Tienes una imagen muy distinta de como es en tu mente.

Tu: ¿Quién le debió meter todas esas cosas en la cabeza de Paul? – Arqueé las cejas.

John: Eh… ¿George? – Preguntó.

Tu: Claro, debió de ser George. – Negué con la cabeza – Te tengo calado John Lennon.

John: Y yo a ti cazada. – Me guiñó un ojo - ¡Oh! Estoy agotado y me muero de hambre.

Me tumbé junto a él en el sofá del salón y pasó un brazo por mi cintura juntándome más a él.

John: Me podría pasar así toda mi vida. – Susurró.

2 comentarios:

  1. Conocí a Bob Dylan!!!!!!!! Pero nio quiero salir con el, quiero salir con Ringo! El me ama! Yo le amo!
    Sube pronto! Me encantó el capitulo, comno todos los que escribes!!!! John ya está en casa *--*
    Muchisisisisisisimos besos y abrazos!

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    1. ¡Hahahahaha tranquila Merce! Poco a poco veremos a ver lo que pasa con la historia, con Bob Dylan y con Ringo Starr. :) Me alegro que te haya gustado, un besazo preciosa jiji.

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