Londres; Verano, Junio 1964
Estábamos a finales de
Junio, caminaba por las largas calles de Londres, poco a poco el calor de final
de primavera se iba notando.
Era la hora de comer
cuando llegue a casa, el teléfono comenzó a sonar nada más entrar por la
puerta, deje las bolsas que traía encima de la encimera de la cocina y me
aproximé rápidamente a descolgar.
Tu: ¿Dígame? – Pregunté.
- ¡Oh! Por fin coges el
teléfono. – Sin duda era la voz de John – He llamado tres veces.
Tu: Estaba en Londres. –
Le expliqué – Tenía que llevar a revelar unas fotografías y quedé con Heidi y
Michelle.
John: Supuse que estarías
haciendo cosas. – Explicó – Nosotros estamos preparándonos para el concierto de
esta tarde. Estoy agotado, anoche fuimos a tomar unas copas.
Tu: Yo anoche también salí.
– Le comenté.
John: ¿A dónde? –
Pregunté interesado.
Tu: Salí con la chicas. –
Expliqué – Fuimos a un bar a tomar algo y después me llevaron a un lugar de
esos donde hacen Striptease.
John: ¡Paul! – Gritó –
Dice que se fueron a un Club de Striptease con Heidi y Michelle.
Por detrás se pudo
escuchar a Paul diciendo que ellos también se lo pasaron muy bien anoche en un
club de Striptease, que había una chica increíble.
Tu: Parece que vosotros
también os lo pasasteis bien. – Dije arqueando las cejas.
John: Como puedes
escuchar lo parece.
Hubo un silencio
absoluto, donde pude escuchar diversas respiraciones al otro lado de la línea.
Paul: ¿Enserio que
fuisteis a un Club de esos? – Preguntó una voz que no era la de John.
John: ¡Oh, Paul! – Gritó
- ¿Cómo van a ir a un lugar de esos? Ya has estropeado la broma.
Comencé a reír mientras
escuchaba a John discutir con Paul, diciéndole que era estúpido por hacer esa
pregunta.
John: ¿No fuisteis
verdad? – Preguntó de repente con preocupación.
Tu: No John, no fuimos. –
Reí – Salimos a tomar algo a un bar pero nada más.
John: Menos mal. –
Suspiró. – Si no hubiese tenido que reventar algunas cabezas. Yo me marché directamente al hotel, no fui con algunos que si que prefirieron ir al Club.
No quise preguntar
quienes por si les ponía en algún compromiso, así que me limité a hablar con
John y expresarle cuanto le echaba de menos al igual que él.
Tu: ¿Ringo está mejor? –
Pregunté.
John: Perfectamente, se
comió el paste que preparaste entero en el viaje. – Dijo lentamente – Egoísta.
Por detrás escuche un ‘Lo
siento’ por parte de Richard y comencé a reír.
Tu: ¿Sabes que hable con
Merce? – Le pregunté.
John: ¿Cuándo? – Susurró
para que nadie le oyese.
Tu: El otro día me llamó
– Expliqué. – Me dijo que le habían concedido una nueva entrevista con Bob
Dylan.
John: ¿Bob Dylan? –
Preguntó medio chillando.
Tu: Sh. – Le recordé –
Si, y bueno no sé, me explicó que había ido y que era una persona completamente
diferente de las que había conocido, que era un chico atractivo vieras por
donde le vieras y que iban a volver a verse sin tener nada que ver con trabajo.
John: ¡Oh dios mio! –
Grito.
Tu: Sh, John por favor no
abras la boca. – Le prohibí – Ni se te ocurra contarles nada a ellos, y mucho
menos a Richard.
John: No abriré la boca
te lo prometo.
Continuamos hablando
hasta poco después, cuando decidimos que ya era hora de colgar.
Tu: Bueno creo que ya es
hora de que prepare la comida. – Le dije.
John: ¿Tan pronto me
abandonas? – Preguntó exagerando - ¿Con quién estás? ¿No habrá alguien allí
diciéndote que cuelgues? ¿Es Brian Jones? Que voy y le…
Tu: ¡John! No hay nadie.
– Comencé a reír – Mañana hablamos. ¿Vale?
John: Vale mi amor. –
Murmuró.
Tu: ¿Cómo? – Pregunté
esperando volver a escuchar lo que había oído.
John: Mi amor.
Pude escuchar los pitidos
de comunicación segundos después. Al colgar sentí como los minutos se me hacían
horas y las horas días y los días semanas.
UNA SEMANA MÁS TARDE.
Tras levantarme y
desayunar, cogí el coche y me dirigí a entregar las fotografías que faltaban,
por fin se estrenaría la película dentro de cinco días, el 6 de Julio de 1964.
Y John regresaba esta misma noche a Londres junto con los demás.
Tu: Buenos días señor
Martin. – Saludé entrando en el estudio.
Martin: Buenos días
Charlotte. – Dijo sonriente – Espera un segundo.
Me giré y sonreí
esperando la pregunta que quería que le diese respuesta.
Martin: Me llamó Brian
diciendo que se retrasarían un poco. – Me explicó – Que el avión desde
Australia había tenido unos problemas y que en vez de venir hoy vendrían mañana
jueves o el viernes.
Tu: Vale, gracias Martin.
– Asentí con decepción.
Subí las escaleras del
estudio para recoger unas fotografías que me faltaron coger el otro día. Miré
por la mesa y en los cajones, pero lamentablemente no las encontraba. Me
comencé a desesperar, eran bastante importantes que las encontrara, ya que eran
las originales y aunque ya había entregado las copias las debería de tener.
- If
I fell in love with you, would you promise to be true and help me understand? –
Alguien comenzó detrás de mi.
Me giré sonriente
reconociendo de quién provenía esa dulce voz, y allí me topé con la persona que
más amaba en el mundo.
John:
Cause I´ve been in love before and I found that love was more than just holding
hands. – Sonrió.
Tu: No sabes cuanto te
he echado de menos. – Susurré abrazándole.
John: Ni usted bella
señorita lo vacío que me sentía. – Murmuró.
Paul: ¡Oh! Que
hermoso. – Asomó su cabeza por la puerta.
John: Eres la persona
ideal, para crear y destrozar momentos como este. – Le miró furioso.
Paul: Disculpad, pero
creo que esto es lo que estabas buscando Charlotte. – Me dio la funda con las
fotografías – Me las ha dado Brian, dijo que las cambió de sitio.
Tu: Gracias a dios que
están aquí. – Las cogí sonriente – Voy a saludar a los chicos.
Me acerqué a Paul
depositando un pequeño beso en la mejilla que él me agradeció con un corto
abrazo.
Paul: Por fin estamos
ya en Londres. – Dijo sonriente – No sabes lo pesado que se volvió John en el
viaje. No paraba que quejarse y gruñir con cualquier cosa que hacíamos. – Me
explicó.
John: ¿Quieres que
digamos lo que hacía tú McCartney? – Preguntó de brazos cruzados.
Paul respondió
agachando la cabeza y negando y de pronto aparecieron George y Ringo por la
estancia.
George: John solo
estaba falto de cariño. – Se encogió de hombros - ¿Qué tal estás Charlie?
Tu: Echándoos en
falta. – Le di un pequeño abrazo y seguidamente a Ringo.
Ringo: Esta gira fue
un pesar sin ti. – Asintió – John estaba frustrado y los demás descontrolados.
George: ¡Eh! Fue Paul
el descontrolado. – Le señaló.
Tu: No entiendo lo que
quieren decir. – Me encogí de hombros.
George: ¿No has
hablado con Michelle? – Preguntó.
Tu: Desde hace un par
de días no. – Negué.
John: Habla con ella,
ya veremos a ver lo que piensa del lindo Paul. – Se cruzó de brazos.
Me comentaron que una
noche después del concierto tuvieron una de sus salidas espléndidas por bares y
locales de la ciudad, en los cuales Paul se desmadró un poco con algunas chicas
de por allí. Generalmente groupies.
Tu: ¿Paul? – Le miré
esperando tu respuesta final.
Paul: No fue
apropósito, no sé que me ocurrió. – Se encogió de hombros y se sentó en un
asiento.
Ringo: La bebida, el
alcohol. – Asintió.
Paul: Gracias. – Le
miró con una ceja levantada – Llamé a Michelle al día siguiente y le conté lo
ocurrido, supongo que ya sabrás como se puso y se acabó todo.
Tu: ¿Pero tú quieres
que todo acabe? – Le pregunté esperando su respuesta, mientras él se mordía las uñas.
Paul: Por supuesto que
no. – Negó con a cabeza – Pero tras ver lo que he cometido, ella debería tener
un chico mejor que yo. Que no se emborrachara y se fuera con la primera que
viese.
Todos guardaban
silencio y observaban a Paul sentado con la cabeza entre las manos, en la
silla.
George: Si la quieres
ves a buscarla. – Dijo comiéndose un pastel de trufa. – Es lo que yo haría.
Paul: ¿Vosotros
creéis? – Preguntó alzando la cabeza.
John: No seas cobarde,
y ves a por ella Paul. – Se acercó y le levantó de la silla - ¿Dónde está el
valiente McCartney?
Paul: Aquí está. –
Asintió y salió corriendo de los estudios.
Todos suspiramos y nos
quedamos pensando por unos instantes lo que podría pasarle.
Ringo: ¿Creéis que le
perdonará? – Preguntó.
John: Yo creo que le
cruzará la cara en dos. – Asintió de brazos cruzados.
George: Esperemos que
al menos le abrá la puerta. – Dio otro mordisco a su pastel.
Tu: No seáis
pesimistas. – Dije bajando las escaleras – Yo creo que se arreglarán las cosas.
John: ¿Tú las
arreglarías conmigo? – Preguntó interesado.
Tu: No lo sé. – Me
encogí de hombros – Tal vez te cruzaría la cara y después ya veríamos.
Ringo: Más te vale no
cometer ningún error Johnny. – Rió.
John bajó corriendo
detrás de él mientras Richard reía y al final acabaron dándose de collejas el
uno al otro.
Tu: Se le ve feliz. –
Susurré a George mientras bajábamos.
George: La gira y la
marcha de Merce le ayudaron bastante. – Afirmó – Aunque a veces le veo solo,
pensativo, pero entre todos le intentamos animar. Por cierto, con John va todo
perfecto ¿No?
Tu: La verdad es que
si. – Asentí - ¿Por qué te ha comentado algo?
George: No, para nada.
– Sonrió – Simplemente curiosidad.
Tu: Tus curiosidades
hacen que coma la cabeza Geo. – Reí.
George: No seas tonta.
– Negó con la cabeza – John te ama. Conozco a John desde hace años y nunca la
había visto así.
Tras escuchar lo que
había dicho George, nos despedimos de los chicos y marchamos hacía un estudio
de fotografías para recoger las que había encargo ayer de revelar.
John: ¿Bajo del coche?
– Me preguntó antes de que saliera.
Tu: No hace falta. –
Me negué – No quiero que te aplasten días antes del gran estreno.
John: Yo quiero bajar.
– Sacó las llaves y con su boina y gafas de sol bajó cogiéndome la mano junto a
mí – Tampoco me reconocerán.
Caminábamos
tranquilamente por las calles Londinenses, cosa que pocas veces había podido
hacer junto a él, o claramente ninguna. Algunas personas se nos quedaban
mirando, pero al no saber si era o no John Lennon, pasaban de largo sin
acercarse ni gritar.
Entramos en la tienda
y nos acercamos al mostrador para recoger las fotografías.
- Espere un
momento, ahora mismo las sacamos. – Entró adentro y vi como charlaba mientras
miraba hacía aquí con una señorita.
Tu: ¿Aún sigues
creyendo que era buena idea? – Le susurré al oído.
John: Por supuesto que
si. – Murmuró – Llevo cinco minutos fuera de un coche y aún sigo entero.
- Aquí las
tiene. – Me entregó el sobre y pagué al señor - ¿Podría hacerles una pregunta?
John: La verdad es que
tenemos un poco de prisa. – Cogió de mi brazo y estiró saliendo rápidamente de
la tienda – Me iba a preguntar si era John Lennon, el maleducado.
Tu: John, como sigas
corriendo la gente te reconocerá.
Un pequeño grupo de
chicas adolescentes comenzaron a gritar y a andar deprisa detrás de nosotros.
John las miró y mientras reía corría cada vez más, haciéndome correr a mi
también.
John: Corre más
deprisa. – Dijo cogiendo la mano.
Tu: No puedo correr
más. – Le recordé.
Tras recorrer a toda
máquina dos manzanas de Londres, las despistamos y pudimos entrar en el coche
sin ningún percance.
Guardé silencio, el
pensar que nunca más podría volver a pasear tranquilamente junto a él por las
calles de Londres, me agradaba tan poco como a él que no se escucharan las
canciones en sus conciertos.
El viaje a casa fue
entretenido mientras me contaba anécdotas de la gira y tarareaba las nuevas
canciones que saldrían en el LP ‘A hard day’s night’.
John: Brian me ha
dicho que no se te ocurra llevar la cámara fotográfica en día del estreno. – Me
explicó – Ese día solo serás Charlie, no la fotógrafa del grupo. Y yo estaré
encantado de que solo seas Charlie.
Sonreí al escuchar la
noticia procedente de Brian, John metió el coche dentro del jardín, bajo el
porche.
John: No sabes cuanto
deseaba regresar a casa. – Dijo saliendo y cogiendo su maleta.
Tu: Ni tú cuanto
deseaba yo que lo hicieras. – Le sonreí y juntos nos dirigimos hacía la
entrada.
John: El día después
del estreno, cumple años Ringo. – Me recordó – Ya son 24, deberíamos hacerle
algo. Le deberíamos llevar a un Club de…
Tu: Ni lo sueñes John
Lennon. – Dije entrando en casa – No le vais a llevar a ningún Club de esos,
que tanto os gusta.
John: A mi no. – Alzó
las manos pareciendo inocente.
Tu: Claro, no desearía
saber quién los frecuentaba más en Hamburgo. – Entrecerré los ojos.
John: Paul. – Asintió.
Tu: Claro, siempre
echando las culpas a Paul. – Asentí.
John: No conoces al
verdadero Paul. – Rió – Tienes una imagen muy distinta de como es en tu mente.
Tu: ¿Quién le debió
meter todas esas cosas en la cabeza de Paul? – Arqueé las cejas.
John: Eh… ¿George? –
Preguntó.
John: Y yo a ti
cazada. – Me guiñó un ojo - ¡Oh! Estoy agotado y me muero de hambre.
Me tumbé junto a él en
el sofá del salón y pasó un brazo por mi cintura juntándome más a él.
John: Me podría pasar
así toda mi vida. – Susurró.
Conocí a Bob Dylan!!!!!!!! Pero nio quiero salir con el, quiero salir con Ringo! El me ama! Yo le amo!
ResponderEliminarSube pronto! Me encantó el capitulo, comno todos los que escribes!!!! John ya está en casa *--*
Muchisisisisisisimos besos y abrazos!
¡Hahahahaha tranquila Merce! Poco a poco veremos a ver lo que pasa con la historia, con Bob Dylan y con Ringo Starr. :) Me alegro que te haya gustado, un besazo preciosa jiji.
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