Londres; Verano, Julio 1964
Día 6 de Julio de
1964, tanto como el London Pavilion como sus alrededores estaban rodeados de
multitudes de personas. Esa noche era la Premiere de la primera película
interpretada por los cuatro de Liverpool ‘A Hard Day’s Night’.
Llegué junto a John al
London Pavilion, la multitud era alejada de los coches gracias a una numerosa
patrulla de jefes de seguridad.
John: Vamos, bella
dama. – Salió del coche y me tendió la mano sonriente.
Miré hacía arriba y
pude contemplar un gran cartel donde letras que se iluminaban promocionaban la
película y cuatro caras sonrientes de ellos lucían a la parte derecha.
Entré junto a él por
aquellas enormes puertas que estaban abiertas para nosotros, en un gran hall
fuimos recibidos por Brian y los demás que acababan de llegar poco antes que
nosotros.
Paul: ¿No es
espectacular? – Preguntó acercándose junto a Michelle – Nunca había visto
tantas luces juntas.
Ringo: Y nuestras
caras en grande iluminadas. – Intervino sonriente.
John: Que lástima que
la gente pueda ver en grande lo feo que eres. – Asintió y se encogió de
hombros.
Tu: John, no seas
cruel. – Le pellizqué – La gente verá los bellos ojos de Richard.
Ringo: Bien dicho
Charlie. – Sonrió.
John: ¡Hey! – Se quejó
- ¿Vais todos contra mi?
George: Te lo mereces
John. – Le señaló con el dedo.
John: Que cruel es la
vida conmigo. – Dramatizó – Ahora solo falta que mi querido Paulie también sea
cruel.
Paul: Yo nunca lo
sería John. – Enseñó su sonrisa.
John: ¡Oh! Él si que
me aprecia, no como vosotros. – Miró desafiante – Ya trataremos cuentas tú y yo
en casa.
Tu: ¿Es una amenaza? –
Arqueé las cejas riendo por su mirada.
John: Ya lo veremos. –
Mordió levemente mi mejilla.
Estábamos agrupados en
círculo esperando órdenes de lo que hacer. Al parecer Paul y Michelle volvían a
darse una segunda oportunidad, que Paul se había comprometido a no estropear.
Tanto Richard como
George asistieron solos al estreno, según ellos ambos eran la pareja del otro.
Ringo: Estoy deseando
ver la película. – Sonrió chocando sus manos.
El actor que
interpretaba a John McCartney, el abuelo de Paul, se acercó a charlar
entretenidamente con los chicos.
Wilfrid: Será un
verdadero éxito. – Sonrió – Recordad lo que os he dicho.
John: Por supuesto
señor. – Rió.
Brian: Chicos ya es
hora de ir entrando y ocupando vuestros asientos. – Nos informó – Recordad que
la princesa Margaret y Lord Snowdon se encontraran en el estreno, así que
compórtense como ustedes saben.
George: A sus ordenes
Brian. – Hizo gesto de soldado y Brian se llevó las manos a la cabeza.
John: ¿No traes
acompañante masculino Brian? – Preguntó arqueando las cejas.
Brian: John
compórtate. – Le recordó – Os esteré vigilando.
George: Que miedo. –
Dijo frunciendo el ceño.
Entramos a la sala
donde iba a ser proyectada, y ocupamos la primera fila del palco.
John: Siéntate aquí. –
Me propuso – Aléjate de ese endemoniado de Brian, que nos tendrá vigilado toda
la proyección.
Reí y tomé asiento
entre John y Richard, mientras John tenía a su otro lado a Paul junto con
Michelle.
John: Después iremos
al Hotel Dorchester. – Susurró a mi oído – Será una buena noche.
Le dediqué una sonrisa
y aprovechó la ocasión de luces atenuantes para depositar un dulce beso en mis
labios.
John: Te quiero. –
Susurró.
Las luces se apagaron
del todo y la pantalla se iluminó, en ella se comenzó a proyectar la película
que todo el mundo disfrutó y rió junto a los cuatro de Liverpool, que no
paraban de hacer comentarios entre ellos al respecto.
La escena de John en
la bañera cantando ‘Rule Britannia’ fue inesperada pero a todo el mundo agrado,
al igual que el largometraje entero.
Apareció cuando la
pobre cámara fotográfica de Ringo cayó al lago y John estiró su chaqueta por
detrás, para llamar su atención.
John: Ahí tenemos una
verdadera muestra de torpeza del pobre Ringo. – Rió.
Ringo: Cállate Lennon.
- Susurró
Tal y como había dicho
Wilfred fue un gran éxito en la sala, acabaron todos los actores siendo
aplaudidos por la multitud que se encontraba allí dentro.
John: Será mejor que
salgamos. – Cogió mi mano – Sigue a
Ringo, él nos abrirá paso hasta la salida.
Comenzó a reírse
debido a que Richard se giró y le obsequió con una desafortunada mirada.
Paul: ¡Ajá! No supe
que saltaras con tanta emoción Ringo. – Se burló por una escena del Film – Casi
tocas el cielo.
John: Nuestro
traumatizado saltarín. – Se lamentó John.
Ringo: Que graciosos
que sois. ¡Venga riámonos con John y Paul! – Se carcajeó amargamente.
John: No te burles,
que te quedarás sin regalo de cumpleaños. – Le advirtió.
Ringo: El año pasado
ya no me comprasteis nada. – Le recordó.
Paul: Yo te regalé tú
cámara fotográfica. – Dijo.
Ringo: Tú solo me
trajiste el paquete que te dieron en la tienda, que encargué. – Entrecerró los
ojos.
Paul: ¡Ajá! – Asintió
– Pero también me lo podía haber quedado y no tener cámara fotográfica.
George: Yo al menos
compré unos calcetines por una tienda de Blackpool – Richard le miró – No fue
mi culpa, nos encontrábamos en Blackpool cuando cumplías años.
Richard negó con la
cabeza y siguió andando hacía delante sin mirar atrás, hasta que llegamos junto
a Brian que nos esperaba a la salida.
Brian: Chicos ha sido
un éxito, os tengo que felicitar por el trabajo que habéis hecho. – Asintió
orgulloso.
John: ¡Oh! No me hagas
llorar. – Se echó a los brazos de Brian.
Brian: Vamos John, no
te burles. – Se apartó de él. – Directos a los coches que os llevaran al
Dorchester Hotel, donde habrá una pequeña fiesta y cenaréis.
George: A sus órdenes.
– Asintió.
John: Vámonos mi bella
damisela. – Salimos deprisa y nos encontramos con la misma o incluso mayor
multitud que les esperaba antes de entrar.
John saludó con la
mano y dedicó una reluciente sonrisa, para después entrar junto a mi en el
coche que nos llevo, lo más rápido que la multitud le dejó, hacía el Hotel
Dorchester.
John: ¿Has estado
cómoda? – Me preguntó interesado.
Tu: Claro. – Asentí
cogiendo su mano dentro del coche.
John: Me alegro, que
haya sido así. – Sonrió, para después depositar un pequeño beso en mi frente.
Bajamos del coche más
tranquilamente que antes, aunque algunas personas también se encontraban en la
entrada del hotel. Amablemente John se acercó a firmar algún que otro
autógrafo, los que le permitió el cuerpo de seguridad.
- Señores. – Se
acercó un empleado del hotel – Acompáñenme por favor.
Acompañamos a aquel
hombre hasta una gran sala donde se encontraban conocidos y amigos del mundo
del espectáculo o de a música.
Nada más entrar nos
ofrecieron una copa de champán, nos acercamos junto con Paul y Michelle que
charlaban entretenidamente con algunos integrantes de The Rolling Stones.
Mick: Querido John. –
Dijo estrechándole la mano - ¿Qué ha sido de ti? Hombre si tenemos a esta
encantadora señorita por aquí. Charlotte ¿No?
Tu: Si. – Asentí – O
Charlie.
B. Jones: Charlie. –
Centró sus ojos en mi – Aún sigo esperando esa cita que me afirmaste. – Sonrió.
John: Pues sigue
esperando Jones. – Murmuró para sí mismo.
B. Jones: Aunque según
los apacibles rumores tal vez sea imposible. – Se encogió de hombros – Alguien
jugó bien sus cartas. ¿No John?
John: ¿Eh? – Arqueó
las cejas – Por supuesto, hay que saber como jugarlas Brian.
El ambiente se estaba
caldeado demasiado, por lo que interrumpió Mick Jagger chocando sus manos.
Mick: ¿Podríamos hacer
un brindis tal vez? – Alzó su copa - ¿Dónde están George y Ringo? ¡Ah! Ahí
vienen. – Sonrió - ¿Por el gran éxito que vendrá gracias a A hard day’s night?
Paul: ¡Por el gran
éxito! – Bebió de su copa, al igual que todos.
De repente apareció
exhausto Brian Epstein y se introdujo dentro del grupo.
B. Epstein: Chicos,
que suerte encontraros. – Dijo respirando exhaustamente.
George: ¿De donde
viene? – Preguntó debido a su cansancio.
John: ¿Con quién
estaba en los servicios? – Rió al igual que todos los de su alrededor.
B. Epstein: John,
menos bromas. – Dijo con seriedad – La princesa Margaret y Lord Snowdon os
están esperando para ser presentados.
Paul: Pues no les
hagamos esperar. – Sonrió entrando su copa a su querida Michelle. – No
tardaremos.
Michelle: Tranquilo. –
Sonrió – Me quedo con Charlotte.
Tu: Por supuesto. –
Sonrió.
Mick: Marchad
tranquilos, quedan en buena compañía. – Afirmó sonriente.
John: Eso, es lo que
más me preocupa. – Murmuró seriamente.
Los chicos marcharon
detrás de Brian Epstein, para saludar amablemente a los invitados de honor. Por
lo que tanto Michelle como yo nos quedamos charlando con Mick, Keith, Brian,
Charlie y Bill.
Keith: Tengo interés.
– Intervinó - ¿Qué se siente saliendo con un Beatle?
Tu: No sé, dímelo tú.
– Me encogí de hombros – Sal con uno y lo compruebas.
Todos comenzamos a
reír debido a la propuesta que le acababa de hacer.
Keith: Buena idea. –
Asintió riéndose – Pero John ya está cogido.
Mick: Aún te quedan
dos a salvo. – Le propuso.
Keith: Me lo
plantearé. – Se encogió de hombros asintiendo.
Mientras tanto Mick y
Keith llevaban una interesante conversación con Michelle a lo que eso favoreció
para que Brian viniese a entablar una conmigo.
B. Jones: Creo que esa
cena entre ambos ya no se podrá celebrar. – Gesticuló su mano – John se
adelantó. Fue listo.
Tu: Si lo fue. –
Asentí.
B. Jones: Eres
realmente una señorita encantadora, por lo que pienso que John Lennon nunca
será capaz de dejarte escapar. – Me explicó – Pero nunca se sabe, así que no
dudes en llamarme si alguna vez las cosas no salieron como querías. – Susurró
en mi oído.
Tras decirme lo dicho,
marchó junto a su mánager que estaba entre un grupo de invitados. Por lo que me
volví a unir al círculo que había dejado anteriormente.
Mick: ¿Qué crees tú
Charlotte? – Me preguntó.
Tu: ¿De qué? –
Pregunté extrañada.
Mick: Déjalo, acabas
de salir de una conversación con Brian Jones y aún sigues aturdida. – Rió al
igual que todos – Ves con cuidado, donde tira el ojo tira el anzuelo.
Keith: Y la mayoría de
veces pican. – Asintió.
Michelle: Eso no
ocurrirá con Charlotte. – Me defendió – John la tiene demasiado bien cogida.
Mick: Eso dicen todas.
– Le guiñó un ojo.
Creo que tanto
Michelle como yo, estábamos con un miedo interior por si no nos tenían
demasiado bien cogidas. Más aún Michelle por lo que le acababa de ocurrir días
antes con Paul.
Una mano cogió mi
cintura por detrás y me girá para contemplar los ojos atenuantes con los que
John observaba a Brian de lejos.
John: Lo tengo
vigilado. – Susurró.
Mick: Tranquilo amigo.
– Puso una mano en su hombro. – Nosotros también.
Paul: ¿Qué te parece
si buscamos sitio en las mesas para sentarnos? – Le propuso a Michelle.
Michelle: Perfecto. –
Sonrió.
John: Vamos nosotros también.
– Cogió mi mano - ¿Qué te estaba diciendo Brian? Te he visto hablando con él de
lejos.
Tu: Nada importante. –
Quité importancia. – Que se alegraba por nuestra relación.
John: Vaya, que
extraño que provengan esas palabras de él. – Se encogió de hombros – Y más
hacía una chica.
Pasamos una velada
tranquila, quitando importancia a las cosas con las bromas y chistes que los
chicos hacían mientras cenábamos.
En la mesa estaba
también sentada Heidi que llegó a tiempo para cenar y que hizo buenas migas al
parecer con Mick Jagger, el cual estaba sentado a su lado y no paraban de reír.
Brian Epstein charlaba
amistosamente junto con George Martin, temas de trabajo y no faltó tiempo para
encontrar una acompañante nueva a Brian Jones, llamada France.
John: ¿Te apetece ir
después al Ad Lib Club? – Me preguntó – O prefieres
ir a casa directamente.
Tu: Lo que a ti te apetezca John. – Me
encogí de hombros.
John: A mi me da exactamente lo mismo.
– Expresó.
Al finalizar la cena, tanto George
como Ringo y los demás marcharon para el AdLib Club, exceptuando a Paul y
Michelle y nosotros que decidimos ir a su casa más tranquilamente.
George: ¿Qué pasó con el John y Paul
que conocíamos? – Preguntó saliendo del hotel.
Paul: Que encontraron a dos chicas
preciosas y maduraron. – Se encogió de hombros cogiendo de la mano a Michelle.
George: ¿Maduraron? – Dijo riéndose –
Eso no te lo crees ni tú Paul McCartney.
B. Epstein: Chicos pasado mañana nos
vemos en los estudios. – Les recordó entrando en el coche.
John: Adiós Brian, páseselo bien esta
noche. – Sonrió forzadamente.
Tras despedirnos de los chicos y de un
ebrio Richard, entramos en el coche que nos llevaría a la casa que compartía
Michelle con Paul.
John: Mañana hemos pensado hacerle una
fiesta en casa para Ringo. – Le propuso – Ha sido un año duro y deberíamos
alegrarle.
Paul: Me parece bien. – Asintió –
Aunque mañana no se si se encontrará en condiciones para ir a una fiesta.
John: Ah, nosotros le despejamos. –
Rió.
El coche nos dejó en la entrada a casa
de Michelle, la cuál se encontraba justamente en la zona de Notting Hill.
Bajamos y subimos a su casa, en la
cuál mientras charlábamos y tomábamos unas copas John y Paul cogieron unas
guitarras intentando impresionar, cosa que consiguieron.
John: If I fell…
Paul: La acabas de tocar John. – Le
recordó con la copa en la mano.
John: No me cortes cuando esté tocando
maldito Paul. – Dejó la guitarra dándole una calada al cigarrillo.
Paul:
Disculpa John Winston. – Rió.
John: Sabes que odio
que me llames así McCharmly. – Rió exageradamente.
Paul: Guarda silencio
Lennon. – Sonrió levemente.
Michelle: Charlotte. –
Me susurró - ¿Puedes venir un segundo?
Tu: Claro. – Asentí.
John: ¿Nuestras bellas
señoritas nos abandonan? – Preguntó dando otra calada.
Tu: Por supuesto. –
Asentí – Vamos cuchichear sobre vosotros.
John: Sobre lo malo
que eres en la cama. – Se carcajeó.
Paul: Oh, vamos
Johnny. – Golpeó su hombro – Todos sabemos lo pésimo que eres tú.
John: Repite eso. – Le
retó.
Paul: Si ya lo has
oído. – Sonrió.
Salimos del salón
dejándolos que se peleen graciosamente por quién era más ‘varonil’.
Tu: ¿Qué ocurre? –
Pregunté con curiosidad.
Michelle: Mira
Charlotte, no se si son ilusiones mías o es la verdad. – Comenzó a decir con
miedo – Pero creo que Paul se está viendo con otras chicas.
Tu: ¿Con otras chicas?
– Pregunté asombrada – Eso es irónico Michelle, Paul no se está viendo con
nadie.
Michelle: Recuerdas lo
que pasó en la gira. – Dijo y yo asentí – Creo que sigue pasando, en estos días
venía ebrio y él me decía que regresaba del estudio.
Tu: John también llega
a veces tarde a casa. – Le intenté calmar – Pero yo he estado muchas noches
trabajando en el estudio, y si que es verdad que se encuentran ahí.
Michelle: No lo
entiendes Charlotte. – Negó desesperada – Pero Paul vuelve ebrio, y a altas
horas de la madrugada.
Tu: ¿Quieres que le
pregunte? – Pregunté.
Michelle: Sería un
gran favor. – Asintió.
Tu: Pues… - Me quedé
pensativa – Llévate a John, con la escusa de enseñarle algo.
Michelle: ¿El que? –
Pregunté encogiéndose de hombros.
Tu: Cualquier cosa,
haz como si fuera interesante y él correrá a verla.
Entramos al salón
donde John se encontraba sentado encima de Paul y aquel con las manos en la
cara quejándose de su peso.
Tu: John, le vas a
hacer daño. – Le recordé.
John: Lo soportará
hasta que retire lo que dijo. – Murmuró.
Asentí como señal de
que Michelle interviniese, y así poder charlar tranquilamente con Paul.
Michelle: Por cierto
John. – Intervino - ¿Te gustaría ver la habitación que decoramos para estudio
de Paul?
John: ¡Oh! Claro. – Se
levantó a lo que hizo un gran favor a Paul.
Paul: Gracias cariño.
– Susurró.
Michelle se llevó
hacía arriba a John y Paul no tardó en cogerle un cigarrillo al paquete que se
había olvidado John.
Tu: ¿Me das uno? –
Pregunté.
Paul: ¿Ahora fumas? –
Exclamó con los ojos de par en par.
Tu: Tal vez, cuando no
está John delante. – Dije robándole uno.
Paul: No me parece
bien. – Negó apartando el paquete, aunque ya había obtenido lo que quería – Si
John se da cuenta, te caerá una buena charla.
Tu: ¿Siendo él, el
primero que lo hace? – Pregunté arqueando las cejas – Bueno si, tal vez.
Tu: Paul, ¿Ahora eres
mi padre? – Pregunté riéndome.
Paul: No, pero… - Vio
que no llegaría a ninguna parte – Bueno, déjalo. Allá tú.
Tu: Allá yo. – Asentí
- ¿Cómo van las cosas por el estudio? John está llegando tarde estos días.
Paul: Demasiado
cansancio. – Asintió dándole una calada – Con esto de que en cuatro días sale
el nuevo LP, el trabajo se acumula.
Narra Paul
Los chicos se habían
subido a ver el nuevo cuarto que Michelle había decorado, para hacer mi estudio.
Y yo mientras charlaba con Charlie, o más bien observaba a Charlie, porque no
prestaba atención a ninguna de las palabras que soltaba por su boca,
simplemente prestaba atención a su boca, como se entreabría para expulsar ese
humo, como se cerraba para dar una calada al cigarrillo.
¡Paul! ¿Qué estás
diciendo?
Charlotte: ¿Paul?
¡Paul! – Gritó - ¿Me estás atendiendo?
Yo: Disculpa, estaba
pensando en mis cosas. – Reí - ¿Que me estabas preguntado?
Charlotte: Que
Michelle estará contenta. – Me dijo.
Yo: ¿Por qué? –
Pregunté extrañado.
Charlotte: Por la
canción que has compuesto por ella. – Asintió sonriente.
¿Por la canción que
había compuesto por ella?
Yo: ¡Ah claro! –
Sonriente respondí – Fue por ella. Te refieres a And I love her ¿No?
Charlotte:
Por supuesto. – Asintió.
Yo: Aunque John
también colaboro. – Le recordé – Cada uno pensábamos en nuevas preciosas
amadas.
Ambos reímos, cuando
de repente John apareció con las manos en la cabeza y señaló el cigarrillo que
llevaba Charlotte en la boca, con el dedo.
John: ¡¿Estas
fumando?! – Gritó tirándose el sillón con las manos en la cabeza - ¡¿Se lo has
dado tú Paul?!
Charlotte: ¡No! – Negó
rápidamente – Lo cogí yo. Te dejaste aquí el paquete y…
John: ¿Encima es de mi
paquete? – Preguntó furioso – Te he ayudado a fumar, no me lo perdonaré.
Charlotte:
No exageres Winston. – Se rió.
John: Maldito Paul, le
metes cosas en la cabeza. – Se quejó – Y me la conviertes en otra persona.
Negué con la cabeza y
le robé el cigarrillo que se iba a meter ahora en la boca a Charlotte, así
todos contentos. Excepto ella.
Charlotte: ¡James! –
Se lloriqueó - ¡Devuélveme el cigarrillo!
John: ¡Ajá! – Asintió
feliz – Así está mejor. No deberías llevarte cigarrillos a la boca, si no
biberones.
Charlotte: ¿Qué estás
queriendo decir con eso? – Preguntó - ¿Me estás llamando pequeña? Hay ocasiones
en las que no te importa tanto mi edad.
Yo: Ahí te lo ha
dejado claro Johnny. – Asentí sonriendo.
John: Tenéis todos una
mente muy sucia. – Dijo con voz de mujer – Os debería caer la cara de
vergüenza.
Entre risas y
recuerdos, pasamos una noche entretenida los cuatro juntos. Noche en la que
encontré a Michelle un poco distancia y extraña conmigo.
MICHELLE SABE QUE A PAUL AUN LE GUSTA ALGO CHARLIE! LO SABIA!!!!!!! okno, no lo sabia xD
ResponderEliminarOjalá hubiera estado en el estreno de la película, junto a Ringo (tanto en la realidad como en el fic xD)
Quiero ir a la fiesta de Ringo y ser la invitada estrella, okno, eso no jajajajajajajajajaja
Tienes que subir pronto porfiiiiiis
Muchsisisisisisisisisisisisisismos besos y abrazos Lara :33