18 de octubre de 2012

38. Premiere A hard day's night.

AQUÍ VA UN CAPÍTULO LARGUITO, ESPERO QUE OS GUSTE Y OS QUERÍA AGRADECER A TODAS LAS LECTORAS QUE SE PASAN A LEER MI HISTORIA Y QUE SIEMPRE COMENTAN. UN BESAZO.


Londres; Verano, Julio 1964

Día 6 de Julio de 1964, tanto como el London Pavilion como sus alrededores estaban rodeados de multitudes de personas. Esa noche era la Premiere de la primera película interpretada por los cuatro de Liverpool ‘A Hard Day’s Night’.

Llegué junto a John al London Pavilion, la multitud era alejada de los coches gracias a una numerosa patrulla de jefes de seguridad.

John: Vamos, bella dama. – Salió del coche y me tendió la mano sonriente.

Miré hacía arriba y pude contemplar un gran cartel donde letras que se iluminaban promocionaban la película y cuatro caras sonrientes de ellos lucían a la parte derecha.

Entré junto a él por aquellas enormes puertas que estaban abiertas para nosotros, en un gran hall fuimos recibidos por Brian y los demás que acababan de llegar poco antes que nosotros.

Paul: ¿No es espectacular? – Preguntó acercándose junto a Michelle – Nunca había visto tantas luces juntas.

Ringo: Y nuestras caras en grande iluminadas. – Intervino sonriente.

John: Que lástima que la gente pueda ver en grande lo feo que eres. – Asintió y se encogió de hombros.

Tu: John, no seas cruel. – Le pellizqué – La gente verá los bellos ojos de Richard.

Ringo: Bien dicho Charlie. – Sonrió.

John: ¡Hey! – Se quejó - ¿Vais todos contra mi?

George: Te lo mereces John. – Le señaló con el dedo.

John: Que cruel es la vida conmigo. – Dramatizó – Ahora solo falta que mi querido Paulie también sea cruel.

Paul: Yo nunca lo sería John. – Enseñó su sonrisa.

John: ¡Oh! Él si que me aprecia, no como vosotros. – Miró desafiante – Ya trataremos cuentas tú y yo en casa.

Tu: ¿Es una amenaza? – Arqueé las cejas riendo por su mirada.

John: Ya lo veremos. – Mordió levemente mi mejilla.

Estábamos agrupados en círculo esperando órdenes de lo que hacer. Al parecer Paul y Michelle volvían a darse una segunda oportunidad, que Paul se había comprometido a no estropear.

Tanto Richard como George asistieron solos al estreno, según ellos ambos eran la pareja del otro.

Ringo: Estoy deseando ver la película. – Sonrió chocando sus manos.

El actor que interpretaba a John McCartney, el abuelo de Paul, se acercó a charlar entretenidamente con los chicos.

Wilfrid: Será un verdadero éxito. – Sonrió – Recordad lo que os he dicho.

John: Por supuesto señor. – Rió.

Brian: Chicos ya es hora de ir entrando y ocupando vuestros asientos. – Nos informó – Recordad que la princesa Margaret y Lord Snowdon se encontraran en el estreno, así que compórtense como ustedes saben.

George: A sus ordenes Brian. – Hizo gesto de soldado y Brian se llevó las manos a la cabeza.

John: ¿No traes acompañante masculino Brian? – Preguntó arqueando las cejas.

Brian: John compórtate. – Le recordó – Os esteré vigilando.

George: Que miedo. – Dijo frunciendo el ceño.

Entramos a la sala donde iba a ser proyectada, y ocupamos la primera fila del palco.

John: Siéntate aquí. – Me propuso – Aléjate de ese endemoniado de Brian, que nos tendrá vigilado toda la proyección.

Reí y tomé asiento entre John y Richard, mientras John tenía a su otro lado a Paul junto con Michelle.

John: Después iremos al Hotel Dorchester. – Susurró a mi oído – Será una buena noche.

Le dediqué una sonrisa y aprovechó la ocasión de luces atenuantes para depositar un dulce beso en mis labios.

John: Te quiero. – Susurró.

Las luces se apagaron del todo y la pantalla se iluminó, en ella se comenzó a proyectar la película que todo el mundo disfrutó y rió junto a los cuatro de Liverpool, que no paraban de hacer comentarios entre ellos al respecto.

La escena de John en la bañera cantando ‘Rule Britannia’ fue inesperada pero a todo el mundo agrado, al igual que el largometraje entero.
Apareció cuando la pobre cámara fotográfica de Ringo cayó al lago y John estiró su chaqueta por detrás, para llamar su atención.

John: Ahí tenemos una verdadera muestra de torpeza del pobre Ringo. – Rió.

Ringo: Cállate Lennon. - Susurró

Tal y como había dicho Wilfred fue un gran éxito en la sala, acabaron todos los actores siendo aplaudidos por la multitud que se encontraba allí dentro.

John: Será mejor que salgamos. – Cogió mi mano – Sigue a  Ringo, él nos abrirá paso hasta la salida.

Comenzó a reírse debido a que Richard se giró y le obsequió con una desafortunada mirada.

Paul: ¡Ajá! No supe que saltaras con tanta emoción Ringo. – Se burló por una escena del Film – Casi tocas el cielo.

John: Nuestro traumatizado saltarín. – Se lamentó John.

Ringo: Que graciosos que sois. ¡Venga riámonos con John y Paul! – Se carcajeó amargamente.

John: No te burles, que te quedarás sin regalo de cumpleaños. – Le advirtió.

Ringo: El año pasado ya no me comprasteis nada. – Le recordó.

Paul: Yo te regalé tú cámara fotográfica. – Dijo.

Ringo: Tú solo me trajiste el paquete que te dieron en la tienda, que encargué. – Entrecerró los ojos.

Paul: ¡Ajá! – Asintió – Pero también me lo podía haber quedado y no tener cámara fotográfica.

George: Yo al menos compré unos calcetines por una tienda de Blackpool – Richard le miró – No fue mi culpa, nos encontrábamos en Blackpool cuando cumplías años.

Richard negó con la cabeza y siguió andando hacía delante sin mirar atrás, hasta que llegamos junto a Brian que nos esperaba a la salida.

Brian: Chicos ha sido un éxito, os tengo que felicitar por el trabajo que habéis hecho. – Asintió orgulloso.

John: ¡Oh! No me hagas llorar. – Se echó a los brazos de Brian.

Brian: Vamos John, no te burles. – Se apartó de él. – Directos a los coches que os llevaran al Dorchester Hotel, donde habrá una pequeña fiesta y cenaréis.

George: A sus órdenes. – Asintió.

John: Vámonos mi bella damisela. – Salimos deprisa y nos encontramos con la misma o incluso mayor multitud que les esperaba antes de entrar.

John saludó con la mano y dedicó una reluciente sonrisa, para después entrar junto a mi en el coche que nos llevo, lo más rápido que la multitud le dejó, hacía el Hotel Dorchester.

John: ¿Has estado cómoda? – Me preguntó interesado.

Tu: Claro. – Asentí cogiendo su mano dentro del coche.

John: Me alegro, que haya sido así. – Sonrió, para después depositar un pequeño beso en mi frente.

Bajamos del coche más tranquilamente que antes, aunque algunas personas también se encontraban en la entrada del hotel. Amablemente John se acercó a firmar algún que otro autógrafo, los que le permitió el cuerpo de seguridad.

- Señores. – Se acercó un empleado del hotel – Acompáñenme por favor.

Acompañamos a aquel hombre hasta una gran sala donde se encontraban conocidos y amigos del mundo del espectáculo o de a música.

Nada más entrar nos ofrecieron una copa de champán, nos acercamos junto con Paul y Michelle que charlaban entretenidamente con algunos integrantes de The Rolling Stones.

Mick: Querido John. – Dijo estrechándole la mano - ¿Qué ha sido de ti? Hombre si tenemos a esta encantadora señorita por aquí. Charlotte ¿No?

Tu: Si. – Asentí – O Charlie.

B. Jones: Charlie. – Centró sus ojos en mi – Aún sigo esperando esa cita que me afirmaste. – Sonrió.

John: Pues sigue esperando Jones. – Murmuró para sí mismo.

B. Jones: Aunque según los apacibles rumores tal vez sea imposible. – Se encogió de hombros – Alguien jugó bien sus cartas. ¿No John?

John: ¿Eh? – Arqueó las cejas – Por supuesto, hay que saber como jugarlas Brian.

El ambiente se estaba caldeado demasiado, por lo que interrumpió Mick Jagger chocando sus manos.

Mick: ¿Podríamos hacer un brindis tal vez? – Alzó su copa - ¿Dónde están George y Ringo? ¡Ah! Ahí vienen. – Sonrió - ¿Por el gran éxito que vendrá gracias a A hard day’s night?

Paul: ¡Por el gran éxito! – Bebió de su copa, al igual que todos.

De repente apareció exhausto Brian Epstein y se introdujo dentro del grupo.

B. Epstein: Chicos, que suerte encontraros. – Dijo respirando exhaustamente.

George: ¿De donde viene? – Preguntó debido a su cansancio.

John: ¿Con quién estaba en los servicios? – Rió al igual que todos los de su alrededor.

B. Epstein: John, menos bromas. – Dijo con seriedad – La princesa Margaret y Lord Snowdon os están esperando para ser presentados.

Paul: Pues no les hagamos esperar. – Sonrió entrando su copa a su querida Michelle. – No tardaremos.

Michelle: Tranquilo. – Sonrió – Me quedo con Charlotte.

Tu: Por supuesto. – Sonrió.

Mick: Marchad tranquilos, quedan en buena compañía. – Afirmó sonriente.

John: Eso, es lo que más me preocupa. – Murmuró seriamente.

Los chicos marcharon detrás de Brian Epstein, para saludar amablemente a los invitados de honor. Por lo que tanto Michelle como yo nos quedamos charlando con Mick, Keith, Brian, Charlie y Bill.

Keith: Tengo interés. – Intervinó - ¿Qué se siente saliendo con un Beatle?

Tu: No sé, dímelo tú. – Me encogí de hombros – Sal con uno y lo compruebas.

Todos comenzamos a reír debido a la propuesta que le acababa de hacer.

Keith: Buena idea. – Asintió riéndose – Pero John ya está cogido.

Mick: Aún te quedan dos a salvo. – Le propuso.

Keith: Me lo plantearé. – Se encogió de hombros asintiendo.

Mientras tanto Mick y Keith llevaban una interesante conversación con Michelle a lo que eso favoreció para que Brian viniese a entablar una conmigo.

B. Jones: Creo que esa cena entre ambos ya no se podrá celebrar. – Gesticuló su mano – John se adelantó. Fue listo.

Tu: Si lo fue. – Asentí.

B. Jones: Eres realmente una señorita encantadora, por lo que pienso que John Lennon nunca será capaz de dejarte escapar. – Me explicó – Pero nunca se sabe, así que no dudes en llamarme si alguna vez las cosas no salieron como querías. – Susurró en mi oído.

Tras decirme lo dicho, marchó junto a su mánager que estaba entre un grupo de invitados. Por lo que me volví a unir al círculo que había dejado anteriormente.

Mick: ¿Qué crees tú Charlotte? – Me preguntó.

Tu: ¿De qué? – Pregunté extrañada.

Mick: Déjalo, acabas de salir de una conversación con Brian Jones y aún sigues aturdida. – Rió al igual que todos – Ves con cuidado, donde tira el ojo tira el anzuelo.

Keith: Y la mayoría de veces pican. – Asintió.

Michelle: Eso no ocurrirá con Charlotte. – Me defendió – John la tiene demasiado bien cogida.

Mick: Eso dicen todas. – Le guiñó un ojo.

Creo que tanto Michelle como yo, estábamos con un miedo interior por si no nos tenían demasiado bien cogidas. Más aún Michelle por lo que le acababa de ocurrir días antes con Paul.

Una mano cogió mi cintura por detrás y me girá para contemplar los ojos atenuantes con los que John observaba a Brian de lejos.

John: Lo tengo vigilado. – Susurró.

Mick: Tranquilo amigo. – Puso una mano en su hombro. – Nosotros también.

Paul: ¿Qué te parece si buscamos sitio en las mesas para sentarnos? – Le propuso a Michelle.

Michelle: Perfecto. – Sonrió.

John: Vamos nosotros también. – Cogió mi mano - ¿Qué te estaba diciendo Brian? Te he visto hablando con él de lejos.

Tu: Nada importante. – Quité importancia. – Que se alegraba por nuestra relación.

John: Vaya, que extraño que provengan esas palabras de él. – Se encogió de hombros – Y más hacía una chica.

Pasamos una velada tranquila, quitando importancia a las cosas con las bromas y chistes que los chicos hacían mientras cenábamos.

En la mesa estaba también sentada Heidi que llegó a tiempo para cenar y que hizo buenas migas al parecer con Mick Jagger, el cual estaba sentado a su lado y no paraban de reír.
Brian Epstein charlaba amistosamente junto con George Martin, temas de trabajo y no faltó tiempo para encontrar una acompañante nueva a Brian Jones, llamada France.

John: ¿Te apetece ir después al Ad Lib Club? – Me preguntó – O prefieres ir a casa directamente.

Tu: Lo que a ti te apetezca John. – Me encogí de hombros.

John: A mi me da exactamente lo mismo. – Expresó.

Al finalizar la cena, tanto George como Ringo y los demás marcharon para el AdLib Club, exceptuando a Paul y Michelle y nosotros que decidimos ir a su casa más tranquilamente.

George: ¿Qué pasó con el John y Paul que conocíamos? – Preguntó saliendo del hotel.

Paul: Que encontraron a dos chicas preciosas y maduraron. – Se encogió de hombros cogiendo de la mano a Michelle.

George: ¿Maduraron? – Dijo riéndose – Eso no te lo crees ni tú Paul McCartney.

B. Epstein: Chicos pasado mañana nos vemos en los estudios. – Les recordó entrando en el coche.

John: Adiós Brian, páseselo bien esta noche. – Sonrió forzadamente.

Tras despedirnos de los chicos y de un ebrio Richard, entramos en el coche que nos llevaría a la casa que compartía Michelle con Paul.

John: Mañana hemos pensado hacerle una fiesta en casa para Ringo. – Le propuso – Ha sido un año duro y deberíamos alegrarle.

Paul: Me parece bien. – Asintió – Aunque mañana no se si se encontrará en condiciones para ir a una fiesta.

John: Ah, nosotros le despejamos. – Rió.

El coche nos dejó en la entrada a casa de Michelle, la cuál se encontraba justamente en la zona de Notting Hill.
Bajamos y subimos a su casa, en la cuál mientras charlábamos y tomábamos unas copas John y Paul cogieron unas guitarras intentando impresionar, cosa que consiguieron.

John: If I fell…

Paul: La acabas de tocar John. – Le recordó con la copa en la mano.

John: No me cortes cuando esté tocando maldito Paul. – Dejó la guitarra dándole una calada al cigarrillo.

Paul: Disculpa John Winston. – Rió.

John: Sabes que odio que me llames así McCharmly. – Rió exageradamente.

Paul: Guarda silencio Lennon. – Sonrió levemente.

Michelle: Charlotte. – Me susurró - ¿Puedes venir un segundo?

Tu: Claro. – Asentí.

John: ¿Nuestras bellas señoritas nos abandonan? – Preguntó dando otra calada.

Paul: Seguro que van a chismorrear sobre nosotros. – Sonrió de lado.

Tu: Por supuesto. – Asentí – Vamos cuchichear sobre vosotros.

John: Sobre lo malo que eres en la cama. – Se carcajeó.

Paul: Oh, vamos Johnny. – Golpeó su hombro – Todos sabemos lo pésimo que eres tú.

John: Repite eso. – Le retó.

Paul: Si ya lo has oído. – Sonrió.

Salimos del salón dejándolos que se peleen graciosamente por quién era más ‘varonil’.

Tu: ¿Qué ocurre? – Pregunté con curiosidad.

Michelle: Mira Charlotte, no se si son ilusiones mías o es la verdad. – Comenzó a decir con miedo – Pero creo que Paul se está viendo con otras chicas.

Tu: ¿Con otras chicas? – Pregunté asombrada – Eso es irónico Michelle, Paul no se está viendo con nadie.

Michelle: Recuerdas lo que pasó en la gira. – Dijo y yo asentí – Creo que sigue pasando, en estos días venía ebrio y él me decía que regresaba del estudio.

Tu: John también llega a veces tarde a casa. – Le intenté calmar – Pero yo he estado muchas noches trabajando en el estudio, y si que es verdad que se encuentran ahí.

Michelle: No lo entiendes Charlotte. – Negó desesperada – Pero Paul vuelve ebrio, y a altas horas de la madrugada.

Tu: ¿Quieres que le pregunte? – Pregunté.

Michelle: Sería un gran favor. – Asintió.

Tu: Pues… - Me quedé pensativa – Llévate a John, con la escusa de enseñarle algo.

Michelle: ¿El que? – Pregunté encogiéndose de hombros.

Tu: Cualquier cosa, haz como si fuera interesante y él correrá a verla.

Entramos al salón donde John se encontraba sentado encima de Paul y aquel con las manos en la cara quejándose de su peso.

Tu: John, le vas a hacer daño. – Le recordé.

John: Lo soportará hasta que retire lo que dijo. – Murmuró.

Asentí como señal de que Michelle interviniese, y así poder charlar tranquilamente con Paul.

Michelle: Por cierto John. – Intervino - ¿Te gustaría ver la habitación que decoramos para estudio de Paul?

John: ¡Oh! Claro. – Se levantó a lo que hizo un gran favor a Paul.

Paul: Gracias cariño. – Susurró.

Michelle se llevó hacía arriba a John y Paul no tardó en cogerle un cigarrillo al paquete que se había olvidado John.

Tu: ¿Me das uno? – Pregunté.

Paul: ¿Ahora fumas? – Exclamó con los ojos de par en par.

Tu: Tal vez, cuando no está John delante. – Dije robándole uno.

Paul: No me parece bien. – Negó apartando el paquete, aunque ya había obtenido lo que quería – Si John se da cuenta, te caerá una buena charla.

Tu: ¿Siendo él, el primero que lo hace? – Pregunté arqueando las cejas – Bueno si, tal vez.

Paul: No me agrada que fumes. – Dijo molesto, mientras me encendía el cigarrillo.

Tu: Paul, ¿Ahora eres mi padre? – Pregunté riéndome.

Paul: No, pero… - Vio que no llegaría a ninguna parte – Bueno, déjalo. Allá tú.

Tu: Allá yo. – Asentí - ¿Cómo van las cosas por el estudio? John está llegando tarde estos días.

Paul: Demasiado cansancio. – Asintió dándole una calada – Con esto de que en cuatro días sale el nuevo LP, el trabajo se acumula.

Narra Paul

Los chicos se habían subido a ver el nuevo cuarto que Michelle había decorado, para hacer mi estudio. Y yo mientras charlaba con Charlie, o más bien observaba a Charlie, porque no prestaba atención a ninguna de las palabras que soltaba por su boca, simplemente prestaba atención a su boca, como se entreabría para expulsar ese humo, como se cerraba para dar una calada al cigarrillo.

¡Paul! ¿Qué estás diciendo?

Charlotte: ¿Paul? ¡Paul! – Gritó - ¿Me estás atendiendo?

Yo: Disculpa, estaba pensando en mis cosas. – Reí - ¿Que me estabas preguntado?

Charlotte: Que Michelle estará contenta. – Me dijo.

Yo: ¿Por qué? – Pregunté extrañado.

Charlotte: Por la canción que has compuesto por ella. – Asintió sonriente.

¿Por la canción que había compuesto por ella?

Yo: ¡Ah claro! – Sonriente respondí – Fue por ella. Te refieres a And I love her ¿No?

Charlotte: Por supuesto. – Asintió.

Yo: Aunque John también colaboro. – Le recordé – Cada uno pensábamos en nuevas preciosas amadas.

Ambos reímos, cuando de repente John apareció con las manos en la cabeza y señaló el cigarrillo que llevaba Charlotte en la boca, con el dedo.

John: ¡¿Estas fumando?! – Gritó tirándose el sillón con las manos en la cabeza - ¡¿Se lo has dado tú Paul?!

Charlotte: ¡No! – Negó rápidamente – Lo cogí yo. Te dejaste aquí el paquete y…

John: ¿Encima es de mi paquete? – Preguntó furioso – Te he ayudado a fumar, no me lo perdonaré.

Charlotte: No exageres Winston. – Se rió.

John: Maldito Paul, le metes cosas en la cabeza. – Se quejó – Y me la conviertes en otra persona.

Negué con la cabeza y le robé el cigarrillo que se iba a meter ahora en la boca a Charlotte, así todos contentos. Excepto ella.

Charlotte: ¡James! – Se lloriqueó - ¡Devuélveme el cigarrillo!

John: ¡Ajá! – Asintió feliz – Así está mejor. No deberías llevarte cigarrillos a la boca, si no biberones.

Charlotte: ¿Qué estás queriendo decir con eso? – Preguntó - ¿Me estás llamando pequeña? Hay ocasiones en las que no te importa tanto mi edad.

Yo: Ahí te lo ha dejado claro Johnny. – Asentí sonriendo.

John: Tenéis todos una mente muy sucia. – Dijo con voz de mujer – Os debería caer la cara de vergüenza.

Entre risas y recuerdos, pasamos una noche entretenida los cuatro juntos. Noche en la que encontré a Michelle un poco distancia y extraña conmigo.

1 comentario:

  1. MICHELLE SABE QUE A PAUL AUN LE GUSTA ALGO CHARLIE! LO SABIA!!!!!!! okno, no lo sabia xD
    Ojalá hubiera estado en el estreno de la película, junto a Ringo (tanto en la realidad como en el fic xD)
    Quiero ir a la fiesta de Ringo y ser la invitada estrella, okno, eso no jajajajajajajajajaja
    Tienes que subir pronto porfiiiiiis
    Muchsisisisisisisisisisisisisismos besos y abrazos Lara :33

    ResponderEliminar