Hamburgo; Invierno, Marzo 1967.
Me levanté y me
aproximé a abrir la puerta, allí me topé con el cartero, que estaba haciendo su
turno de día.
- Aquí tiene su
correo. – Dijo con un extraño acento.
Tu: Muchas gracias. –
Sonreí - Guten morgen.
- Guten morgen.
– Dijo sonriente en alemán.
Cerré la puerta y cogí
el biberón para llevárselo al pequeño John, que estaba ansioso esperando en el
sofá.
Tu: Veamos a ver que
nos depara hoy el correo. – Suspiré – Para Astrid, para Astrid. ¡Oh! Mira, tu
abuela nos envía una carta desde Liverpool y las demás son para Astrid,
excepto… - Leí la caligrafía – Excepto una más de tu padre.
Suspiré y abrí el
sobre que había enviado John desde Londres.
Querida Charlie:
Espero que hayáis recibido la anterior carta que
envié junto con el regalo para el pequeño Stuart. Yo recibí la bella fotografía
que le hicisteis, es precioso y tiene tus rasgos en la cara.
No sabes cuanto os echo de menos, me gustaría
explicarte aquellos mal entendidos y decirte cuanto lo siento, me gustaría
escuchar tu voz y poder oler tu perfume una vez más, me gustaría escuchar como
el pequeño Stuart me llama papá y oír su risa, ver como crece a mi lado y
enseñarle a tocar la guitarra, componer canciones para él y que las pueda
escuchar, me gustaría despertarme a tu lado día tras día.
Espero que las cosas os vayan bien por Hamburgo y
que Astrid os esté tratando amablemente, aunque eso ya sé que sí.
Con amor, John.
Evidentemente las
lágrimas resbalaban por mis mejillas, mientras los ojos marrones con un toque
de miel, del pequeño John me miraban.
Tu: ¿Tú también le
echas de menos? – Pregunté sin esperar una respuesta.
Suspiré y acabé de dar
el biberón a aquel niño que sacaba una sonrisa que me alegraba el día. Subí
para vestirle y poder salir a comprar comida, que nos hacía falta en casa.
Había amanecido con el
sol brillando en mitad del cielo, un día soleado y cálido se podría decir.
Caminaba felizmente
calle abajo sonriente y respirando el aire puro, sin ninguna preocupación ahora
mismo en la cabeza.
- Tiene un hijo
precioso. – Dijo alguien a mis espaldas, con un acento bastante peculiar.
Tu: Gracias. – Me giré
sonriente. - ¿Paul?
Me quedé atónita al
contemplar aquella persona justamente enfrente de mi. ¿Cómo me había
encontrado? ¿Qué hacía él aquí ahora mismo?
Tu: ¿Qué estás
haciendo aquí? – Murmuré desconcertada.
Paul: Vine para hablar
contigo. – Explicó – Sé perfectamente que no quieres saber nada, sobretodo de
mi. Recibí la carta que me enviaste diciendo lo dolida que te sentías por no
haberte contado lo de John aquella noche, donde se encontraba y con quien. – Me
recordó todo lo que quería olvidar – Pero si he venido hasta aquí es porque me
importas y agradecería que hablases conmigo.
Guardé un momento de silencio, para después arquear las cejas y asentir.
Guardé un momento de silencio, para después arquear las cejas y asentir.
Tu: Sinceramente Paul.
– Arqueé las cejas – Todo lo de la carta que te envié ya está olvidado. –
Sinceré – Y la verdad iba a comprar unas cosas que nos hacen falta para casa,
así que…
Paul: Te puedo
acompañar. – Se encogió de hombros – Si quieres.
Tu: Creo que no sería
lo mejor. – Le expliqué – Pasear con un Beatle y más por las calles de Hamburgo
no es lo más conveniente si no es que quieres salir en portadas de revistas.
Paul: Si. – Asintió –
Creo que tienes toda la razón. Esperaré. Aquí mismo.
Se sentó en el bordillo
de la carretera y cruzó los brazos, no pude evitar sacar una sonrisa de mis labios.
Paul: ¿Qué ocurre? –
Preguntó sin comprender.
Tu: Tal vez pueda ir más tarde. – Asentí y giré el carrito hacía la puerta de casa - ¿Entras?
Paul: Encantado. –
Sonrió – Que grande está. – John rió, mientras Paul jugaba con él - ¡Anda! Si
ríe.
Tu: Claro que ríe
Paul. – Me carcajeé – Le gustas.
Paul: ¿Puedo cogerlo?
– Me preguntó.
Tu: Por supuesto.
Paul no dudó y sacó a
John del carrito, que lo estaba deseando.
Paul: ¿Te gusta el tío
Paul? – Le preguntó – Yo soy tu tío Paul. ¿Sabes decir Paul?
El pequeño intentó
repetir el nombre, a lo que a Paul le sacó una gran sonrisa y a mi tan solo de
mirarles me la sacaba.
Paul: Cuando seas
mayor te compraré un bajo. – Asintió sentándose en el sofá – Si, y te enseñaré
a tocarlo y te compraré un gran caballo de madera, para que puedas jugar con
él.
Me quedé en silencio observándoles pero creo que ya era hora de saber, por qué James se encontraba aquí.
Tu: Paul. – Llamé su
atención - ¿Para que has venido?
James dejó de mirar a
mi hijo que lo tenía en las piernas y centró su mirada en mi.
Tu: Paul… – Murmuré.
Paul: Escúchame. –
Intervino – Ha pasado tiempo desde que te viniste aquí a Hamburgo. No puedes
huir y dejar toda tu vida atrás, debes afrontar todo lo ocurrido. Las cosas han
cambiado ¿Sabes? – Arqueó las cejas – Ya no damos conciertos, supongo que lo
sabrás. Brian necesita alguien que se encargue de tu puesto, y te puedo decir
que no hay nadie comparado a ti. Las cosas están patas arriba, John esta
pesimista, se queja por todo, no sabe tirar hacía delante. – Me comenzó a
explicar – Y sinceramente pienso que debería disfrutar de John, debido a que es
su hijo.
La verdad es que lo
que acababa de decir era del todo cierto y tenía toda la razón en aquello.
Paul: No sé tú, pero
yo… - Murmuró – Te echo en falta Charlotte. Todos te echamos en falta. – John
comenzó a quejarse de que no le prestábamos atención. – Ahora sé como se debió
sentir Ringo cuando Merce se marchó.
Tu: Paul… - Susurré.
Paul: Te lo puedo
asegurar. – Asintió.
James centró ahora
mismo su atención en John que quería que le hiciésemos caso.
Paul: Yo creo que John
debería de pasar tiempo con su padre. – Susurró – Recuerda que a John le faltó
la presencia de su padre cuando era pequeño y él no querría que a su hijo que
ocurriese lo mismo.
Tu: Tienes razón. –
Asentí entristecida – Dame tiempo, dame unos días. Por favor.
Paul: Por supuesto. –
Besó la cabeza del pequeño – Por cierto, los demás no tienen ni idea. Solo
George que es quién me encubre.
Me levanté y me dirigí
hacía la cocina para sacar algo de comer.
Paul: Mi vuelo sale
esta noche. – Me explicó entrando en la cocina con John – Tómate tu tiempo, yo
ya dije todo lo que tenía que decir.
El ambiente entre
nosotros estaba tenso, desde antes de marcharme ya lo estaba, pero creía
oportuno abrazarle y dejar en el pasado aquellos problemas y discusiones.
Paul: Sabes que lo
hago porque me importas Charlotte. – Susurró mientras me abrazaba – Y John
también me importa, ambos.
Tu: Lo sé Paul. –
Asentí apartándome.
El pequeño John
comenzó a chocar sus manos riéndose y Paul comenzó a reír.
Paul: Y me encantaría
disfrutar tiempo con él. – Lo alzó - ¿Tú también quieres pasar tiempo conmigo?
¡Ah! Mira lo que le compré.
Me acerqué al salón,
donde Paul rebuscó en su bolsa de mano, que había traído consigo, y en la cuál
sacó un peluche casi del tamaño de John.
Tu: Pero si es más
grande casi que John. – Reí al ver como mi hijo lo cogía feliz.
Paul: Pero le gusta. –
Sonrió – Mira que feliz.
Pasé toda la mañana
con Paul, hasta que llegó Astrid y se quedó sorprendida de verle aquí.
Astrid: Ya he
regresado Charlie. – Dijo entrando por la puerta - ¿Como has pasado la mañana?
He traído… ¡Vaya! Paul...
Paul: Hola Astrid. –
Se levantó a saludarla.
Astrid: Cuanto tiempo.
– Le miró sorprendida - ¿Cómo es que estás aquí?
Paul: Quería hablar
con Charlotte. – Le explicó – Llegué esta misma mañana y me marcho esta noche.
Astrid: ¿Y has
conseguido sacar algo en claro Paul? – Preguntó.
Paul: Es decisión
suya. – Me señaló – Lo sabré si la veo regresar.
Tu: Así es. – Asentí
mirando como jugaba John – Es decisión mía.
Paul: Creo que es hora
de que me marche. – Miró el reloj – No me gustaría llegar tarde y perder el vuelo.
Astrid: Ha sido un
gran placer volverte a ver Paul. – Sonrió y le abrazó – Manda recuerdos para
los demás por Inglaterra.
Paul: Los mandaré
querida Astrid. – Sonrió, con aquella sonrisa - ¿Te despides del tío Paul?
John le miró y se
ofreció para que lo cogiera en brazos, mientras salía con la bolsa de mano en
la otra y Astrid me susurraba cosas al oído.
Astrid: Te prometo que
no sabía nada de nada. – Me susurraba - No tenía ni idea que iba a venir.
Tu: Tranquila. – Le
sonreí y cerré la puerta detrás de mi – Me ha alegrado tu visita James.
Paul: ¿Por qué me
llamas James? – Frunció el ceño – Solo lo haces cuando estás molesta conmigo o tratas
conmigo una conversación seria. Y creo que no es una conversación seria la de
ahora bella señorita.
Tu: No, no lo es. –
Sonreí suspirando.
El silencio y el frío,
invadieron la larga calle de Hamburgo, donde se encontraba el pequeño jardín de
la casa de Astrid, y anteriormente de Stuart.
Paul: A mi también me
ha alegrado verte después de estos meses. – Sonrió – John está precioso al
igual que su madre, que parece que ha madurado más de lo que ya era. Estás realmente
preciosa Charlotte.
Mis mejillas se
sonrojaron, pero no demasiado, debido a que conocía lo suficiente a Paul para
saber que era un chico que halagaba a cualquier mujer, por lo que no me lo tomé
demasiado enserio.
Tu: Tú… - Asentí – Has
madurado un poco. – Comencé a reír al igual que él.
Paul: ¡Hey! – Se quejó
sonriente – También lo he hecho, lo suficiente para venir hasta aquí e intentar
que regreses.
Tu: Eso parece. – Miré
a John en sus brazos, como rodeaba con sus manos el cuello de Paul – John,
tienes que soltar a Paul, que se tiene que marchar.
El pequeño continuó
como estaba y no me hizo caso, pero Paul después de besar su mejilla intentó
pasármelo para que lo cogiese, cosa que John no quería.
Paul: No quieres
soltarme. – Rió – John, debes de ir con tú mamá.
El pequeño negó con la
cabeza y no hizo por separarse de Paul.
Tu: John, escúchame. –
Llamé su atención – Te prometo que verás al tío Paul muy pronto y también a
Papá.
Paul hazlo su mirada
hacía mi y me miró sorprendida, mientras le dediqué una sonrisa.
Paul: ¿De verdad? –
Preguntó con ojos brillantes.
Tu: De verdad James.
VA A VOLVER A LONDRES!? BIEN! BIEN! BIEN! Ya quería que Charlie volviese con John, echaba de menos ver que buena pareja hacían, y ahora cuidarán juntos del pequeño John *-* que tiernos :')
ResponderEliminarPaul ha madurado... lo dudo jajajaja, pero es tan bonito que haya ido hasta Hamburgo para buscarla :3
Espero que todo se solucione entre ellos, confío en que lo arregles Lara y espero que algún día vuelva a ver a Ringo, mi amado Richie (que pesada soy con eso jaajjaja)
Sube pronto!!! Muchos besos y abrazos :3
¡Hola!
ResponderEliminarSoy una nueva seguidora de tu fic, y me encanta como narras.
Verás...estoy haciendo un fanfic, y me gustaría que hubiera
gente que lo leyera y lo siguiera. Va sobre una chica, Jannie Lane. He creado este personaje como si fuera mi propia sombra, es decir, he intentado que Jannie sea como yo.
Básicamente, va a ser una "historia" repleta de muchos sentimientos, aventuras, pasión, tristeza y emoción.
Va a estar llena de música, de sabor británico, de The Beatles y de la generación Mod.
Podría decir, perfectamente, que a través de esto, puedo desahogarme conmigo misma, de mis sueños y miedos.
Me gustaría poder hacer un libro con esta historia, cuando termine de escribirlo.
Sobre mi personaje, Jannie es una chica rebelde y pacifista. Es esa clase de chica que siempre tiene los pies en la tierra, con una mentalidad práctica y un excelente sentido común. Es una gran amiga y compañera. Una de sus mejores virtudes es su fuerte autodominio. Jannie es probablemente, esa voz que sabe siempre cómo y por qué se deben hacer las cosas. Ama a la música por todo lo alto, sus vinilos y guitarra son su gran debilidad. Le encanta viajar y hacer aquello que cree imposible. Parece estar segura de sí misma, pero al final logrará descubrir realmente quien es. Me gustaría mucho que me ayudaras a difundirlo, para que la gente lo pueda leer y dar su opinión al respecto. Recién lo acabo de estrenar, gracias.
En link directo al blog es este: www.givebeatlesachance.blogspot.com ¡TODO BEATLEMANIATICO ESTÁ INVITADO A ENTRAR, LEER, COMENTAR Y SOÑAR!